Un lobo causa estragos en un pueblo de Quirós y lo cazan "in fraganti" con una cámara: "Cada vez se atreven más a acercarse"

El asedio del lobo al ganado en pueblos de Asturias está generando nuevas reacciones de los vecinos, como poner cámaras para captar la presencia del cánido salvaje y que no les puedan discutir sus ataques. Es el caso de Fabián Álvarez, vecino de Salcedo (Quirós), que, además, tuvo puntería con su decisión: su cámara captó a las ovejas huyendo y el lobo detrás en el último ataque en el que perdió un ejemplar de su rebaño. Fue el colofón a unos dos meses, entre finales de diciembre y febrero, en los que perdió 13 ovejas en total.

Salcedo ha sufrido una presión creciente del lobo en los últimos tiempos. "Las últimas que me mataron estaban en un prao junto al pueblo. Y a otro vecino le mataron dos o tres en un prao pegado a mi casa", afirma el quirosano, pensionista que cuida ovejas para mantener limpios sus praos. Él deja claro que los lobos "están en el pueblo" y “van al ganado fácil, por lo que cada vez se atreven más". De hecho, "unos días antes de que me matase la última oveja, un chaval lo vio al lado de la carretera, y lo grabó con el móvil dos veces”. Fue a primera hora de la mañana: el lobo se pasea por los praos junto a la carretera e incluso camina junto a un caballo, que se mantiene alerta pero sin temor. Tanto las imágenes de la cámara que puso Fabián Álvarez en el prao de sus ovejas como las imágenes grabadas por su vecino en el móvil se pueden ver en el vídeo que acompaña este reportaje. "Los lobos ya andan como pedro por su casa", afirman.

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Fabián cuenta que decidió "poner la cámara" y "en el vídeo se ve claramente que es el lobo el que ataca las ovejas". Al día siguiente de matarla, "no volvió para comer; pero le dejé la carroña y, al siguiente, sí vino". En un tono creciente de indignación, narra que "cuando llegó la guarda del Principado decía que el ataque no era de lobo, pero resulta que lo tenía grabado”.

De hecho, el vecino de Salcedo denuncia que les ponen "muchísimas pegas para cobrar los daños". Y agrega: "Si no lo tengo grabado, la guarda me dice que no". Y enlaza con otra historia: “Un día que me mataron la oveja y tres corderos, la guardería entendió que a la oveja la mató el lobo, pero a los corderos no se podía demostrar; es absurdo".

Fabián aclara que no tiene "las ovejas en el monte abandonadas", sino en un prao "cerrado con malla a 1,20 metros de altura y alambre de espino por arriba; pero el lobo entra igual”. “Desde entonces", asegura, "llevo metiéndolas a refugio a dormir y sacándolas todos los días”.

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En Salcedo se suceden las historias de muerte o desaparición de ganado. "El año pasado, durante el verano, mataron ocho o diez terneros a gente que sí vive del ganado", narran en la zona. El propio Fabián Álvarez sufrió otro percance severo con sus animales. "Tenía bastantes cabras en la zona de la ermita de Alba, y desaparecieron todas. No encontré nada…", explica. Al no haber restos, no cobró nada de indemnización. "Pero está claro que desaparecieron por acción de lobos o de osos. Un raposo puede comer una cría, pero no cabras. Antiguamente, tenías ocho o diez cabritos y te desaparecían uno o dos, o una cabra o dos, y casi que lo considerabas normal. Pero es que ya te desaparecen todas y no pasa nada...", reflexiona.

Visto lo visto, tiene un mensaje para los conservacionistas: “Cuando los animalistas dicen que el lobo es un animal, yo les diría que las ovejas son animales también. Entiendo que sea una especie que no se pueda exterminar, pero entre eso y mantener un control… Los que tenemos cuatro ovejas para tener el prau cuidado, pues nos molesta y sentimos mucha impotencia... Ya no quiero imaginar para alguien que viva del ganado". Y recuerda que sin esas ovejas y cabras, "esos praos serían puro monte y habría problemas de otro tipo; esos animales limpian las fincas, pero, visto lo visto, va a haber que acabar dejándolo todo".

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Ni siquiera el retorno de los planes de control del Principado para eliminar ejemplares de lobo son recibidos de la forma entusiasta que cabría esperar por los vecinos de Salcedo. "No estoy nada esperanzado. Soy bastante escéptico", recalca Fabián Álvarez, cuya mente no para de hacer memoria para detectar episodios que, bajo su punto de vista, dejan claro el avance del lobo hacia los pueblos.

"En una ocasión, había una cacería en esta misma zona, donde tiene un vecino las cabras. Y, en medio de la cacería, con los disparos y silbatos sonando y los perros ladrando, el lobo cogió una cabra y la mató. Y, además, ese vecino tiene seis o siete mastines... Para que se vea el miedo o respeto que tienen por el ser humano o si son tan asustadizos... Van a lo de ellos y punto. Y, por supuesto, ya mataron varios perros de caza en las cacerías cuando van detrás del jabalí. Los matan y se los comen", narra el vecino quirosano, que decidió poner una cámara para cazar al lobo "in fraganti". Una acción a la que están empezando a recurrir los propietarios de ganado.

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