Creadoras asturianas de éxito mayúsculo para lectores pequeños: venden miles de cuentos para niños

Las escritoras Mónica Rodríguez e Isabel Álvarez y las ilustradoras Eva Rami y María Luisa Torcida suman reconocimientos y venden miles de ejemplares

La escritora de literatura infantil Mónica Rodríguez en un encuentro con los alumnos del Colegio San Vicente

La escritora de literatura infantil Mónica Rodríguez en un encuentro con los alumnos del Colegio San Vicente / Pablo Solares

Tino Pertierra

Tino Pertierra

Érase una vez un cuento con final feliz: se dio por hecho antes de tiempo de que las generaciones Z (dícese de los nacidos entre 1996 y 2010) y Alfa (de menos de 15 años) serían las que darían la puntilla al libro de papel por su condición de nativos digitales. Las estadísticas demuestran lo contrario con aumentos significativos de los niveles de lectura y ejemplos elocuentes de libros que se convierten en best seller de largo recorrido firmados por nombres de gran resonancia en las audiencias lectoras.

Cuatro de esos nombres son de procedencia asturiana como escritoras o ilustradoras: Mónica Rodríguez (Oviedo, 1969, premio Nacional del Ministerio de Cultura por "Umiko") e Isabel Álvarez (Cangas del Narcea, 1986, autora de "Maya Erikson y el misterio del laberinto" y "Rory Robins. Guardianes del bosque mágico") escriben. E ilustran María Luisa Torcida (Oviedo, 1963, "Las divertidas aventuras de las letras", candidata al premio Nacional de Ilustración en 2020) y Eva Rami (Gijón, 1978, "De mayor quiero ser feliz"). Con ellas profundizamos en las aventuras de la literatura para los más jóvenes tras la celebración este mes del Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil (miércoles, día 2 de abril). Pasen, pasen y lean.

Capítulo I: el origen.

Mónica Rodríguez empezó escribiendo poesía de joven: "Esa afición se transformó en narrativa y, de una manera natural, empecé a escribir desde la mirada de un niño, de una niña, un adolescente, que tanto me interesa, y que me aterra perder como adulta; el asombro, la limpieza, la pasión de esa mirada. Recuperarla es lo que trato de hacer cuando escribo. Acercarme a ese tiempo de la infancia largo y ancho, ese presente continuo que recuerdo con emoción y nostalgia. Y también con curiosidad. Me interesa mucho cómo descubre el mundo y piensa un niño, los observo, los admiro. Les escribo", afirma desde Madrid.

Cuando escribió su primer libro, "Maya Erikson", Isabel Álvarez lo hizo por diversión, "no era una decisión laboral, en aquel momento, tenía otro trabajo. Fue como echar a rodar una bola de nieve que, de pronto, se había hecho grande. Gracias a eso me di cuenta de que podía ser una opción laboral y no me lo pensé más. No se me ocurre un trabajo mejor que este".

La ilustradora Eva Rami, en su casa con uno de sus libros.

La ilustradora Eva Rami, en su casa con uno de sus libros. / Luisma Murias

La ilustradora Eva Rami lleva toda la vida dibujando, pero "estudié Magisterio y me dediqué a mi profesión de maestra de primaria hasta que en 2017 me surgió la oportunidad de ilustrar mis primeros libros infantiles, ‘De mayor quiero ser… feliz 1 y 2’, que resultaron ser, y siguen siendo, un gran éxito a nivel internacional. Fue en ese momento en el que me planteé dejar las aulas para unir mis dos pasiones, la docencia y el dibujo, y enseñar desde las ilustraciones de los cuentos infantiles. A día de hoy, tengo más de una docena de trabajos editoriales publicados".

María Luisa Torcida se confiesa "absolutamente autodidacta. Estoy licenciada en Bellas Artes en Madrid, con la especialidad de grabado, donde estábamos todos aquellos a los que nos interesaba más el trazo. Fue un compañero de facultad quien habló de poder ganarme la vida al ver mis cuadernos. Él ya trabajaba como ilustrador y por aquel entonces, yo no tenía ni idea de que existiera tal profesión. Arrastrando una carpeta cargada de dibujos recorríamos las editoriales, una a una, mostrando nuestras ilusiones y unas enormes ganas de trabajar. Dibujo por necesidad, para sorprenderme, para poder vivir. Ilustro para poder contar; y, como no le he brindado a la palabra el tiempo que necesita, me expreso con aquello que se me da bien: dibujar".

