El drama de un matrimonio de Oviedo y su hija con parálisis cerebral: gastaron todos sus ahorros para pagar la entrada de un piso y la promotora no lo entrega

La empresa impide desde hace meses el acceso a la vivienda de la familia, que abonó una entrada de 56.000 euros y sobrevive de alquiler: "Estamos desesperados"

María Teresa Feito e Hilario Fernández, con su hija Carmen, delante del bloque donde compraron un piso, en Oviedo.

María Teresa Feito e Hilario Fernández, con su hija Carmen, delante del bloque donde compraron un piso, en Oviedo. / LNE

Xuan Fernández

Xuan Fernández

Oviedo

Carmen Fernández es una ovetense de 37 años que nació con parálisis cerebral. Es totalmente dependiente, no puede hablar y necesita una silla de ruedas para vivir. Carmen es la pequeña de los cuatro hijos de Hilario Fernández (81 años) y María Teresa Feito (65), ambos de Oviedo. Él, ya jubilado, era pintor y decorador; ella es ama de casa.

Los tres vivían en un piso adaptado a las necesidades de la hija pequeña, en el barrio de La Corredoria (Oviedo). La familia tomó una decisión trascendental el año pasado: comprar un nuevo piso en construcción, totalmente adaptado, y vender el suyo y otra vivienda en Llanera. El plan era mudarse al entorno del HUCA, cerca de donde residían antes, a un piso más moderno. Pagaron una señal de 56.000 euros por la vivienda, cuyo coste era de 280.000. Invirtieron todos sus ahorros.

Ya deberían estar disfrutando de su nueva casa, pero nada ha salido como la promotora les prometió en un primer momento. "Esto no es vida para nadie. Mi hermana está con una fuerte depresión, mi cuñado muy angustiado y la salud de mi sobrina se está resintiendo, porque no vive en un piso adaptado", cuenta María Jesús Feito, tía de Carmen, quien relata los detalles de una situación que les resulta "inexplicable".

El compromiso de la promotora, según la familia, era entregar las llaves en el cuarto trimestre de 2024. La fecha tope, según esa promesa, era el 31 de diciembre. Los padres de Carmen hicieron cálculos en función de esa previsión. En mayo compraron el piso nuevo, en julio vendieron el suyo, y mediante un acuerdo con el comprador se quedaron varios meses en su antigua vivienda.

Ahora tienen el dinero de la venta en la cuenta, pagaron la entrada, pero siguen sin tener casa en la que habitar. Como vuelta de tuerca a la historia, lo más desesperante es que los pisos, de una promoción llamada Alveum (2), ya están prácticamente terminados. Solo falta poner las puertas, pero no pueden entrar ni vivir en él. Hilario, con 81 años, ya ha dicho más de una vez que le entreguen la casa y que él mismo pondrá la puerta, sin que se lo permitan. "Están destrozados", cuenta María Jesús Feito.

En diciembre, la promotora les comunicó que el plazo de entrega se retrasaba tres meses más de lo previsto, hasta finales de marzo. La familia se fue entonces a un piso de alquiler temporal, desde enero hasta marzo, a 850 euros al mes y sin ninguna adaptación para Carmen. Cuando acabó el alquiler, seguían sin tener disponible su piso nuevo. Empezaba así un retraso sobre el retraso. La familia tuvo que buscar otro piso de alquiler, donde viven desde entonces, al finalizar el arrendamiento anterior.

María Teresa Feito e Hilario Fernández, con su hija Carmen, delante del bloque donde compraron un piso, en Oviedo.

María Teresa Feito e Hilario Fernández, con su hija Carmen, delante del bloque donde compraron un piso, en Oviedo. / LNE

Pagan 950 euros al mes y la vivienda tampoco está adaptada a las necesidades de Carmen. Es lo mejor que encontraron. "Casi no hay pisos en alquiler, y menos todavía adaptados", lamenta María Jesús Feito. El resultado de todo esto es que dos personas mayores tienen que cuidar de su hija enferma sin apenas medios.

Tener una ducha adaptada es básico para Carmen, así como una casa con puertas amplias y sin escalones, para que no tenga problemas al circular con su silla de ruedas. En la actual hay un pequeño desnivel que dificulta el día a día. Ahora, su madre, con problemas de espalda, tiene que cargarla en brazos para poder bañarla. Su salud física se resiente, asegura su hermana, y también la mental, que le provoca "tristeza y desesperación". Lo mismo le sucede al padre, angustiado. "Han trabajado toda su vida. ¿Cómo puede ser que, después de invertir todos sus ahorros, estén en la calle y sin solución, de momento?", lamenta esta familiar.

Hilario Fernández y María Teresa Feito ya se han dejado, entre el alquiler y los gastos, más de 5.000 euros, que reclamarán a la promotora una vez estén en su casa.

¿Por qué no avanza la obra? Desde hace semanas está parada, a falta solo de acabar las puertas "Nadie nos dice nada, ni siquiera explicaciones mínimas. Y, sobre todo, hacemos responsable a la promotora, que fue la que estableció el plazo", aseguran. La promotora, según relata María Jesús Feito, responsabiliza a su vez a Sedes, la empresa semipública de construcción, que atraviesa serios problemas económicos. La constructora San José fue la encargada de hacer la primera fase de la obra, encargándose Sedes de la segunda. Esta ya tiene todo listo, pero no ve la luz. Hay más personas afectadas, también a la espera de entrar en su nueva casa.

"Faltará cualquier pequeño trámite, pero nadie explica nada, es muy cansino, no sabemos qué hacer", lamenta Feito, en contacto con la promotora, que de momento no ofrece ninguna solución, pese a ser, según la familia, la máxima responsable de todo lo sucedido. La espera para este matrimonio y su hija Carmen continúa. Y cada día que pasa, la angustia aumenta. n

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents