El apagón sobrevino con las plantas renovables produciendo a gran escala

A las 12.33 horas de ayer lunes -momento en el que se desató el apagón masivo que afectó a toda la península Ibérica- y durante cinco segundos "desaparecieron súbitamente" 15 gigavatios de la red eléctrica, el equivalente al 60 % de la energía que se estaba consumiendo en ese momento. Esa fue la causa aparente de la situación insólita que vivió ayer España (y Portugal por contagio) y que en la jerga técnica se conoce como "cero energético". Pero, ¿cuál fue la causa de la causa?

Como expuso ayer el presidente Pedro Sánchez, el Gobierno evitó ayer “especular” con el origen del apagón, mientras circulaban informaciones acerca de la posibilidad de un ciberataque o de una explicación meteorológica. La UE, como explicó Teresa Ribera, vicepresidenta de la Comisión Europea, no tenía ayer indicios sobre un posible “hackeo” de la red eléctrica española, si bien tal hipótesis está siendo analizada por las autoridades.

Fuentes técnicas conocedoras del sistema pusieron ayer el acento en la combinación de tecnologías que en el momento del incidente estaba cubriendo la demanda según la programación basada en los resultados del mercado donde se casan la oferta y la demanda. A la hora citada, más de tres cuartas partes de la generación era renovable, con las plantas fotovoltaicas produciendo a gran nivel. La previsión para el día de ayer era que las instalaciones solares atendieran casi un tercio de las necesidades.

Una hipótesis verosímil, según las mismas fuentes, es que en ese contexto se registrase un exceso de generación, situación que a menudo se resuelve "exportando" la electricidad sobrante a Francia a través de las redes (interconexiones) que comparten ambos países. También puede abordarse gestionando la producción hidroeléctrica, la única que es posible desconectar con gran rapidez (en cuestión de segundos) para reequilibrar generación y demanda. Y esto último es imprescindible hacerlo porque, en otro caso, se produce una escalada en los niveles de frecuencia en las redes que, si no se controlan, pueden provocar una cadena de desconexiones de centrales de generación (nucleares, térmicas de gas o carbón…) por razones de seguridad, como de hecho sucedió ayer. Ocurre cuando los citados niveles de frecuencia superan los 52 hertzios, indicaron fuentes técnicas.

Ayer se perdió la interconexión hispano-gala por Cataluña, con capacidad para evacuar unos 2.000 megavatios/hora. Aunque existen dudas sobre si ocurrió antes del colapso eléctrico en España o como consecuencia de él. Y cuando éste se produjo había además poca generación hidroeléctrica operativa. La combinación de un exceso de producción, la “caída” de la salida hacia Francia (algo que no es tan extraordinario y que puede darse, por ejemplo, por averías en subestaciones en uno u otro lado de la frontera) y una reducida capacidad de maniobra porque no existía suficiente potencia de plantas hidráulicas que desconectar de manera instantánea pudieron ser los elementos de la "tormenta perfecta" que habrían derrumbado los 15 gigavatios y dejado a España sin luz. Es una hipótesis que se maneja en el sector.