Crónica de las más de ocho horas que Asturias estuvo sin electricidad: casi 2.000 llamadas a emergencias, parones en Arcelor y un llamamiento de Barbón

En un instante, Asturias se apagó. Los primeros minutos fueron confusos. Una caída de la red de la oficina, pensaron algunos; han saltado los plomos o ha habido una avería en el sistema, se plantearon otros. En la calle, los semáforos se quedaron súbitamente en negro y pronto llegaron las preocupaciones cuando algunos comprobaron que los teléfonos no daban señal. Llegó la primera información con cuentagotas: No era algo puntual, ni siquiera regional. España y Portugal vivían el mismo apagón histórico.

Al contrario de lo que podría pensarse, no fue un caos lo que sobrevino en mitad de la tormenta. Tras la incertidumbre inicial, en los principales servicios públicos de la región se pusieron en marcha los sistemas de contingencia eléctrica. Los hospitales pusieron en funcionamiento sus generadores eléctricos y el aeropuerto hizo lo propio activando sus sistemas auytónomos. En las carreteras, los conductores levantaron el pie del acelerador. Se impuso la prudencia y la tranquilidad, y la circulación continuó con cierta normalidad en la mayor parte de la región.

EN IMÁGENES: Así se vivió el apagón en Asturias

Ver galería

Aún así se registraron varias incidencias. Muchas fueron las horas en las que el suministro eléctrico estuvo desactivado en gran parte de Asturias y eso provocó que entre las 12.30 horas, momento en que se produjo el apagón, y las 19.00 horas se registrasen 1.799 llamadas al Servicio de Emergencias, un 28% más que en una jornada ordinaria. En ese periodo se contabilizaron 502 incidentes, de los que 102 fueron rescates de personas, la mayoría atrapada es ascensores.

Donde hubo más problemas fue en la red ferroviaria. Un tren procedente de Asturias con destino Madrid se quedó parado en uno de los túneles de Pajares y no fue remolcado hasta pasadas casi diez horas. La operadora Adif contabilizaba a última hora de la tarde una docena de incidencias en Feve y tres en Cercanías. Además, la decisión del Ministerio de Transportes de limitar el tráfico aéreo provocó algunos retrasos y cancelaciones en el aeropuerto asturiano que trastocaron los planes de muchos viajeros.

La industria asturiana también sufrió algunas complicaciones con parones en la factoría de Arcelor, donde en las primeras horas tras el incidente no hubo corriente eléctrica ni en el horno alto ni en las baterías de Gijón. En la multinacional Saint-Gobain Cristalería siguieron trabajando, aunque con ciertos problemas, según reconocieron fuentes próximas a la empresa.

A buena parte de las autoridades políticas asturianas, la desconexión de la red eléctrica les pilló en la catedral de Oviedo, en plena misa por el fallecimiento del papa Francisco. Un inesperado estruendo precedió al apagón y un silencio inundó el templo hasta que el arzobispo, Jesús Sanz Montes, decidió seguir con la homilía a viva voz. La delegada del Gobierno, Adriana Lastra, fue la primera en abandonar la celebración tras recibir las primeras informaciones que apuntaban lo que estaba sucediendo, no solo en Asturias sino en el resto del país.

La situación era compleja. El presidente del Principado, Adrián Barbón, se trasladó posteriormente a las instalaciones de La Morgal en cuanto le fue posible y constituyó un comité de crisis en el que participó una amplia representación del Gobierno, así como representantes de las principales fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, Emergencias, Protección Civil y Fuerzas Armadas. Poco antes de las dos de la tarde, el consejero de Gestión de Emergencias, Alejandro Calvo, decretó el nivel 2 de emergencia.

El trabajo del comité se centró entonces en "mantener los servicios esenciales" y garantizar la atención a todos aquellos asturianos que necesitasen asistencia. Con los hospitales ya cubiertos con sus generadores, los esfuerzos pasaron a las residencias de mayores. Asimismo, el Principado garantizó el almacenamiento de combustible a mayores por si fuera necesario disponer de él, solicitando además la ayuda de la UME.

Mientras todo esto ocurría, un preocupado Adrián Barbón llamaba a "la calma" a la ciudadanía y pedía que se evitasen los desplazamientos, en un tono similar al que empleó el Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en su primera intervención pública, en torno a las seis de la tarde. No obstante, la situación se complicó aún más a las tres de la tarde, momento en el que los teléfonos móviles, que hasta ese momento había permanecido operativos, comenzaron a fallar. Muchos asturianos estuvieron durante horas sin poder llamar ni conectarse a internet, lo que dificultó contactar con familiares.

El apagón provocó escenas ya olvidadas. Muchos recuperaron su vieja radio, o se hicieron con una nueva, para intentar seguir informados de cada nuevo avance. Los supermercados volvieron a ser epicentro de la incidencia, con largas colas en las cajas para hacerse con productos no perecederos, y los suministros de velas se acabaron en multitud de tiendas de la región.

La inquietud por la falta de luz fue común en todo Asturias, aunque en el Oriente la preocupación fue más bien el agua. Covadonga recibe agua gracias a unas bombas que funcionan gracias a la energía eléctrica, ya que es necesario bombear el líquido desde la captación hasta un depósito situado muchos metros por encima.

El Noroccidente asturiano fue el primero en ver la luz. En torno a las cuatro de la tarde, el suministro eléctrico se restableció en Tapia y Castropol. Y poco a poco fueron sumándose más localidades. En torno a las ocho de la tarde, la mayoría de localidades asturianas ya tuvo suministro. Atrás quedaban horas inéditas. "Poco a poco se va restableciendo la electricidad en Asturias. Pido prudencia y gestión responsable de la energía, por la dificultad de la situación", solicitó Barbón, quien agradeció a la ciudadanía su "enorme muestra de civismo y responsabilidad. Y de solidaridad. Asturias ha estado, como siempre, a la altura", aseguró. Los asturianos se acostaron confiando en que la jornada quedase convertida en una pesadilla una vez que se despertasen. Hoy está previsto que todos los servicios funcionen ya con normalidad.