Un café entre los socios de Gobierno para acercar posturas en la crisis

Barbón comunicó a IU en la cafetería de la Junta la salida de Díaz, que recibió en el hemiciclo el cariño de los consejeros y de los diputados socialistas

Ovidio Zapico, mirando a Adrián Barbón, (de espaldas), con Gimena Llamedo, a la derecha, y María José Miranda. | LUISMA MURIAS

Ovidio Zapico, mirando a Adrián Barbón, (de espaldas), con Gimena Llamedo, a la derecha, y María José Miranda. | LUISMA MURIAS

Xuan Fernández

Xuan Fernández

Oviedo

Martes 15 de abril pasadas las 14 horas. Un miembro del Gobierno asturiano sale del hemiciclo después de un pleno frenético, con el anuncio de una dimisión en directo y una sonora bronca con expulsión incluida de un diputado del PP. Reflexiona así sobre la salida de Belarmina Díaz de la Consejería de Industria: "¡Y la probe escribió 18 folios!".

Este integrante del Ejecutivo hacía referencia al por el momento imprevisible pleno vivido ayer. "No recuerdo algo así en muchos años", aseguraba un veterano diputado con muchos años de experiencia en el Parlamento. La jornada política tuvo de todo: una comparecencia de veinte minutos de una consejera (de ahí los 18 folios) que dimitió minutos después, un improvisado café en la cafetería de la Junta en el que Adrián Barbón, presidente del Principado, comunicó a Ovidio Zapico (IU) la marcha de la Consejera e incluso una traca final, con una bronca entre los diputados, con enorme tensión. "Esto se ha parecido hoy al Congreso de los Diputados, pero para mal", lamentaba otro consejero del Ejecutivo.

El Pleno comenzó a las 9.30, con varias interpelaciones sobre la prevención de incendios, la gestión del lobo, la situación de Recrea o la ocupación. Reinaba la tranquilidad hasta que llegó el punto quinto, el de la comparecencia de Belarmina Díaz, en el punto de mira de la oposición, que le reclamaba la dimisión, ya realizada, por los posibles errores de la administración en torno a la mina de Cerredo, donde fallecieron cinco mineros. Díaz, sonriente, había llegado justo a tiempo de su intervención y habló durante veinte minutos para dar cuenta sobre el accidente.

En su intervención aportó algún dato nuevo, como que el año pasado se llevaron a cabo en Asturias 461 inspecciones a las minas, y luego aguantó el chaparrón de los grupos políticos, especialmente de los de la derecha. Ocurrió algo llamativo visto a posteriori: PP, Vox y Foro pedían la dimisión de Díaz, sin saber que la hasta ayer titular de Industria ya se la había presentado al Presidente, ausente en el Pleno. Barbón faltaba, para sorpresa y crítica de diputados populares, pero se le esperaba, ya que su equipo de seguridad sí se encontraba en el hemiciclo.

El Presidente hizo acto de presencia en la Junta cuando Gonzalo Centeno, diputado de Vox, estaba respondiendo a la todavía consejera. En vez de acudir a su escaño, Barbón se dirigió a la cafetería, donde estaba Ovidio Zapico, consejero de Ordenación y coordinador federal de IU, que suele ausentarse de la sala cuando interviene algún miembro de Vox. Barbón y Zapico pidieron unos cafés y se sentaron en una mesa con Gimena Llamedo, vicepresidenta, del ala socialista, y María José Miranda, secretaria de Coordinación Territorial de IU. Fue en ese encuentro en el que Barbón comunicó a IU la salida de Díaz, algo que la coalición barruntaba desde el día anterior.

Tras ese breve encuentro, Barbón y Zapico se incorporaron al Pleno. El Presidente se mostró muy activo: nada más sentarse criticó a Adrián Pumares, que estaba siendo interpelado por René Suárez, diputado socialista, y asintió varias veces con la cabeza. Cuando Suárez acabó su turno, Belarmina subió a la tribuna de oradores y por sorpresa anunció su marcha, mientras Barbón, y el resto de consejeros (salvo Zapico) y diputados socialistas aplaudían su discurso.

Díaz se retiró entonces del hemiciclo y fuera, en los pasillos, recibió abrazos de los consejeros socialistas. Gimena Llamedo se mostraba especialmente emocionada. La ya exconsejera enfiló las escaleras con Barbón y el resto de miembros del Gobierno quedó comentando lo sucedido, haciendo hincapié en la "enorme presión" soportada desde hace días por la extitular de la Consejería.

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