Marta Friera evoca la Asturias que quiso "gobernarse a sí misma" hace dos siglos

La profesora ingresa en la Academia de Jurisprudencia analizando el papel de los juristas asturianos en el tránsito del Antiguo Régimen al liberalismo

Marta Friera Álvarez e Ignacio Fernández Sarasola, durante el acto. | IRMA COLLÍN

Marta Friera Álvarez e Ignacio Fernández Sarasola, durante el acto. | IRMA COLLÍN

Oviedo

La transición de la Ilustración al Liberalismo ha sido estudiada a lo largo de la historia desde multitud de prismas, pero si hay un ámbito donde esta transformación del pensamiento dejó una intensa huella, ese fue sin duda el ámbito jurídico. La renovación que se produjo entre los siglos XVIII y XIX supuso dejar atrás el Antiguo Régimen en pro de la soberanía nacional, la separación de poderes y el reconocimiento de derechos individuales. La profesora de Historia del Derecho y de las Instituciones, Marta Friera Álvarez, disertó ayer sobre todos estos cambios y particularidades con motivo de su ingreso en la Real Academia Asturiana de Jurisprudencia, siendo recibida por el académico de número Ignacio Fernández Sarasola.

Friera analizó cómo el choque entre estas "dos formas de ver el mundo" puso en riesgo las normas, el derecho común y el derecho consuetudinario (también conocido como derecho de usos y costumbres), así como el "importante" papel que tuvieron los juristas asturianos en este proceso. "Se dan cuenta de que si potencian tanto la ley del rey, las otras fuentes del derecho desaparecen. Y entonces, ellos mismos se convierten en fueristas, en defensores de los derechos históricos de Asturias. Insisten en que tiene su propio derecho a gobernarse a sí misma, a través, sobre todo, de la Junta General", explicó. Una "forma concreta de representación y de gobierno" que tenía su máximo órgano en esa junta, "cortecillas la llamaban", que estaba integrada por los representantes de todos los concejos asturianos.

Dichos juristas buscaban no perder particularidades fiscales, militares y del reparto de las tierras. "A lo que tienen miedo los asturianos es a que ese autogobierno desaparezca en el tránsito, porque el liberalismo es muy centralizador y muy uniformista", narró la profesora sobre el sentir de la época.

Esta defensa foral se mantuvo hasta 1834. En esos años, incluso, sus partidarios llegaron a amenazar con la causa carlista, incidiendo en que a Navarra y a las entonces provincias vascongadas sí se les estaban dando lo fueros, lo que era un agravio comparativo. Finalmente, "las nuevas clases en el poder, los nuevos gobernantes de la provincia, se conforman un poco con el liberalismo centralizador. Les es satisfactorio ya".

En todo este proceso intervinieron asturianos de renombre, como Agustín de Argüelles Álvarez, pero también otros muchos juristas que se quedaron trabajando en Asturias y sobre los que Friera quiso poner el foco. En aquella época se creó, además, el Colegio de Abogados de Oviedo, donde ayer se celebró su nombramiento.

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