Las reacciones a las condiciones del Gobierno para la OPA del BBVA al Sabadell: entre la alegría reprimida y el cálculo del siguiente paso
Tras conocerse ayer el endurecimiento de las condiciones a la opa de BBVA sobre el Sabadell, la consigna en el banco catalán era evitar el triunfalismo
Mientras tanto, en la entidad que preside Carlos Torres se limitaban a apuntar que están "evaluando" la decisión del Gobierno

Una oficina del Banco Sabadell colindante con otra del BBVA. / LNE
Albert Martín
La comparecencia del ministro Carlos Cuerpo a las 13.48 horas de ayer, día de San Juan, festivo en Cataluña y posterior a la verbena, colapsó las comunicaciones en determinados entornos de poder. Muchas interpretaciones se hacían en caliente para saber hasta qué punto la decisión del Gobierno de impedir que BBVA y Sabadell se fusionen durante tres años podía suponer un punto y final a una operación hostil que se arrastra desde hace ya 13 meses.
"Las condiciones me parecen durísimas y muy difíciles de aceptar", reflexionaba un veterano empresario. "Tal vez me lo esperaba aún más duro, pero los tres años sin fusión son fuertes", añadía un directivo. Esta fuente relataba que había asistido la noche del lunes a una fiesta privada en Barcelona con cerca de 250 invitados a la que acudieron tanto Carlos Torres, presidente de BBVA, como César González-Bueno, consejero delegado del Sabadell. En esa cena se habló de la inminente decisión del Gobierno y "el ambiente era de que las condiciones serían incluso más favorables al Sabadell de lo que ha acabado siendo".
En el entorno del banco catalán, sin embargo, la consigna ayer era de evitar ningún tipo de euforia o triunfalismo. "No se me ocurre cómo el Gobierno podría haber anunciado unas medidas más duras", decían fuentes cercanas a la entidad catalana. "En todas las operaciones de este tipo que se plantean hay unas sinergias, unos ahorros; aquí ya eran pequeñas y ahora serán inexistentes", apuntaban, para concluir que "el racional de la operación no existe".
Foment del Treball, la patronal de la gran empresa catalana, fue tal vez el actor más contundente ayer a la hora de valorar las condiciones del Gobierno y su efecto sobre la operación: "Esta opa hostil la podemos dar por amortizada, porque no interesa a los accionistas", manifestó su presidente, Josep Sánchez Llibre. En un comunicado, Foment valoraba "positivamente" la respuesta del consejo de ministros a la opa del BBVA y aseguraba que "el Ejecutivo ha actuado con responsabilidad institucional, considerando que una operación de esta envergadura debe ser evaluada desde un punto de vista de interés general, tal como contempla la legislación financiera europea".
Una vez más, Sánchez Llibre recordaba que "la concentración bancaria que habría resultado de esta operación tendría consecuencias negativas para la competencia", cifrando en 70.000 millones de euros el crédito conjunto que se perdería en caso de fusión. "La preservación del Banco Sabadell como entidad independiente y con proyecto propio es una buena noticia para las empresas, los trabajadores y el conjunto de la sociedad", concluía la patronal.
En el otro rincón del cuadrilátero, BBVA se imponía silencio. En el banco remitían a un hecho relevante elevado a la CNMV, pero el escueto texto se limitaba a apuntar que la entidad que preside Torres está "evaluando" la decisión del Gobierno central. Fuentes cercanas a la corporación de origen vizcaíno ofrecían otra visión de los hechos. "Estas condiciones no son gran cosa, para el banco no son inaceptables y creo que seguirán adelante", explicaba una fuente. "Pienso que BBVA ya se imaginaba que la decisión del Gobierno iría por aquí, y no creo que les parezca muy duro". En la misma línea, otra fuente financiera apuntaba que el Ejecutivo "no está vetando la fusión, solo la está difiriendo; para el Sabadell es una muerte en diferido". "Creo que Torres no retirará la oferta", añadía.
Desde este entorno añadían que las condiciones anunciadas por el Gobierno ayer son "simple maquillaje" que ofrece una "salida honrosa" a los socios de Gobierno para que puedan vender la idea de que hicieron cuanto pudieron para evitar una operación entre privados. Cabe recordar que la opa de BBVA sobre el Sabadell ha contado desde el principio con la oposición unánime de sindicatos, patronales, empresas y administraciones de distintos colores políticos.
Todas las miradas están ahora puestas en Torres. El presidente de BBVA tiene ante sí la decisión de seguir adelante con la operación, de echarse atrás o de recurrir a los tribunales contra las condiciones apuntadas ayer por el Gobierno. En el entorno del Sabadell se da por seguro que seguirá adelante porque le ven "obcecado" con la operación. Otras voces apuntan que Torres no tiene tantos incentivos para enemistarse con el Gobierno español.
El Principado valora las condiciones impuestas a la OPA al Sabadell
F. L. Jiménez
El consejero de Hacienda y portavoz del Principado, Guillermo Peláez, ha trasladado que la decisión de permitir la operación de fusión bancaria con la condición de que, durante un mínimo de tres años, ambas entidades mantengan personalidad jurídica y patrimonio separados, así como autonomía en la gestión de la actividad, cumple con la petición del Principado de que la operación preserve el interés general. En consecuencia, el Ejecutivo asturiano valora el movimiento del Gobierno central.
"Desde el Gobierno manifestamos al ministerio que esta operación de fusión bancaria debía abordarse, además de desde una perspectiva puramente económica, desde una perspectiva de preservar el interés general, y focalizábamos en el mantenimiento del empleo, en la exclusión financiera para tratar de garantizar la cohesión social y también que se mantuviera la obra social y el especial arraigo del Banco Sabadell con el territorio asturiano", ha señalado Peláez. Concretamente, se ha referido a que la decisión permitirá mantener la oferta de crédito, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas y, en lo que se refiere al empleo, supondrá el mantenimiento de las sucursales asturianas.
El consejero ha celebrado los cinco factores de interés general que el Ministerio ha identificado que se deben preservar durante esta operación: la competencia, el mantenimiento del empleo, el mantenimiento de las sucursales y de la obra social de las dos entidades y, finalmente, la promoción de la investigación y el desarrollo tecnológico. "En estos cinco vectores que analizó el Consejo de Ministros sentimos que están identificadas las prioridades que marcó el Gobierno del Principado cuando pusimos de manifiesto que esta operación debía abordarse desde la perspectiva del interés general", reiteró el Consejero.
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