Entrevista | Inés Calvete Investigadora del IPLA

"Con la magaya de la sidra pueden hacerse productos buenos para el intestino"

"Queremos incorporar los residuos vegetales a los modelos económicos circulares", explica la científica, que estudia las propiedades de los restos de manzana

Inés Calvete, en el exterior del IPLA. | MIKI LÓPEZ

Inés Calvete, en el exterior del IPLA. | MIKI LÓPEZ

Sara Bernardo

Sara Bernardo

Oviedo

Inés Calvete estudió el grado de Biología en la Universidad de Oviedo y es investigadora en el Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA). Actualmente se encuentra en un proyecto que trata de analizar la viabilidad de utilizar la magaya –el residuo que queda al mayar la manzana– como posible prebiótico, beneficioso para el intestino.

-¿En qué consiste su investigación?

-Mi investigación consiste en valorizar residuos vegetales. En el caso de los residuos generados de la elaboración de sidra se consiguen grandes cantidades de bagazo de manzana o sidra. Nosotros estudiamos estos residuos para tratar de ver si tienen cabeza como posible prebiótico. Esa es un poco la valoración que propone mi investigación: reciclar, de alguna manera, los sobrantes del proceso de la sidra y darles un uso del que podamos beneficiarnos todos.

-¿Cómo empezaron?

-La investigación comenzó con la búsqueda en la bibliografía de residuos de vegetales que podrían ser potenciales prebióticos y se eligió la magaya por ser una posible fuente de pectina, fibra natural que se encuentra en las paredes celulares de las frutas y verduras Se seleccionaron nueve variedades de manzana dentro de la DOP Sidra de Asturias. Se caracterizaron fiso-quimicamente y se observó que, efectivamente, se podrían como fuente de pectina.

-¿Y por qué es importante la pectina?

-Porque la pectina se usa normalmente como gelificante en mermeladas, por ejemplo, pero se ha visto que también puede ser interesante su uso como prebiótico, ya que favorece el crecimiento de bacterias beneficiosas para la salud intestinal, incluso más que otra prebióticos comunes. Que esté muy presente en la magaya hace que de un residuo podamos obtener algo que puede favorecer nuestra salud intestinal.

-En su caso, ¿por qué eligió este tema?

-Porque el Grupo Microhealth del Instituto de Productos Lácteos de Asturias en el que desarrolle mi tesis doctoral tiene como objetivo principal de abordar el estudio de la ecología y funcionalidad, así como las aplicaciones tecnológicas, de microorganismos beneficiosos en relación con la salud humana. Y una de sus líneas es la revalorización de subproductos agroalimentarios para obtener nuevos compuestos con actividades beneficiosas capaces de modular la microbiota intestinal donde se enmarca mi tesis.

-¿Cómo trabajan?

-Mi trabajo es realizar las pruebas necesarias para evaluar el poder prebiótico de este subproducto de la industria sidrera intentando que se le de un nuevo uso y de esta forma evitar la acumulación de este residuo. Así que ganamos todos.

-¿Qué considera qué es importante en el mundo de la investigación y más concretamente en su ámbito?

-En el mundo de la investigación, son importantes la curiosidad, el pensamiento crítico, la ética y la rigurosidad. En mi caso la investigación en microbiota intestinal es crucial para entender cómo los microorganismos que habitan nuestro intestino influyen en la salud y la enfermedad, abriendo nuevas vías para el diagnóstico y tratamiento de diversas patologías.

-¿Por qué cree que es importante investigar este tipo de cosas?

-Porque investigando te surgen más preguntas de las que tenías en un inicio. Y eso es muy valioso porque te permite ir buscando más información y conociendo en profundidad un tema que te interesa y que te permite dar respuestas para el avance del conocimiento en ese área que suele ser muy importante para la salud y para la sociedad en genera.

-¿Tienen algún objetivo?

-Queremos incorporar los residuos vegetales a los modelos económicos circulares, reduciendo su huella de carbono. Además nos gustaría contribuir a sistemas de producción de alimentos más sostenibles y eficientes y dando nuevas oportunidades para comercializar productos derivados de ellos, y en la medida de los posible que sean de alto valor.

-¿Cómo está siendo este proceso de investigación?

-Además de lo que comentaba antes sobre que la magaya es una buena fuente de pectinas, compuesta por minerales, polifenoles y fibra, estamos viendo en los estudios in vitro e in vivo que se está habiendo una modulación de la microbiota tanto por parte de la pectina de la magaya como del propio subproducto.

-¿Tienen alguna conclusión?

-La caracterización de nueve bagazos de manzanas de sidra con Denominación de Origen Protegida "Sidra de Asturias" y de sus fracciones de pectinas demostró que este subproducto es una buena fuente de pectinas con propiedades estructurales diversas. Y los estudios in vitro e in vivo mostraron que tanto los bagazos como las pectinas testadas tienen capacidades de modulación de la microbiota intestinal. Lo que resulta muy beneficioso porque es la forma de derivar nuestra investigación en la creación de alimentos o suplementos alimenticios que ayuden a la población a regular el transito intestinal, favoreciendo el flujo intestinal.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents