Asturias, un paraíso musical de verano: más de setenta festivales por toda la región que moverán a centenares de miles de jóvenes

Sin duda es todo un reclamo para los turistas

El Riverland de Arriondas, con su  globo distintivo y su noria, durante uno  de los conciertos.

El Riverland de Arriondas, con su globo distintivo y su noria, durante uno de los conciertos. / MARLEN FUEYO

Sara Bernardo

Sara Bernardo

Los festivales en Asturias cada vez aglutinan a más gente. En los últimos años se han convertido en un reclamo para los turistas que disfrutan de una experiencia que, especialmente en los "macro festivales", va más allá de la música. Las buenas temperaturas que ofrece el Principado, unidas a la posibilidad de disfrutar de puestos de comida, mercadillos, acampadas y ocio fuera del propio festival, se complementan con playas o rutas de montaña.

El Tsunami Festival es uno de los festivales de música más reclamados en el verano asturiano. Se celebra en Gijón. Según los datos de los organizadores, el año pasado superaron las 45.000 personas, contando con la presencia de ‘Scorpións’ en la que fue la edición más grande hasta la fecha. Esteban Girón, uno de sus responsables, lo tiene claro: "Estamos ante un fenómeno que va mucho más allá. La gente, sobretodo la que lleva años acudiendo a festivales, busca experiencias y la enorme oferta sirve para ponerse las pilas. Para nosotros es todo un reto. Un mismo modelo no vive más de cinco años, lo que nos hace estudiar nuevos campos y tener claro cual está siendo el reclamo del público".

Esa actualización permanente es un punto que comparten muchos de los promotores de festivales. Iñigo Domínguez, del Vesu, reconoce que hay "un exceso de oferta" que, además, se condensa en pocas semanas. De ahí, uno de los miedos de los promotores: la muerte por éxito. Esa sobresaturación del mercado puede llevar acarreada el cambio de ubicaciones. Si un grupo lleva varios años viniendo a Asturias y siempre se le ofrece lo mismo se corre el riesgo de que al año siguiente decida acudir a un festival en Galicia o Cantabria.

Concierto de «Scorpions» en el parque Hermanos Castro de Gijón, en el Tsunami. | marcos león

Vista aérea del Aquasella, encajado entre montañas, en Arriondas. / Adrián Prieto

"Asturias está muy condicionada por el tiempo, pero deberíamos plantearnos la desestacionalización para llegar a más público", plantea Domínguez quien reconoce que "la música en directo está en auge y hay que intentar que esta burbuja no explote".

En cuanto a la desestacionalización, el pasado abril se celebró el Monoloco en Avilés, que comenzó en León y cuyos promotores, Héctor Herrero y Diego Bajo, asumieron como un reto aterrizarlo en el Principado. "Siempre intentamos que las fechas sean fuera de la temporada de verano, porque nuestro público objetivo son los universitarios e intentamos que lo entiendan como un ‘premio’ antes de irse de vacaciones", explica Herrero.

"Además", apostilla su socio, "Asturias tiene una gran cultura musical así que no es de extrañar que los promotores queramos venir. Puede llover o no, pero el tiempo en general suele ser agradable y la personalidad juega a favor de los asturianos porque tienen una cultura muy abierta, muy de ‘fiesta de prao’ y los festis gustan".

Cuando hablamos de festivales nos imaginamos espacios grandes, con multitud de gente y escenarios de colores. No obstante, en Asturias hay cabida para todo. Mucha gente, porque ya ha disfrutado de la ‘macroexperiencia’ o por una cuestión de gustos, optan por festivales de menos días, conceptos más "relajados" y con artistas que se salen de lo común en el festival de gran formato.

El promotor Pablo Fernández elige los espacios reducidos: "Tiene que haber de todo lo que está pasando. Si solo se tiende a lo grande, lo pequeño se descuida". Algo que ocurre, según él, por el "cortoplacismo": "Está pasando en la sociedad en general. Cada vez vemos más consumo en lo que resulta atractivo en un primer momento y se puede dar la espalda, parcialmente, a otro tipo de eventos que también son musicales y tienen otros ambientes y experiencias".

Vista aérea del  Aquasella, encajado entre montañas, en Arriondas. |  Adrián Prieto

Concierto de «Scorpions» en el parque Hermanos Castro de Gijón, en el Tsunami. / Marcos León

Una opinión que comparte Enrique Granda, dedicado a organizar festivales más pequeños y ciclos de música. "Los festivales pequeños tienen su propio público. Este auge de los ‘macrofestivales’ es por la forma en la que hoy en día se consume la música. Antes, quizás, se consumía con más cariño. Ahora las cabezas de carteles son artistas con muy poca trayectoria, algo imprensable hace años. Que tengan tanta acogida es un tema de consumo actual".