Capítulo 2: satisfacciones.

Mónica Rodríguez reconoce que los textos que más le gustan "o de los que estoy más satisfecha son aquellos en los que consigo contar la historia con un lenguaje sencillo y a la vez profundo, claro y a la vez recóndito, preciso y, sin embargo, lleno de posibilidades, porque es algo muy difícil. Ese camino lo da el lenguaje poético. Podría, de todas formas, contestarte haciendo una pequeña trampa: de lo que más orgullosa me siento es de lo próximo que escribiré, que espero sea un poquito mejor".

María Luisa Torcida

María Luisa Torcida / .

A Isabel Álvarez le resulta difícil elegir entre sus obras: "Todas ellas han jugado un papel fundamental en mi proceso de crecimiento como escritora: ‘Maya Erikson’ me abrió las puertas, y desde ahí hasta la última que he publicado (‘Rory Robins’) y las que llegarán pronto, he ido aprendiendo y evolucionando. De eso es de lo que más orgullosa me siento".

Uno de los trabajos favoritos de Eva Rami es "el que hice en el cuento ‘Éramos una vez mi mamá y yo’ porque tiene unas ilustraciones muy trabajadas y nos llevó a Hollywood a recoger las dos medallas de oro que recibimos en los International Latino Book Awards de Los Ángeles, ‘a mejor libro educativo’ y a ‘libro más inspirador’, ilustrados para niños. Pero también estoy muy orgullosa del alcance que han tenido y tienen otros títulos autopublicados como ‘Entre nubes está Canarias’, o mi nueva obra ‘Asturies de l´A a la Z’. Que a las familias y a la infancia les gusten tanto es la mejor recompensa a mi trabajo".

Torcida es autora de los dibujos de "Te quiero un montón", "Las Letras divertidas" y todo el multi-producto creado a partir de ellas, "PequeBichos", "El domador de monstruos", "Samuel casi no tiene miedo", "Ángela"... Está plenamente satisfecha del primer título "porque es uno de los mejores libros que he ilustrado, con unas ilustraciones sencillas, sobrias y tiernas, que ha crecido con los años, basado en el afecto y en la demostración del amor infinito; porque está dedicado a mi mamá y a todas las mamás del mundo y porque en él se da un perfecto el tándem escritor/ilustrador: no podemos imaginar a Garbancito ni a su mamá de otra manera que no sea ésta. También, porque creo firmemente que aprendemos a través del corazón, del amor, el humor y la ternura, y todas estas cosas, están presentes en ese ejemplar y en mi manera de ilustrar. ‘Te quiero un montón’ fue regalado por el gobierno de la Rioja a todos los niños nacidos en el 2005". El primer ejemplar de "Las divertidas..." salió en 2010, y ya va por la 16.ª edición, alcanzando los 200.000 ejemplares.

Capítulo 3: ¿hablamos de estilo?

Rodríguez trata de encontrar en lo poético "una forma de abrir las venas de la historia. Busco también escribir desde lo sensual, es decir, apelando a los cinco sentidos. Intento jugar no sólo con la palabra, sino con el silencio, abriendo espacios en blanco para que el lector entre a completar lo que no se cuenta, lo que se insinúa. No rebajo el lenguaje, no miro al niño desde arriba ni me agacho para hablarle. No le evito una palabra o un hecho difícil, busco la forma de contar de manera sencilla, sin perder la profundidad. No siempre lo consigo, claro, pero lo intento. Aprendí a darle mucha importancia al lenguaje, al silencio, al lector, a la emoción gracias a la mirada del escritor Gonzalo Moure que me guió y me sigue guiando. Quizá no soy una escritora para todos los niños. Y me parece bien".

Isabel Álvarez

Isabel Álvarez / .

