Fernando Delgado, nuevo presidente de la Asociación de Cronistas Oficiales de Asturias: "El cronista es algo honorífico, pero también una vocación de servicio"

"El cargo a nivel de Asturias está vacante desde que falleció Joaquín Manzanares; le pediremos al Principado que nombre uno", asegura el líder del colectivo, que desempeña su papel en Morcín

Fernando Delgado.

Fernando Delgado. / Pablo Solares

Sara Bernardo

Sara Bernardo

Oviedo

El nuevo presidente de la Asociación de Cronistas Oficiales de Asturias habla sobre el colectivo, sus objetivos y los retos que afronta. Fernando Delgado, que ejerce en Morcín, pone además en valor el papel que desempeña esta figura en la conservación de la historia, la cultura y la identidad de los municipios. Se propone relanzar esta función con larga tradición y que no siempre es lo suficientemente reconocida a nivel político y social.

-¿Contento con el nombramiento?

-Esto es un compromiso y una responsabilidad, pero con mucha ilusión. Como colectivo llevamos ocho años y tenemos mucho potencial de desarrollo. Acepté el cargo acompañado por un excelente equipo de cronistas que formarán parte de la junta directiva. El tema tiene mucho potencial porque los cronistas oficiales hacen un trabajo importante: investigar, publicar y conservar la historia de sus municipios, pero con muy poca comunicación entre nosotros.

-¿Qué fue exactamente lo que le hizo aceptar el cargo?

-Creo que es un colectivo que tiene mucho potencial. Si trabajamos todos juntos puede ser una oportunidad para reactivar la asociación.

-¿Cómo es el día a día de un cronista?

-Asturias tiene 78 concejos, pero solo 31 tienen cronista oficial nombrado. El cronista es un cargo honorífico, vitalicio y no remunerado. La principal labor del cronista es ensalzar la historia y costumbres de su pueblo. Además, el cronista oficial de Asturias está vacante desde 2003, tras el fallecimiento de Joaquín Manzanares y propondremos al Principado que lo nombre.

-¿Por qué muchos concejos no tienen cronista?

-Principalmente porque no tienen el reglamento o la ordenanza municipal que permite nombrarlos, y a veces falta voluntad o conocimiento del proceso. Nuestra tarea es ayudarles a entender cómo hacerlo.

-¿Cuáles son sus objetivos en la asociación?

-Tenemos seis compromisos principales. Dar visibilidad y poner en valor la figura del cronista oficial ya que la mayoría de la sociedad asturiana no tiene claro qué es un cronista. Incrementar el número de cronistas, vamos a visitar los 47 concejos que no tienen cronista para explicarles el proceso de nombramiento, que implica hacer primero un reglamento municipal. Mejorar la comunicación entre cronistas ya que antes cada uno trabajaba aislado, y queremos compartir experiencias y proyectos exitosos. Hacer reuniones periódicas según los estatutos. Habrá una reunión anual en cada concejo, rotando. La próxima será el 22 de noviembre en Quirós, con una conferencia sobre la toponimia de los 78 concejos asturianos que será impartida por Xulio Concepcion, cronista oficial de Lena, y haremos un reconocimiento a los cronistas fundadores de la asociación del año 2017. Funcionar como equipo. En total seremos ocho cronistas en la junta directiva. Y por último nos gustaría incorporar más mujeres en el colectivo, ya que solo hay 3 de los 31 totales.

-¿Tan importante es la labor del cronista en el siglo XXI?

-Es fundamental para conservar y divulgar la historia local. Es una persona que escribe libros de historia local, investiga y entrevista a personas mayores para recoger su memoria. El cronista debe ser alguien que conozca bien el concejo: su historia, tradiciones, etnografía. Es un referente para la comunidad, aunque no recibe sueldo ni tiene un cargo político.

-¿Cómo se nombra a un cronista?

-El ayuntamiento debe aprobar un reglamento para poder nombrar cronistas. Luego, la corporación municipal lo designa, normalmente por unanimidad. Es un nombramiento vitalicio y solo puede haber un cronista por concejo.

-¿Qué requiere un buen cronista?

-Un cronista no es solo un título honorífico, sino una vocación de servicio para conservar la memoria, la historia y la identidad de cada comunidad. Es una tarea que beneficia a todos. Para ello hay que tener mucho conocimiento del lugar y saber transmitir esa historia a los vecinos y al resto de la comunidad.

-¿Ha cambiado la percepción del cronista en la sociedad asturiana?

-Sí. Poco a poco la gente va entendiendo más el valor que tiene conservar la memoria histórica y cultural, pero todavía queda mucho por hacer para que se reconozca plenamente el trabajo de los cronistas y su importancia para el patrimonio local.

-¿Cómo se pueden atraer a más cronistas?

-Estamos explorando el uso de nuevas tecnologías, como plataformas digitales y redes sociales, para difundir el trabajo de los cronistas y conectar con un público más amplio, especialmente los jóvenes. También queremos organizar actividades culturales y educativas que sean más dinámicas y participativas.

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