Duro Felguera ve posible la salvación con menos personal y un ajuste de los negocios: "Aún faltan pasos por dar"

Eduardo Espinosa considera "inevitable" el ERE y anuncia la eliminación de líneas de negocio no rentables y una contratación de proyectos más selectiva

Pablo Castaño

Pablo Castaño

Gijón

El presidente de Duro Felguera, el mexicano Eduardo Espinosa, confía en la recuperación de la centenaria compañía de ingeniería, aunque serán necesarias decisiones "duras". Ante la junta general de accionistas, Espinosa destacó ayer que un "futuro viable" para la compañía asturiana pasa por un "inevitable" recorte de personal, la eliminación de líneas de negocio no rentables y una cartera de proyectos y un volumen de negocio "acorde a su capacidad real". Para sobrevivir deberá menguar.

La dirección de Duro llegó a la junta con destacados avances conseguidos en las últimas semanas para paliar su "situación crítica". Duro logró una nueva prórroga del preconcurso de acreedores hasta el 31 de julio, lo que supone mantener el blindaje sobre posibles intentos de los acreedores de forzar el concurso y "preservar la operativa, mantener los contratos activos y cumplir los compromisos", destacó Espinosa; ha alcanzado un preacuerdo con Indra para venderle su división de Calderería Pesada ("una operación en la que el Principado está jugando un importante papel, el cual agradecemos", añadió el presidente de Duro); ha llegado a un acuerdo con la SEPI para mejorar las condiciones de devolución del préstamo de rescate; ha anunciado el inicio de negociaciones para aplicar un "inevitable y necesario" ERE y llegó a un principio de acuerdo para resolver el conflicto por la ejecución de las obras de la central de ciclo combinado de Djelfa en Argelia.

"Aún faltan pasos por dar y dificultades por superar. Las siguientes semanas serán de mucho trabajo, pero estamos convencidos de que esta es la senda correcta", aseguró Espinosa.

El presidente de Duro señaló que cuando el Grupo Prodi y Mota-Engil México decidieron inyectar 90 millones en la compañía asturiana pensaban que únicamente atravesaba dificultades puntuales de liquidez. "Sin embargo, la realidad era bien distinta: los problemas se revelaron como estructurales", afirmó Espinosa, que señaló que los inversores mexicanos se encontraron desviaciones heredadas, pleitos , proyectos deficitarios y una estructura "sobredimensionada para su nivel real de actividad y productividad tanto en costes de personal como en gastos generales". Una situación que, si se supera el proceso reestructuración, será revisada de manera exhaustiva. "El análisis permitirá valorar con objetividad las decisiones adoptadas, los errores cometidos y, en su caso, poner en marcha las medidas que procedan", advirtió.

No obstante, la compañía está volcada ahora en el cierre del plan de reestructuración para evitar el concurso de acreedores. "La voluntad de la compañía es minimizar las consecuencias que un plan de reestructuración implica para ella misma, sus accionistas y sus empleados", aseguró el presidente de la compañía.

Frente al modelo de contratación por volumen de etapas pasadas, la nueva dirección apuesta por un modelo de menor riesgo y más control. Ya ha renunciado a varios proyectos deficitarios. "Duro Felguera se construirá en Asturias sobre la fortaleza de nuestras áreas de negocio con mayor potencial (principalmente plantas industriales, mining&handling y oil&gas) mientras reestructuramos aquellas que han presentado dificultades (como Servicios o Renovables)", anunció el presidente de la compañía, que destacó que de ese proceso saldrá una empresa "con un estructura financiera más equilibrada, una cartera de proyectos redimensionada y rentable, y una volumetría de negocio acorde a su capacidad real". Y para conseguirlo será vital la conversión de la deuda del último rescate de la SEPI "en deuda asumible", minimizar el impacto de los proyectos "históricos" que arrastran problemas, captar nueva contratación rentable, extender las líneas de avales para acceder a nuevos proyectos y alcanzar el equilibrio financiero. "Hemos tomado decisiones para proteger el corazón de la compañía. Ahora nuestra responsabilidad es culminar el proceso y reconstruir una empresa viable", afirmó Espinosa.

Eduardo Espinosa, a la derecha, conversa  con Félix Baragaño en presencia de Juan José Herrero, directivo de Duro.   | ÁNGEL GONZÁLEZ

Eduardo Espinosa, a la derecha, conversa con Félix Baragaño en presencia de Juan José Herrero, directivo de Duro. | ÁNGEL GONZÁLEZ

Los otros "éxitos asturmexicanos" y el ejemplo de la obra de Aboño

"Para mí es un compromiso personal que una empresa asturmexicana tenga éxito, como, de hecho, ya lo han tenido, y grande, otros proyectos aquí en Asturias", señaló al final de su discurso ante los accionistas Eduardo Espinosa con la vista puesta el ascenso del Real Oviedo, propiedad del grupo mexicano Pachuca.

Espinosa está plenamente integrado en la región. El hombre del Grupo Prodi en Asturias, afrontó ayer su primera junta general como presidente de Duro. Entró en la sala de juntas conversando con el presidente de la Cámara de Comercio en Gijón, Félix Baragaño, y al finalizar la junta intercambió impresiones con el viceconsejero de Industria del Principado, Juan Carlos Campo.

Durante su discurso no se olvidó de la plantilla. "Agradezco el trabajo y dedicación de quienes, en un año de enormes desafíos, han mantenido su compromiso con la compañía", señaló Espinosa, que también destacó logros obtenidos por la empresa durante estos meses críticos, como el proyecto de conversión de la central de Aboño de carbón a una solución mixta de gas natural e hidrógeno verde "un proyecto emblemático de descarbonización que Duro ha ejecutado durante el preconcurso con solvencia técnica, cumpliendo estándares exigentes, optimizando costes y en menor plazo del previsto".

En la junta general se aprobaron todos los puntos del orden del día (entre los que se incluían las cuentas del pasado año con unas pérdidas de 98 millones o dejar vacante la plaza de consejero sin cubrir) con más de un 98% de los votos.

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