Una red analógica fue la clave para mantener el servicio de ambulancias en Asturias: "Hubo responsabilidad de los ciudadanos y eso nos ayudó mucho"

Parecía que algo así no podía pasar, pero pasó. La electricidad se cortó, pero las luces de las ambulancias siguieron funcionando. Se cortaron, también, la telecomunicaciones, pero las llamadas de urgencias siguieron entrando. No fue gracias a ninguna fórmula del futuro, sino del pasado: una red analógica propia garantizó durante todo el día del lunes las comunicaciones entre los vehículos y el centro de coordinación de emergencias, pudiendo realizando los servicios requeridos.

La empresa encargada del servicio de ambulancias de Asturias, Transinsa, logró sacar adelante todas las llamadas que iban recibiendo en una jornada en la que el número de incidencias fue "el habitual", según explican desde la empresa. "Influyó mucho la responsabilidad por parte de los ciudadanos, que solo avisaron en casos verdaderamente necesarios", se felicitan desde Transinsa. "Aparte de las emergencias, se mantuvieron, sobre todo, los desplazamientos programados para diálisis u oncología y tuvimos a muchos pacientes dependientes de bombas de oxígeno que fueron por sus propios medios al hospital y requerían de ambulancia para la vuelta a casa", añaden en la empresa.

Pero, ¿cómo se mantuvo este sistema? El consejero delegado de la empresa, Carlos Paniceres, explica que hubo dos puntos claves para que esto fuese posible. El primero "y quizás el más importante", es que Transinsa cuenta con esa una red analógica de repetidores propios: "Esto lo que hace es que no necesitemos la conexión a internet ya que todas las ambulancias tienen una radio que les permite recibir los avisos", dice. Con repartidores de frecuencia repartidos por toda la región, el centro de operaciones solo tenía que lanzar el aviso y, dentro del vehículo, se escuchaba con nitidez. "También contamos con un teléfono vía satélite que nos ayuda a comunicarnos con aquellas zonas donde no hay repetidores", aclara Paniceres.

El segundo punto a tener en cuenta fue la ayuda que recibieron por parte de una empresa asturiana que les cedió tres mil litros de gasoil para garantizar el suministro. "Por protocolo hay que tener el depósito de los vehículos lleno antes de cada trayecto, pero en una situación así temíamos no poder abastecernos", relata Paniceres. En el caso de Transinsa, como el de otros servicios indispensables, se activó el plan de contingencia arrancando un generador propio que les garantizaría varias horas de suministro. "Con la incertidumbre de no saber que tiempos manejábamos, este apoyo de gasolina resultó fundamental para poder tener un colchón en caso de que se alargase", explican desde la empresa, que celebra haber podido dar respuesta a todos los avisos recibidos a lo largo del lunes.

Además, la compañía estuvo en contacto permanente tanto con la consejera de Salud, Concepción Saavedra, como con el Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA). "Por suerte se pudo dar servicio a todo", aclaran, aunque no fue hasta las cuatro de la madrugada cuando se normalizaron las comunicaciones.

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