La carne asturiana, en guerra en su mejor momento con Ternera Asturiana y el Principado enfrentados

Los ganaderos disfrutan de un fabuloso contexto económico gracias a un producto de prestigio y valorado

La carne asturiana, en guerra en su mejor momento con Ternera Asturiana y el Principado enfrentados

La carne asturiana, en guerra en su mejor momento con Ternera Asturiana y el Principado enfrentados

Mariola Riera

Mariola Riera

Oviedo

El mejor momento en décadas para los productores de carne, que disfrutan de buenos ingresos gracias a los precios al alza, coincide en Asturias con la crisis de la gran marca de calidad Ternera Asturiana, una identificación geográfica protegida (IGP) para la que producen más de 6.000 ganaderos -es la más grande de la región-, cuenta con una sólida red de comercialización y disfruta de un prestigio indiscutible, con el favor del consumidor y de la hostelería asegurado, y sin apenas competencia en el mercado. El último balance hecho público en 2023 arrojó -pese a la crisis de la que se venía por la pandemia y la caída generalizada del consumo de carne- 32,4 millones de euros de facturación con más de 6 millones de kilos certificados.

Por eso todo el mundo asiste asombrado a lo ocurrido en las últimas semanas con el estallido del enfrentamiento entre la Consejería de Medio Rural y el consejo regulador, por la intervención de la primera para controlar la IGP al entender que el proceso electoral convocado el pasado abril para renovar la directiva no cumplió con los requisitos estatutarios. El motivo esgrimido por el Principado es la ausencia de candidatos del sector productor o ganadero. Sí que hubo dos candidaturas por parte del elaborador. La junta electoral informó a la Consejería de lo ocurrido y ésta movió ficha -el pasado 13 de junio nombró una comisión gestora de Ternera Asturiana-, sin embargo la IGP tomó medidas por su cuenta en ese tiempo y acordó convocar nuevas elecciones, aplazadas a septiembre para dar tiempo a que haya candidatos de todos los sectores.

Todo apunta a un embrollo administrativo y muchos temen que se avecine una guerra interminable de recursos en los tribunales que recuerda algo a lo ocurrido años atrás con la Asociación de criadores de asturiana de los valles (Aseava), que por fin ha logrado cerrar su crisis interna con una directiva volcada en regularizar las cuentas y saldar deudas. Pero por el camino se perdió la marca Xata Roxa, con la que Aseava comercializaba su carne y que hubo que disolver al ser inviable económicamente.

Por eso muchos socios asisten preocupados ante lo que pasa en Ternera Asturiana, sin saber muy bien si el Principado ha hecho bien o no en intervenir de forma tan rápida la IGP. Pero precisamente en la crisis de Aseava -que ahora forma parte de la gestora de la IGP- una de las críticas al Principado fue haberse mantenido al margen y no haber tomado cartas en el asunto antes.

La consejería de Marcelino Marcos Líndez ha recibido ahora críticas por lo que se ha entendido como una maniobra para controlar la IGP, más después de que el consejo regulador se haya plantado ante lo que considera un atropello de su autonomía. Líndez no ha dado explicaciones públicas, algo que hará el miércoles próximo en la Junta General, y de momento hay que quedarse con lo publicado en el BOPA del nombramiento de la comisión gestora que controlará temporalmente la IGP hasta convocar elecciones para elegir nueva directiva. Ante esto la actual, presidida por la ganadera Isabel de la Busta, que deja el cargo y también tuvo protagonismo en la crisis de Aseava, se ha plantado: han recurrido la resolución del Principado y han pedido públicamente a la Consejería que se "abstenga" de intervenir y respete su independencia.

Una de las preguntas es por qué no hubo candidatos por parte del sector ganadero, que aglutina a la inmensa mayoría de los socios. Entre las explicaciones se apunta a que se informó tarde de la convocatoria electoral, sin tiempo para recabar avales y presentar candidaturas. Sin embargo, también se ve sospechoso el "desinterés" de las organizaciones agrarias, que están embarcadas en sus propias elecciones -el próximo 17 julio- para renovar su representación en el Consejo Agrario, por lo que habrían preferido mantenerse al margen de las de la IGP. Esto choca, no obstante, con que las tres que tienen presencia en el consejo (UCA, ASAJA y COAG) han entrado en esa gestora que ha nombrado el Principado -el líder de UCA, Pachón García Alba es el presidente- y de la que sin haber casi echado a andar ya ha habido alguna baja entre sus integrantes (Masymas y Cooperativas Asturianas) ante la crisis generada.

Todo en un momento en el que el sector reclama una IGP fuerte, que sepa aprovechar el dulce momento actual en la producción y comercialización de carne, y también en trazar un plan futuro para cuando los precios se estabilicen o bajen.

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