Sabores de verano

El helado más deseado del verano solo lo podrás a encontrar en Rialto

Creado en 2021 a partir de sus deliciosas Moscovitas, este producto artesanal se ha consolidado como una joya veraniega que puede adquirirse en sus tiendas de Oviedo y Madrid

Una tarrina de 160 ml. a punto de ser degustada.

Una tarrina de 160 ml. a punto de ser degustada. / Pablo Solares

Oviedo

Hace casi un siglo que las moscovitas de Rialto comenzaron a escribirse con mayúscula en la historia pastelera de Asturias. Pero fue en el verano de 2021 cuando esta icónica pasta de almendra y chocolate saltó del horno a la vitrina del frío para convertirse en helado. Cuatro años después, el helado de Moscovitas de Rialto es ya un clásico estacional que muchos esperan con ansias cuando suben las temperaturas. Y no es para menos: mantiene la esencia del producto original, con ingredientes de máxima calidad, una elaboración artesanal y una disponibilidad limitada a tres puntos de venta muy concretos.

Una evolución natural

Convertir una Moscovita en un helado podía parecer, en su momento, una extravagancia. Sin embargo, la fórmula resultó ser tan simple como efectiva: conservar la almendra marcona, el chocolate de cobertura y la delicadeza de la receta original, pero transformarla en una crema helada que respetase todos sus matices. La idea nació en Oviedo, como una forma de ampliar la experiencia sensorial de sus fieles clientes sin traicionar la filosofía de la casa. No se trataba de industrializar ni de inventar una nueva gama de productos, sino de reinterpretar un clásico en clave estival. Y funcionó. Desde su estreno, el helado ha tenido una gran acogida. Su textura suave, su sabor reconocible y su intensidad equilibrada lo han convertido en una de las propuestas más celebradas de cada verano.

A la izquierda, una tarrina de 160 ml a punto de ser degustada. A la derecha, la tarrina de 500 ml. | |  PABLO SOLARES

Tarrinas de helado de Moscovita de 500 y 160 ml. / Pablo Solares

Exclusividad como seña de identidad

A diferencia de otros productos que crecen en volumen hasta perder su esencia, el helado de Moscovitas se mantiene fiel a un modelo de distribución muy limitado. Hay dos tamaños de tarrina: 160 y 500 ml, que solo se venden en las dos confiterías Rialto de Oviedo –situadas en las calles San Francisco y Bermúdez de Castro– y en su boutique de Madrid, situada en la calle Núñez de Balboa. Esta apuesta por la exclusividad ha reforzado su carácter premium, convirtiéndolo en un auténtico objeto de deseo para turistas y locales. No hay envíos, no está en grandes superficies: solo se consigue acercándose a Rialto.

En este punto es importante destacar que uno de los factores más importantes para el éxito del helado de Moscovita ha sido la conexión emocional con el público. En Madrid, muchos de sus consumidores son asturianos residentes que han acogido la propuesta con entusiasmo, convirtiéndola en un pedacito de su tierra. Así lo reconoce Francisco Gayoso, gerente de Rialto y cuarta generación al frente de la empresa familiar, quien se muestra muy agradecido: "Nuestros clientes de siempre, y especialmente los asturianos de Madrid, han hecho que este helado tenga el recorrido que tiene. Nos han abierto mercado y nos han demostrado, una vez más, su fidelidad".

El helado más deseado del verano solo lo podrás a encontrar en Rialto

Tarrina de helado de Moscovita de 500 ml. / Pablo Solares

De momento, se ha comercializado únicamente el helado de moscovita de chocolate con leche, la clásica, pero los responsables de Rialto confían en sacar pronto el de chocolate negro y el de chocolate blanco, como las otras dos variedades de Moscovitas con las que cuentan. Es importante destacar que la receta del helado respeta los principios artesanales de Rialto. No hay aditivos innecesarios, ni producciones masivas. Se elabora en pequeños lotes, con ingredientes naturales y sin perder de vista el sabor original. A pesar de su formato frío, el helado mantiene la intensidad almendrada de las Moscovitas tradicionales. No se trata de una base genérica con saborizantes, sino de una transformación real del producto icónico en formato helado, capaz de evocar la experiencia original en una presentación más ligera y refrescante.

El helado de Moscovitas es el resultado de una receta centenaria que ha sabido adaptarse con elegancia al presente. Su éxito no reside solo en su sabor –intenso, cremoso y reconocible–, sino en el respeto a una tradición que ha sabido renovarse sin traicionarse. Cuatro veranos después, es mucho más que un helado: es una experiencia gourmet con raíces profundas, hecha para saborear, recordar y compartir.

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