El escenario del accidente de Cerredo desvela sus primeras evidencias: un único detector de grisú y apagado

El relato de la primera inspección de la mina de Degaña, clave en la investigación

Cuatro vagonetas a medio llenar evidenciaban que se extraía carbón

Integrantes del equipo de investigación, en la primera inspección de la mina tras el accidente. | DEMELSA ÁLVAREZ

Integrantes del equipo de investigación, en la primera inspección de la mina tras el accidente. | DEMELSA ÁLVAREZ

Vicente Montes

Vicente Montes

Oviedo

El escenario de un accidente se asemeja a la escena de un crimen: las pruebas y constatanciones de la inspección del entorno resultan clave para extraer conclusiones. Precisamente el relato que los investigadores de la Guardia Civil establezcan tras la primera incursión en el tercer piso de la mina de Cerredo en el que murieron cinco trabajadores tras una extraordinaria explosión será fundamental para encauzar el rumbo de la investigación judicial.

La primera inspección realizada por los agentes de la Guardia Civil ha permitido constatar algunas evidencias, según fuentes próximas a la investigación. Entre los fallecidos solo se encontró un único detector de grisú, que portaba el trabajador que ejercía de vigilante. Pero según las mismas fuentes se encontraba apagado. El oxímetro, que evalúa la concentración de oxígeno en el ambiente, emite un llamativo sonido cuando se alcanzan los umbrales de riesgo. De hecho la sospecha está en que pudo apagarse para evitar la molestia de su estruendo.

También el escenario constata la extracción ilegal de carbón. De hecho, cuando los investigadores accedieron al lugar donde se produjo la fatal deflagración que causó la muerte a las cinco víctimas del suceso, comprobaron la existencia de cuatro vagonetas que se encontraban a media carga con carbón.

No obstante, la evidencia más clara, tal y como relató la ya exconsejera de Transición Ecológica Belarmina Díaz, fue la presencia de dos huecos posteados que corroboraban la actividad extractiva: el primero de unos 18,2 metros de longitud y el segundo de 24,6 metros. La anchura, por la que debían deslizarse los picadores, era de apenas 80 centímetros. La exconsejera Belarmina Díaz calificó esas condiciones como comparables a las del "peor de los chamizos".

Otra de las piezas decisivas será la declaración de los supervivientes del accidente. Han declarado a la Guardia Civil que llevaban meses extrayendo carbón de manera irregular, precisamente en un periodo en el que el Principado no realizó ninguna inspección. La última se produjo seis meses antes del accidente.

El juzgado de Cangas del Narcea ha decretado el secreto sobre las investigaciones. Estaba previsto que en próximos días se remitiese por parte de la Guardia Civil el primer informe sobre el accidente y tras la inspección sobre el terreno.

Solo Tomé traslada su posición a favor de la comisión

Únicamente la diputada Covadonga Tomé trasladó ayer a la Mesa de la Junta (órgano de gobierno parlamentario) su posición favorable a la comisión de investigación. El resto de partidos no expresó de manera formal ese parecer, por lo que no ha sido posible acortar los plazos de constitución. Será el viernes cuando se agote el periodo reglamentario para que los grupos expresen posibles retice ncias a la comisión de investigación solicitada por los diputados del PP y Foro. De producirse algún parecer en contra, la constitución de la comisión debería someterse a votación del Pleno.

Tanto PSOE como IU ya han expresado que no se opondrán a la comisión, pero tampoco han querido explicitar su respaldo; tampoco lo han hecho PP ni el diputado de Foro, Adrián Pumares (quienes solicitaron la comisión) ni el grupo parlamentario de Vox, por lo que el procedimiento no se acorta.

Así las cosas, no será hasta la semana que viene cuando se extinga el plazo y se active la comisión. El siguiente paso será que cada grupo parlamentario designe a los dos diputados que participarán en la comisión de investigación.

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