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El Ministerio sigue reticente con las batidas de lobos y avisa al Principado de que la especie permanece en situación desfavorable

Hugo Morán insta al Principado a tener en cuenta el "posible efecto" sobre la especie de la eliminación de ejemplares y pide información de cuántos se matarán

Hugo Morán. Secretario de Estado de Medio Ambiente

Hugo Morán. Secretario de Estado de Medio Ambiente

Mariola Riera

Mariola Riera

Oviedo

"Debe tenerse en cuenta que el lobo sigue siendo una especie cuyo estado de conservación ha sido evaluado por España como ‘desfavorable-inadecuado en las tres regiones biogeográficas en las que está presente". Así lo advierte por carta el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, al consejero de Medio Rural del Principado, Marcelino Marcos Líndez, a las titulares del ramo en las vecinas Galicia y Cantabria.

No es un secreto que las relaciones entre ambos departamentos, ambos bajo mandato socialista, no pasan por su mejor momento a cuenta de la gestión de la especie. Marcos Líndez anunció que se empezarán a matar ejemplares en Asturias en cuanto sea posible, una vez en marcha el plan de gestión gracias a que el lobo ya no está protegido al norte del Duero.

Pero Hugo Morán no ve claro que pueda o, más bien, deba ser así. El Secretario de Estado de Medio Ambiente, que tramitó con la exministra de Transición Ecológica y ahora comisaria europea, Teresa Ribera, su inclusión en el Lespre (listado de especies protegidas) en 2021 por iniciativa de la organización conservacionista Ascel, aconseja al Principado y también a otras comunidades como Galicia y Cantabria dispuestas a eliminar lobos que deberían pensárselo.

Apunta el dirigente en las cartas –remitidas el 30 de abril– que su desprotección en base a la ley contra el desperdicio alimentario "parecería posibilitar, a priori, un cambio inmediato en el modelo de gestión que se venía aplicando" y volver a ser, en las comunidades que así lo consideran, especie cinegética. No obstante, el Gobierno central –cuyos diputados socialistas votaron en contra en el Congreso de la desprotección– no ve que sea conveniente. El Secretario de Medio Ambiente echa mano de jurisprudencia reciente en contra que el lobo sea cazado. Esto último es algo que no se permite en Asturias, cuyo plan de gestión prevé matar animales –53 hasta marzo de 2026– para controlar la superpoblación que hay, como sostienen en el Principado. Al mismo tiempo, Morán apela al "principio de cautela". Así que pide a la administración regional tener en cuenta tales cuestiones y el "posible efecto que sobre el estado de conservación del lobo pueda tener la extracción de ejemplares". Además, reclama información sobre las previsiones para eliminar lobos, tanto del número como del lugar, por su relevancia para conocer el estado de la especie.

Punto de mira

El dirigente asturiano ha estado en los últimos años señalado por los ganaderos, por oponerse a la eliminación de lobos. Él siempre ha argumentado que en base al último informe sexenal (2013-2018) y que sigue en vigor las poblaciones presentan un estado desfavorable. Ahora mismo se están revisando los censos para elaborar el nuevo informe sexenal 2019-2025 que los estados miembros deben remitir a la Comisión el próximo mes de julio a más tardar. Entonces, será el momento de adoptar cambios, según ha reiterado en varias ocasiones, si procede. Pero ha recalcado que debe ser en base a los datos y lo que aconsejen los científicos.

El Gobierno del Principado defiende que la población en la región está desmadrada, con 45 manadas, y prevé abatir lobos incluso fuera de zonas de gestión. El objetivo del programa es reducir los daños y ataques a la cabaña ganadera que generan, según la Consejería de Medio Rural, más de 6.000 expedientes al año y, en 2024 afectaron a más de 3.200 animales con más de 1,5 millones de indemnizaciones.

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