Isabel Álvarez lo deja claro desde la Toscana: "Escribo libros de aventuras con protagonistas femeninas fuertes, valientes y diferentes. Definiría mi estilo como fresco y fácil de leer".

Rami matiza que "aunque el trabajo que hago en cada libro es diferente, ya que en cada caso debo adaptarme a la intención y el estilo de cada proyecto, por lo general quienes me siguen habitualmente dicen que mis ilustraciones son fácilmente reconocibles y las definen como dulces y alegres. Me gusta mucho representar personajes reales, situaciones cotidianas y fácilmente identificables por los más pequeños".

Torcida se define como "una ilustradora de trazo fuerte y vivo que, con el paso de los años, ha impreso cierto carácter en su dibujo. Doy una importancia enorme al boceto; se que se puede ilustrar sin saber dibujar, pero no es mi caso, me interesa el trazo, el tanteo, la línea, el tramado en el claroscuro, los matices, la fuerza y el carácter en el dibujo. Me temo que mi persona es como mi dibujo: atrevida, alegre, visceral, impertinente, brusca, tierna, inteligente, sencilla y muy transparente. La imaginación nos brinda a los autores elementos que la realidad no satisface. La ilustración es como la literatura, como el teatro: una imitación de la realidad. El ilustrador deberá vivir con sus personajes, sentir por ellos, sufrir sus tristezas, revolcarse en sus miserias y gozar con sus aventuras. El ilustrador que no logre meterse en la piel de sus personajes no convencerá nunca al lector".

Capítulo 4: la conexión

¿Hay algún camino seguro para conectar con los niños? Mónica Rodríguez no duda: "La emoción". E Isabel Álvarez piensa que "es importante que sean capaces de identificarse con los personajes, de ponerse en su lugar, que quieran jugar a ser ellos… y hay muchos caminos para conseguirlo".

Rami aconseja: "Hay que conectar con el niño o la niña que llevamos dentro. En mi caso nunca me he desconectado del todo y haber sido tutora de tantos y tantos peques durante mi etapa docente ha sido fundamental para ser capaz de ponerme sus ojos a la hora de dibujar". Torcida recuerda que "todos sabemos que las buenas historias se construyen desde los silencios. Para poder contar algo es necesario saber encontrar esas conexiones silenciosas acordadas en común. El buen ilustrador, no es otro que aquel que es capaz de contar a través de sus imágenes, esas magníficas, ocultas y silenciosas historias; al igual que buen libro ilustrado es aquel que abres una y otra vez. Una y otra vez lo miras y siempre quisieras seguir leyendo, porque tú estás encontrando una historia escondida en él. Mi ambición no es publicar aquí o allá, lo que me gusta es el trato con la mesa, el dibujo más allá del papel, contar historias con la imaginación y, si es posible, realizar encuentros con los niños que es en donde disfruto compartiendo la pasión por lo narrado y la magia del trazo en directo".

Capítulo 5: ganar lectores.

Atención, pregunta para nota: ¿cómo pueden profesores y padres enganchar a la lectura a los niños?

Mónica Rodríguez aconseja: "Que lean. Que disfruten leyendo y hablen de sus lecturas con los niños y los jóvenes. Que busquen espacios y tiempo de lectura para compartir con ellos. Que les pongan libros a mano, que les prohiban libros y se los dejen cerca, que les regalen libros, que vayan a las bibliotecas, que les dejen decidir sus lecturas, pero que después charlen sobre ellas y los acompañen para que puedan ir subiendo escalones lectores. En la escuela debería haber un tiempo diario para que todos en el colegio lean y en las bibliotecas, bibliotecarios dedicados a la promoción de la lectura como eje vertebrador de la escuela".

Álvarez subraya que "los adultos tienen que ser ejemplo: tienen que leer y los niños necesitan tener libros a su alcance y poder tomar decisiones respecto a cuáles les interesan y cuáles no. Así que a los padres les recomendaría leer mucho y a los profesores, dar tiempo y espacio para que los niños puedan leer sin imponer el qué".

Rami valora como lo más importante "que dejen que sean ellos mismos quienes elijan los libros que quieren leer. No a todos nos tienen que acabar gustando las largas novelas. A veces parece que se les entrena más para que sean consumidores y compitan en número de libros leídos y no para lo realmente importante en esas edades, que es coger fluidez, mejorar la comprensión lectora y adquirir vocabulario. Y, de paso, a los niños más visuales les sirve también para fijar mentalmente la ortografía. Me da mucha pena cuando un niño está escogiendo un libro y el adulto que lo acompaña le dice que no, que ese tiene poca letra y demasiado dibujo, que es para más pequeños, porque está invalidando sus gustos y sus elecciones. Cada uno de nosotros tiene intereses distintos que hay que respetar siempre, así como una capacidad de atención diferente durante la lectura. Por eso hay niños que prefieren leer cómics o novelas gráficas, que disfrutan con libros de curiosidades, con libros de poemas o incluso con diccionarios porque les gusta aprender palabras. Todo es igual de válido para desarrollar hábitos de lectura".

Torcida coincide: "No hay nada como dar ejemplo: que ellos lean, que los niños los vean leer, que les lean –como digo yo– “desde la barriga”, desde antes de nacer; que los acompañen en este viaje, porque luego, más adelante, ni se imaginan la cantidad de herramientas que les están brindando para la vida".

Capítulo 6: vivir de publicar

Rodríguez es una privilegiada que puede vivir de escribir para jóvenes: "Es difícil y que, salvo unos pocos, uno no se hace rico con esto. A mí me basta con poder seguir escribiendo. En 2009, con el dinero de la venta de la casa de Oviedo, me regalé dos años para escribir y leer. Pensaba volver al centro de investigación donde trabajaba al cabo de esos dos años, asumiendo lo difícil que es vivir del cuento. Llevo más de quince años y no he vuelto. Es verdad que me han ayudado a sobrevivir los premios literarios, por eso me presento a menudo. No solo es una forma de asegurarte de que lean tu manuscrito y, a veces, hasta de publicarlo aunque no ganes, sino que, en caso de que el azar esté de tu lado y tú hayas puesto tu parte y ganes, recibes un dinero que te sigue regalando tiempo para escribir y leer. Y eso hago. Hasta que dure. Soy consciente de mi fortuna y de su fragilidad".

Álvarez reconoce que "no es fácil, pero sí. Hoy en día hay más opciones diferentes para conseguirlo".

Ramil opina que "poder, se puede. Siempre que te muevas mucho y llames a muchas puertas. No hay que tirar la toalla. Aunque es cierto que muchas de mis compañeras trabajan para el extranjero porque se paga un poquito mejor y, sobre todo, se valora más nuestro trabajo que en España. Aunque hay que decir que es una profesión tan bonita como dura, en la que no solamente tenemos la tarea de conseguir proyectos, sino también la de explicar casi continuamente que ser ilustrador es un trabajo. Además, tenemos que defender de forma bastante agotadora nuestros derechos profesionales. Existen multitud de contratos abusivos o mal remunerados y es frecuente encontrarte con clientes que te piden ilustrar un proyecto sin intención de pagarte, ofreciéndote únicamente visibilidad o pago en especie. Me han llegado a sugerir que pidiese por mi cuenta alguna subvención para cubrir los honorarios por el trabajo que me querían encargar".

Torcida lo ve "complejo. Las mayores dificultades con las que he topado son estructurales y parten de la situación del autor/ilustrador profesional y de las condiciones para desempeñar nuestro trabajo aquí, en España. Negociar los contratos, respetar nuestros derechos de autor y gestionar las condiciones laborales si queremos vivir de nuestro trabajo y desarrollarnos en esta profesión son cuestiones verdaderamente complicadas. Vivir exclusivamente de ilustrar literatura infantil o juvenil lo considero una utopía, salvo en contadas ocasiones en las que se unan muchísimo trabajo, talento y suerte para que alguno de nosotros pueda vivir puntualmente de ilustrar. Ilustrar es un modo de vida que eliges o ‘te elige’; eso no lo sé muy bien. Forma parte de mí, es tan necesario como el comer o el respirar, y es lo que quisiera seguir haciendo hasta el día que me muera. Amo el dibujo, quiero a mi profesión".

Y colorín colorado, este cuento no se ha acabado...

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