Emoción y aplausos en el regreso de Eslovaquia a Asturias de los setenta y cinco militares del Cabo Noval: "Misión cumplida"

"Hemos dejado el pabellón español y asturiano en muy buen lugar"

Lágrimas, aplausos y muchos abrazos: así fue el emotivo regreso a Asturias de 79 militares de Cabo Noval procedentes de Eslovaquia

Mario Canteli

Luis Ángel Vega

Luis Ángel Vega

Aeropuerto de Asturias

"Toledo", misión cumplida. Un total de 75 soldados pertenecientes a este batallón del Regimiento "Príncipe" con base en "Cabo Noval", así como efectivos de la Agrupación de Apoyo Logístico número 61, regresaron en la tarde de este viernes de Eslovaquia tras seis meses, en medio de la gran emoción de sus familiares en el Aeropuerto de Asturias. Con los soldados volvió el coronel Jesús Martínez Victoria. "Ha sido una misión muy exigente, pero a la vez tranquila. Creo que hemos cumplido con todos los objetivos. Hemos ido creciendo en exigencia y creo que hemos dejado el pabellón español y asturiano en muy buen nivel", aseguró.

El sargento gijonés Carlos Bergás abraza a sus hijas Daniela y María. | MARIO CANTELI

El sargento gijonés Carlos Bergás abraza a sus hijas Daniela y María. | MARIO CANTELI

"Hemos aprendido a combatir en época invernal, con temperaturas muy bajas, con mucha nieve. No ha habido ningún incidente, volvimos todos y con bien", añadió. Ahora volverá a mandar el Regimiento, pero sin uno de sus batallones, el "San Quintín", que les ha dado el relevo en Eslovaquia.

El coronel Jesús Martínez Victoria, con el cabo primero Fernando Parra y el suboficial mayor Pablo San Agustín, detrás.  | MARIO CANTELI

El coronel Jesús Martínez Victoria, con el cabo primero Fernando Parra y el suboficial mayor Pablo San Agustín, detrás. | MARIO CANTELI

Lágrimas, besos, abrazos..., los hubo a raudales. Una familia gijonesa esperaba anhelante. "A mitad de la misión pudimos ir a Bratislava a verle", dijo Ángeles, la esposa del sargento Carlos Bergás, que esperaba junto a su hijas Daniela y María, y la abuela, Gema. "Con las videoconferencias es como si él estuviese en persona", añadió. Tras abrazar a su hijas, el sargento se mostraba contento: "Se ha hecho una buena misión".

Otro militar que se mostraba exultante era el cabo Carlos Condoy, que se abrazó a sus hijas Alana y Helen, y su esposa Gladys Jiménez. "Lo estaba deseando", aseguró. "A esto no se acostumbra uno", añadía su mujer. También hubo lágrimas en la bienvenida al subteniente Mena Azor. Su mujer, Yolanda, aseguraba: "Se hace largo".

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