Adiós festivo al curso de las protestas, así se vivió en los colegios e institutos de Asturias: "Ha sido un año muy duro"

Los centros cierran el periodo lectivo con actividades lúdicas tras semanas de huelga y reivindicaciones de los profesores

j. a. ardura / c. tamargo / a. de la fuente / d. montañés / l. palacios

Oviedo / Gijón / Avilés / Mieres / Nava

"Intenso". Así resume el director del colegio público Virgen de las Mareas de Avilés, José Ramón Núñez, el curso escolar que ayer llegó a su fin en todos los centros de Infantil, Primaria y Secundaria de Asturias. Lo hizo con actividades lúdicas y festivas y tras meses de protestas, especialmente en la recta final, cuando los docentes de todos los niveles educativos, tanto de la pública como de la concertada, protagonizaron sonadas huelgas que aún colean.

El Virgen de las Mareas vivió un año de todo menos tranquilo: a mediados de curso trasladaron el centro de su sede original (ahora ocupada en su totalidad por el CIFP del Deporte) a unas aulas acondicionadas en el edificio anexo, sede histórica del Jardín de Infancia de Jardín de Cantos. En el centro aún esperan, recordó Núñez, que desde Educación les comuniquen en qué momento se finalizará este traslado: "No tenemos noticia". Además, el centro secundó la huelga que puso en pie de guerra a los colegios públicos asturianos.

También masivo fue el seguimiento de las protestas docentes de las últimas semanas en Gijón. El broche al curso lectivo en la mayor ciudad de Asturias llegó ayer entre música, juegos y alguna que otra lágrima de despedida, como en el caso del colegio Pumarín, que dedicó la jornada para la graduación de los mayores. "Ha sido más emotiva para los padres", decía Nicolás Martínez, de 6º de Primaria, que da el salto al instituto. "Lo voy a echar de menos, llegué con tres años y ahora tengo doce", añadía. Esta sensación era compartida por su compañera Paula Calvo. "Al instituto no me apetece ir. No es que tenga miedo, es porque se va a echar de menos esto", decía. Misma situación es la que tendrá que vivir en unos meses Mar Llano, alumna del colegio Severo Ochoa, que aseguró estar preparada para el cambio: "No me da miedo ir al ‘insti’, es una nueva etapa y casi toda la clase vamos juntos".

El último día de clases fue el más animado para muchos. En el caso del Severo Ochoa de Gijón, optaron por organizar trece actividades diferentes como el pañuelo o la gallinita ciega. No obstante, también los hay que disfrutan el resto del año. "Me gusta mucho venir al colegio y las notas han ido bastante bien", decía Diego Álvarez, de quinto de Primaria, que también espera con ganas las vacaciones. "Vamos a un hotel en Benalmádena", sonreía.

En el también gijonés colegio Montevil, se colocaron varios hinchables en el patio y las familias formaron parte de la celebración con un concurso de tortillas. Una jornada en la que los alumnos destacaron la labor de sus docentes. "Lo mejor ha sido profesora Natalia, me ha gustado aprender cosas con ella; además, nos ha enseñado valores, como la igualdad", decía Valeria García. Matías Santaeguenia también destacaba este aspecto. "Me tocaron muy buenos profesores", comentó.

Día de intensas emociones también en los centros escolares de las cuencas mineras. El fin de curso trajo consigo unas más que merecidas vacaciones, pero también despedidas de compañeros y profesores que quizás no se vuelvan a encontrar en septiembre. El colegio Liceo Mierense es uno de esos centros en los que el final de las clases se celebró por todo lo alto, con una jornada de convivencia entre docentes y estudiantes.

Desde primera hora de la mañana, el patio fue el escenario de juegos tradicionales, en los que los pequeños compartieron diversión. Desde la rana al tiro de cuerda, las clases iban pasando por cada uno de los juegos preparados. Nada que ver con un día lectivo normal, que se desarrolla entre matemáticas, lengua o sociales. "Ha sido un curso duro, con un final muy complicado por las protestas, pero que hoy cerramos junto a nuestros niños y niñas en una jornada de convivencia entre todos", apuntaba el director del centro, Juan Lana, mientras hacía de árbitro en el tiro de cuerda de una clase de quinto de Primaria..

Instituto

Algunos de esos niños que este viernes disfrutaban del patio de Liceo no volverán el próximo curso, ya que pasan al instituto. Otros dejarán Infantil para juntarse a "los mayores" en Primaria. Un puñado de profesores seguirá dando clase en el centro, y otros cambiarán de colegio para seguir formando a la sociedad del futuro. Sea como fuere, ayer fue un día de celebración, en el que las comunidades educativas se despidieron hasta el próximo 9 de septiembre, cuando se reanudará la labor docente.

El colegio San Bartolomé de Nava tiró ayer la casa por la ventana para festejar el fin de curso por todo lo alto, con el centro involucrado en una espectacular fiesta de despedida tras la tensión vivida por las jornadas de huelga y protestas de los meses de mayo y junio. Los estudiantes disfrutaron durante toda la mañana de hinchables instalados en el patio, como si de una fiesta de prau se tratara, con numerosos juegos participativos para todas las edades, como un dominó con caras y varios juegos de memoria. Para finalizar, compartieron mesa y mantel en una pitanza con aportaciones de cada familia, antes de empezar las vacaciones de verano y olvidarse de las aulas hasta el mes de septiembre.

El último día del curso siempre tiene algo de especial, con mucha alegría del alumnado y actos y festivales para celebrar el colofón del año lectivo. Eso ocurrió en el colegio San Pedro de los Arcos, el centro público ovetense que reúne a alumnos de una veintena de nacionalidades. "Ha sido un día en el que se rompió el termómetro de las emociones", describió el director del colegio, Ramsés García.

"Equilibrio emocional"

"Damos gran importancia a la idea del equilibrio emocional y nuestro lema ‘Educamos con el corazón’ se ha hecho patente hoy. Algunos profesores nos han dicho que había clases enteras de alumnos llorando de emoción, cuando en un día así suele suceder lo contrario, son todo risas y celebración porque dejas las aulas unos meses", comenta el director del centro educativo.

En esta última jornada, los alumnos asistieron y pudieron participar, con bailes y canciones, en un concierto de la cantante Silvia Joyanes. Niños y profesores cerraron el último día del curso cantando el "Asturias patria querida", un gesto de especial valor, recalcó el director del colegio porque, aunque muchos son niños de familias de otros países "son también asturianos de pleno derecho". Además, hace dos días, los alumnos de sexto de Primaria, que pasan a la ESO el próximo curso, fueron a la residencia de mayores El Trisquel, en el Fundoma, para participar en la iniciativa "Es más lo que nos une", con una exhibición de percusión, junto a Víctor Carbajal, a la gaita, y el propio Ramsés García, a la trompeta. "Ha sido un curso atípico y un año complicado, con jornadas de lucha por los derechos de los profesores", valoró el director de San Pedro de los Arcos al hacer balance. A partir de septiembre, se podrá tomar el termómetro a las consecuencias de esas protestas.

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