Los festivales no son una moda nueva pero el marketing en los últimos años juega un papel importante. El color, las fotos y lo llamativo de las redes sociales hace que cada vez más jóvenes busquen hacer viajes que se salgan de la fiesta en discotecas o bares y en la que, además, puedan lucir una indumentaria con purpurina o pegatinas que no llevarían en una fiesta normal.

Ese conjunto de factores, visualmente atractivo, hizo que en el año 2024 Asturias facturase 9.693.294 euros, según el anuario de la música en vivo elaborado por la Asociación de Promotores Musicales. Una cifra que aumentó la del año anterior cuando dejaron en el Principado 8.249.012 euros. Eso se ve corroborado en los datos de ocupación de algunos de los pueblos que acogen este tipo de eventos.

El oriente acoge en agosto dos de los festivales de más impacto a nivel regional, los que se celebran entre Cangas de Onís y Arriondas. El Riverland y el Aquasella, en semanas consecutivas. Aglutinan a 20.000 y 75.000 asistentes cada uno. Casi 10 veces más que la población estable de las dos localidades.

Principales festivales del verano 2025 en Asturias

Junio

  • Festival La X.O.T.A. — 6-7 junio — Llanes
  • Xixón Folk — 6-8 junio — Parque fluvial, Viesques (Gijón)
  • Vesu — 20-22 junio — Bueño y Oviedo
  • Zarréu Fest — junio — Degaña
  • Festival de Arte y Cultura Urbana Focart — finales de junio
  • Metrópoli — 27 junio-6 julio — Recinto ferial Luis Adaro (Gijón)

Julio

  • Maízu Rock — 4-5 julio — Cangas de Onís
  • Boombastic — 17-19 julio — Llanera
  • Tsunami Xixón — 18-19 julio — Parque Hermanos Castro (Gijón)
  • Gijón Life — 16, 22 y 26 julio — Parque Hermanos Castro (Gijón)
  • Motorbeach Festival — 21-24 julio — Caravia
  • Festival Intercéltico de Avilés — 2.ª quincena de julio — Avilés
  • Celsius 232 — 2.ª quincena de julio — Avilés
  • Festival de Jazz de Ribadesella — finales de julio — Ribadesella
  • International Longboard Festival — finales de julio — Salinas (Castrillón)
  • Luarca Metal Days — julio — Luarca

Agosto

  • Las Tres Noches de Llastres — principios de agosto — Colunga
  • Surf, Music & Friends — 1.ª quincena de agosto — Salinas (Castrillón)
  • La Mar de Ruido — 1.ª quincena de agosto — Avilés
  • La Grapa Black Music Festival — 1.ª quincena de agosto
  • Songs for an Ewan Day — 1.ª quincena de agosto — Salinas (Castrillón)
  • Aquasella — 14-17 agosto — Arriondas (Parres)
  • Festival Folclórico Internacional de Avilés — 2.ª quincena de agosto — Avilés
  • Riverland Fest — 22-24 agosto
  • Festival Internacional de Música de Cámara — agosto — Ribadesella
  • Festival Intercéltico d'Occidente — agosto — Tapia de Casariego
  • Festival Horacio Icasto — agosto — Navia
  • Unirock — agosto — Puerto de Vega (Navia)
  • A Veiga Rock — agosto — Vegadeo
  • Clausura Fest — agosto — Villanueva de Oscos
  • Prestoso Fest — agosto — Cangas del Narcea
  • Festa dos Frailes — agosto — Villanueva de Oscos
  • Festival “Regodón” – Descenso Folklórico — agosto — Laviana

Septiembre

  • Romería Cuir — 5-7 septiembre
  • Fyin Fest — 6 septiembre — Recinto de La Ería (Oviedo)
  • Llanes in Blue — septiembre (o junio) — Llanes
  • Rockvera Fest — septiembre
  • VIVE Festival — septiembre — Cangas de Onís
  • Argayu Fest — septiembre — Caso
  • Cachu Fest — septiembre — Degaña
  • Noite Celta de Porcía — septiembre — El Franco
  • Noche Celta de Carrio — septiembre — Laviana
  • Noche Celta de Soto de Aller — septiembre — Aller

Todo el verano / Fechas por confirmar

  • Tiempos Nuevos — todo el verano — Plazas de Oviedo
  • CICADE – Festival de Canción de Autor Asturiana del Eo — fecha por confirmar — Vegadeo

Otro de los sectores que nota la presencia de este tipo de viajero son las tiendas de turismo. En el centro de Oviedo, Noelia González regenta una tienda de souvenirs: "En julio notas mucho público del Boombastic porque es uno de los mayores festivales y el más céntrico, así que arrastra a mucha gente a Oviedo", pero reconoce que el tipo de venta es "más bajo, como suele ocurrir con el público más joven".

En la misma situación, Guillermo Fernández, al frente de un local en la plaza del Ayuntamiento: "La gente que viene a los festivales viaja normalmente a Oviedo y desde aquí van hacia el destino. Es un perfil muy de paso, compran algo, normalmente, si tienen que hacer tiempo para coger el tren o el autobús de la que vuelven a su casa".

No obstante, esta "moda" tiende a atraer un tipo de público que los hosteleros advierten, puede generar un modelo de turismo que afecte al modelo sostenible de turismo.

"Ahora que están de moda los festivales en Asturias. Tenemos más de setenta y corremos el riesgo de convertirnos en una noria", advertía, ya el año pasado el presidente de Otea, José Luis Álvarez Almeida.

Almeida llamaba a reflexionar sobre "qué turismo queremos". El dirigente de la patronal de hoteles y hostelería añadió que "los festivales en Asturias ya estaban inventados: el Carmín, el Xiringüelu, les Piragües, el Carmen, la Descarga... en todos los pueblos de Asturias. Nosotros, desde el sector turístico, apoyamos todas las fiestas de prao y todas las patronales de todos los pueblos. Cuestión distinta es cuando un ayuntamiento, un alcalde, coge una bandera y dice ‘aquí voy a meter 50.000, que ye lo que necesita el pueblo’. Eso es lo que hay que reflexionar, si en Asturias tenemos que hacer este tipo de hitos", aseveró. Puso como ejemplo El Xiringüelu, a cuya organización felicitó, con muchos de sus asistentes trasladándose en autobuses, frente a "otro tipo de actuaciones que lo que hacen es colapsar".

Por su parte, la asociación de consumidores FACUA, denunció el pasado año el "abuso" de los festivales de verano que "cometen una cada vez más larga lista de irregularidades". La más clásica, adviertes es "no permitir la entrada con comida ni bebida para que te veas obligado a comprarlas dentro por un ojo de la cara a sabiendas de que la gente prefiere hacerlo antes de que le dé un chungo". Además, recalcan el hecho de que "para los que intentan huir y comprarse el refresco y el bocata fuera, plantean un cargo adicional por volver a entrar".

Otro de los puntos polémicos de todos estos montajes son las pulseras cashless, un método de pago que, a ojos de los consumidores, "se salta la obligación de permitir el efectivo y además cobra una comisión por devolver el dinero que sobra". Es la parte más negativa de todo este montaje que muestran como "novedoso, pero que no es más que un engaño y una pérdida de derechos por parte del consumidor".

También lanzan mensajes informativos ya que, en caso de que el espectáculo termine antes de lo acordado, el usuario tiene derecho a un reembolso. Igualmente en caso de cancelaciones sin un margen de aviso.

Asturias se ha convertido, en los últimos años, en un escenario vibrante para los festivales de música. Desde propuestas consolidadas en la costa hasta nuevas iniciativas en entornos rurales o urbanos, el Principado ha sabido atraer a públicos diversos y a artistas de renombre, posicionándose como un destino musical cada vez más relevante dentro del panorama nacional.

Estas citas no solo llenan alojamientos y bares; también aportan dinamismo económico a localidades que, en muchos casos, dependen en gran medida del turismo estacional.

Junto a estos beneficios emergen, también, algunas sombras. La masificación puntual en zonas pequeñas, el impacto ambiental, los problemas de movilidad, el ruido o la falta de regulación clara en algunos eventos generan tensiones.

Ante este panorama, la sostenibilidad se presenta como el gran reto pendiente. No solo en términos ecológicos, sino también sociales y económicos.

Para algunos de los organizadores, los más vinculados a la región y al modelo más recogido, los festivales de música no deberían ser únicamente una celebración efímera, sino una oportunidad para construir tejido cultural, identidad local y turismo de calidad.

Asturias, con su paraíso natural, está en una posición privilegiada para liderar ese camino. Quizás no sea fácil pero parece que todas las partes están decididas a poder convivir con unos espacios que los datos demuestras que tienen un alto impacto de demanda.

La pregunta es si sabrán —y querrán— hacerlo.

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