El conglomerado estatal chino que está dando aire a la ingeniería asturiana: balón de oxigeno para Duro y TSK

Las principales empresas asturianas de ingeniería –un sector que desde hace años atraviesa dificultades a nivel nacional, y que en la región cuenta con emblemáticas compañías que viven horas atribuladas– podrían tener una oportunidad de salvación gracias a un apoyo de dimensiones colosales: China. En concreto, una de las principales empresas controladas por el Estado del gigante asiático: China Energy Engineering Corporation Limited (CEEC), conglomerado más conocido como Energy China. Es una de las mayores compañías mundiales de ingeniería, construcción y equipos para el sector energético. Tiene sede en Pekín, presencia en 140 países y más de 115.000 empleados.

Energy China dispone de varias filiales especializadas en diferentes áreas de negocio. Una de ellas es China Power Engineering & Consulting Group International Engineering (CPEEC International), especializada en consultoría, diseño y servicios de ingeniería para proyectos energéticos internacionales. El pasado lunes, esta empresa firmó un principio de acuerdo para asumir el que hasta entonces había sido uno de los mayores quebraderos de cabeza de la asturiana Duro Felguera: la construcción de la central de ciclo combinado de Djelfa (Argelia).

Tal como anunció Duro el pasado miércoles, la empresa asturiana y el contratista de la obra, la estatal argelina Sonelgaz, han alcanzado un entendimiento para enterrar definitivamente todos los litigios que los han enfrentado en los últimos años. La reclamación que exigía la argelina, de 413 millones de euros, empujó a la ingeniería a acogerse al preconcurso. Por lo tanto, la solución es un soplo de aire fresco para Duro, que no obstante continúa sometida a una máxima tensión financiera con la que sólo puede garantizar mes a mes las nóminas de sus 1.500 trabajadores.

Duro y Sonelgaz disponen ahora de un mes, hasta el 16 de mayo, para concretar los términos definitivos del pacto y la ejecución efectiva de la cesión del proyecto a la filial de Energy China.

Esta intervención salvífica en la disputa que mantenía Duro en el país norteafricano se ha producido apenas unas semanas después de que trascendiera que el mismo conglomerado chino está en negociaciones con la familia García Vallina para desembarcar en el accionariado de TSK, otra de las grandes ingenierías asturianas, con 1.738 trabajadores.

Las negociaciones entre Energy China y TSK se centran en el alcance de la operación, porque los grupos estatales del país asiático suelen perseguir una participación mayoritaria en el capital. Sin embargo, los García Vallina pretenden seguir al timón de la compañía con el apoyo de un socio inversor, para así sobrellevar las tensiones financieras y ejecutar una cartera de obras pendientes que aseguren trabajo para los próximos tres años. Con todo, los propietarios tampoco descartan vender el 100% de la compañía si las circunstancias lo exigieran.

Soluciones comunes

La presencia de Energy China en los perímetros de Duro y TSK es especialmente llamativa si se tiene en cuenta que, desde hace tiempo, el Gobierno de Asturias y las principales ingenierías de la región trabajan conjuntamente en la exploración de soluciones comunes. Si bien cada empresa afronta unas dificultades específicas (TSK, a diferencia de Duro, no está rescatada por el Estado), existen problemas generalizados, como el acceso a financiación.

Además, Energy China se encuentra en expansión en España. En 2020 obtuvo un contrato para construir 66 plantas solares fotovoltaicas con una capacidad total de 137 megavatios (MW). Ese mismo año, adquirió a Técnicas Reunidas, Iberdrola y Naturgy sus participaciones en tres empresas de ingeniería españolas centradas en el sector nuclear: Empresarios Agrupados Internacional, Ghesa Ingeniería y Tecnología, y EA Servicios de Explotación Nucleares.

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