Un año con AVE: bajar de las tres horas el viaje con Madrid, el reto pendiente

Adif debe completar la renovación del tramo León-La Robla y Pola de Lena-Gijón para poder aprovechar al máximo las prestaciones de los trenes Avril

Un año con AVE: bajar de las tres horas el viaje con Madrid, el reto pendiente

Un año con AVE: bajar de las tres horas el viaje con Madrid, el reto pendiente / LNE

Xuan Fernández

Xuan Fernández

Oviedo

El 21 de mayo del año pasado todo cambió: por primera vez en la historia, un tren AVE atravesó la Cordillera Cantábrica y entró en Asturias, dando un paso definitivo tras la apertura de la Variante y situando a la región en un nuevo contexto, desde entonces en la primera división de la alta velocidad.

Hoy se cumple un año del esperado estreno de los Avril (el AVE asturiano convencional), el tren más veloz y de mayor capacidad, que convive con el Alvia, más lento y con menor aforo: 299 plazas frente a las 500 del AVE. El convoy se hizo esperar, con un retraso de más de tres años, pero su llegada —que luego completaría el Avlo (AVE de bajo coste de Renfe)— supuso el cumplimiento de la gran oferta ferroviaria prometida para la región por el Gobierno central.

Asturias cuenta en estos momentos con seis frecuencias por sentido con Madrid, lo previsto cuando se inauguró la Variante. El año transcurrido desde entonces ha dejado cifras muy altas de ocupación, que superan el 95 % en muchas de las frecuencias. "Ni por asomo esperábamos estas cifras", asegura un responsable de Renfe que formó parte de los equipos de trabajo de cara al estreno del AVE. Desde su puesta en marcha, los trenes AVE han sido utilizados por más de seis millones de personas en toda España. De lunes a jueves hay un total de 40 circulaciones diarias; 42 los viernes.

Desde entonces, el trayecto Oviedo-Madrid se puede completar en apenas tres horas y diez minutos, dependiendo del horario escogido y de las paradas de los convoyes. Pero las mejoras ferroviarias, impulsadas por el AVE, no concluyeron con la llegada de los Avril. En estos momentos, el foco está en tres asuntos principales: las obras en la vía —que podrían reducir los tiempos de viaje—, el aumento de frecuencias por parte del Ministerio y la liberalización ferroviaria, que ha sido retrasada por el Gobierno central.

Adif, gestor de la infraestructura, tiene varias actuaciones pendientes desde hace años que están llamadas a reducir la duración del trayecto por debajo de las tres horas, tal y como anunció el Principado hace ya un año.

Una de las más importantes es la adaptación y renovación de la vía León-La Robla, en el municipio leonés. Es una obra que se desarrolla por fases, ya en marcha, y que afecta a un enclave trascendental para Asturias: la parte previa a la Variante de Pajares y la entrada en la región. Estos trabajos ya han sufrido numerosos retrasos y no existe un plazo oficial para su finalización. ¿Por qué es importante el tramo León-La Robla? Porque, debido al trazado, los trenes AVE no alcanzan la misma velocidad que en la Variante, lo que limita su potencial.

En teoría, esas mejoras incluirán la instalación del triple hilo, que permite la convivencia del ancho ibérico —el utilizado desde León— y el europeo, ya presente en otros corredores. Hipotéticamente, cuando concluya esta obra, se podría circular en ancho europeo al menos hasta Pola de Lena, lo que permitiría a las compañías privadas —que en España solo operan con ese ancho— prestar servicio hasta ese enclave.

En la comunidad vecina, también está pendiente completar el tendido de la segunda vía de AVE entre Palencia y León, una obra ya en marcha. Esta actuación permitiría incrementar la capacidad de circulación de la línea asturiana y aumentar las frecuencias, lo que también acortaría los tiempos de viaje.

En territorio asturiano, la obra clave pendiente en alta velocidad es la renovación integral de la línea entre Pola de Lena, Oviedo y Gijón. Actualmente, los trenes circulan mucho más despacio en esos tramos porque la vía no está adaptada, lo que supone una importante pérdida de tiempo. En algunos momentos, un Avril llega a circular a solo 60 kilómetros por hora, pese a estar diseñado para superar los 300 km/h. La obra se está desarrollando por fases y Adif ya ha licitado algunas partes, pero la intervención fundamental es la renovación completa de la vía con nuevas traviesas que, incluso, permitirían más adelante la instalación del ancho europeo mediante triple hilo, en consonancia con las directivas europeas.

En cualquier caso, instalar el ancho europeo es un proceso enormemente costoso que, a día de hoy, no está sobre la mesa. La licitación clave está prevista a partir de 2026, aunque ya se han adjudicado algunos trabajos. En verano se anunciaron obras de señalización por más de 41 millones de euros. El plan del Ministerio de Transportes contempla realizar primero la renovación del tramo Lena-Oviedo, y posteriormente el de Oviedo-Gijón, mejorando el trazado. La previsión es invertir 180 millones de euros en el primer tramo y 80 en el segundo.

Otra obra importante, con incidencia tanto en cercanías como en el tráfico de mercancías, es la renovación de la Variante de Villabona, ya licitada por 19,5 millones de euros: una actuación que permitirá reducir los tiempos de viaje entre Oviedo y Gijón, tanto en servicios de cercanías como de larga distancia.

CC OO carga contra los operadores privados

El otro gran asunto pendiente es la liberalización, un proceso que el Gobierno ha retrasado y que esperan las compañías privadas. Ouigo, que ya opera en el sur y el Mediterráneo, se reunirá próximamente con el Principado para estudiar el mercado asturiano.

Uno de los principales problemas para las operadoras al margen de Renfe es que carecen de trenes de ancho variable, capaces de pasar sin interrupciones de un ancho a otro, como sí hacen los Avril.

"No los tienen porque no los han comprado, no hay más razón. Seguramente las compañías privadas no contaban con el éxito de la Variante en número de viajeros y ahora, al ver las cifras, quieren subirse al carro", aseguró ayer Nacho Guzmán, responsable ferroviario de CC OO, quien además criticó las últimas decisiones de Renfe: "Han eliminado cargas de trabajo en Asturias para trasladarlas a otras regiones más céntricas, algo que no mejorará el servicio", afirmó. Lo que hace la compañía es encargar algunas frecuencias Madrid-Asturias a maquinistas de otros territorios, aunque esto, en cualquier caso, no implica pérdida de empleo.

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