¿Qué pasa en la FADE tras las elecciones ganadas por María Calvo? Las heridas no cicatrizan

Tras una carrera durísima en el circo romano, en la que no faltaron jugarretas y algún que otro latigazo que expresaba una agria enemistad entre quienes antaño habían sido amigos, el noble romano Messala yace en una camilla, agonizante. Se veía ganador hasta que un fallo de cálculo hizo volcar su cuadriga y ser arrollado por los caballos. A su lado, su antiguo camarada y actual adversario en la competición, Judá, observa su cuerpo magullado. Messala saca fuerzas para incorporarse y hacerle esta advertencia: "La carrera no ha terminado".

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Como cada Semana Santa, millones de españoles han podido volver a ver en la tele esta sobrecogedora escena de "Ben-Hur". Entre esos potenciales espectadores también han estado la recién reelegida presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), María Calvo, y su derrotado rival en los reñidos comicios, José Manuel Ferreira, empresario constructor y vicepresidente de la Cámara de Comercio de Oviedo. La escena de "Ben-Hur" quizá les haya resonado especialmente en estas vacaciones de resaca electoral que terminan hoy.

El electorado empresarial de Asturias se pronunció el pasado día 11, logrando un récord histórico de participación. El 55% eligió continuidad: Calvo estará otros cuatro años al frente de la patronal. Pero esto no significa que las brechas abiertas dentro del mundo corporativo de la región hayan suturado. Más bien al contrario.

El enfrentamiento ha sido demasiado incómodo para el empresariado asturiano, habituado a discutir sus asuntos de puertas adentro, con discreción, sin los rifirrafes públicos más propios de la política convencional. FADE es uno de los protagonistas de la concertación social, un acuerdo en el que el Gobierno pacta con la patronal y los sindicatos las principales líneas políticas para el desarrollo económico de la región. Por eso, a muchos empresarios les preocupa la falta de unidad que han revelado estas elecciones, dado que creen que podría debilitar el papel de FADE como interlocutor en esos acuerdos. A otros sectores, no obstante, la concertación les parece más bien una herramienta propagandística y escénica a mayor gloria del Ejecutivo asturiano.

Antes del comienzo de la campaña, desde destacados ámbitos de la región se trasladó a Calvo y Ferreira una propuesta de cogobernanza para que cesaran unas hostilidades que hace mucho tiempo que eran "vox pópuli". Pero la escalada verbal se disparó y ya no hubo vuelta atrás: aquella solución era poco menos que un milagro como el que presencia Ben-Hur al final de la película.

"Ferreira ha enfocado la campaña de forma política en el sentido más puro de la palabra, para bien y para mal", apuntan desde el entorno de Calvo. La política, sin duda, no es algo ajeno al excandidato. Su biografía está marcada por su militancia juvenil en el Centro Democrático y Social (CDS) de Adolfo Suárez, donde conoció a Carlos Paniceres, presidente de la Cámara ovetense, quien ha estado muy implicado en este proceso.

Y tampoco es que Ferreira haya ocultado (más bien lo contrario) su enfoque estratégico para intentar presidir FADE, con continuas alusiones al juego del ajedrez. El candidato optó por una campaña de comunicación calculada (asistido por el periodista Antonio Virgili), administrando los tiempos en los que debía elevar el tono (sobre todos en los primeros días), y enviando casi diariamente notas de prensa con duras críticas a Calvo .

Buscaba así el ovetense empujar a la gijonesa a un debate público que ella desde el comienzo rechazó, aduciendo que lo que de verdad deseaba su rival no era un sano intercambio de ideas sobre las necesidades de la economía asturiana, sino una ladina maniobra para dañar su imagen como persona capaz de encarnar las virtudes del liderazgo. Por su parte, Ferreira ha considerado que Calvo no ha querido entrar al fondo de ninguna de las cuestiones que él le ha planteado. "Ella se ha limitado a responder que todo era fango, rehuyendo cualquier argumento", afirman desde el equipo del ovetense.

De la carrera entre ambos ha destacado un controvertido episodio que probablemente traerá cola. Se trata del apoyo que las dos asociaciones sectoriales con más poder de voto en FADE, la de la construcción (CAC-Asprocon, a la que pertenecen los dos candidatos) y la del metal (Femetal), brindaron a Calvo antes incluso de que ésta anunciara la convocatoria de elecciones. Este respaldo en bloque ha causado malestar dentro de ambas organizaciones, donde algunos consideran que sus respectivas juntas directivas deberían haber sometido a debate interno el posicionamiento.

Desde el entorno de Ferreira aseguran que "se intentará demostrar que hubo un pacto oscuro entre Calvo, CAC-Asprocon, Femetal y la Unión de Comerciantes para que ella ya contara con todos sus votos antes de que se anunciaran las elecciones y comenzara todo el proceso". El excandidato y sus próximos no descartan acudir a los tribunales para probar su teoría. También exploran fórmulas para contrarrestar la labor de representatividad de FADE, como la creación de un "think tank" o un organismo que compita con este segundo mandato de Calvo.

Como se está viendo estos días en los mercados mundiales a cuenta de la guerra arancelaria, el dinero no es amigo de la inestabilidad ni de los conflictos, al menos en público. Ni en la Bolsa de Nueva York ni en la patronal de Asturias. Por eso María Calvo apeló a la "unidad" de los empresarios de la región en su discurso tras proclamarse ganadora. Pero en el equipo de Ferreira lanzan un aviso que trae ecos del de Messala cuando se negaba a morir: "Dijimos que queríamos traer ‘rock’ en lugar de ‘vals’. Bien, pues en los próximos días va a sonar ‘heavy metal’. Esto no ha acabado. Esto acaba de empezar".

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