El campo asturiano celebra elecciones 23 años después marcado por las incertidumbres con la UE y la tensión por el lobo

Cinco organizaciones aspiran a entrar en el Consejo Agrario con poco más de 6.000 electores

El campo asturiano celebra elecciones 23 años después marcado por las incertidumbres con la UE y la tensión por el lobo

El campo asturiano celebra elecciones 23 años después marcado por las incertidumbres con la UE y la tensión por el lobo / LNE

Mariola Riera

Mariola Riera

Oviedo

Las primeras elecciones en el campo asturiano en 23 años –las últimas fueron en 2002 para elegir a los representantes en la Cámara Agraria, órgano que ya no existe– servirán no solo para designar las organizaciones que tendrán sillón en el Consejo Agrario del Principado de Asturias, con funciones básicamente de asesor y consultor. Sino también, ya lo están haciendo, para ofrecer una radiografía renovada del sector en la región.

Las inquietudes de los profesionales de hoy en día son bastante distintas a las de principios de siglo. La tensión por los ataques del lobo al ganado –en marcha está en Asturias un programa de control que muchos dudan de que vaya a dar frutos– marcará irremediablemente una campaña electoral que empieza este martes 1 de julio y se prolongará hasta el 15.

Pero también estará muy presente la Unión Europea (UE) y su Política Agraria Común (PAC), pilar indispensable para mantener y garantizar la rentabilidad del sector primario: solo este año ingresará en las cuentas de unos 8.000 titulares asturianos de explotaciones casi un millón de euros. Es la PAC, no obstante, fuente de preocupaciones e incertidumbre de un tiempo a esta parte, tanto por el aumento de las complicaciones para tramitarla y la ingente burocracia a la que somete a sus beneficiarios –en Asturias, especialmente molestos por los retrasos de la administración regional–, como por los cambios de criterio de Bruselas en los últimos años para el reparto de fondos. En el horizonte se avecina una nueva reforma de la PAC, cada vez más verde y cada vez con más exigencias y normativas de difícil encaje en las características del sector agroganadero del Principado.

Las motivaciones de los profesionales que votarán el próximo 17 de julio es evidente que han cambiado, así como también su perfil. Más del 80% superan los 55 años y los jóvenes no acaban de apostar decididamente por la ganadería o la agricultura, pese a ser más necesarios que nunca.

Esto, por dos motivos: por su empuje, por supuesto, pero también porque las nuevas generaciones son las más indicadas para amoldarse a los nuevos aires que emanan de la UE en cuanto a digitalización y sostenibilidad.

Pero es que además el sector ha menguado mucho respecto a 2002. Si entonces el censo rondaba los 17.500 –la movilización para ir a las urnas fue de 5.800–, ahora se ha quedado en 6.159 electores, 5.391 profesionales y 768 personas jurídicas.

Las cinco organizaciones agrarias que se presentan a las elecciones requerirán lograr al menos el 10% de los votos para acceder al Consejo Agrario. Las veteranas y con representación nacional –UCA, que ganó en 2002, seguida de COAG y ASAJA– son las menos motivadas para ir a las urnas, algo que han reclamado la joven URA y, en menor medida, USAGA. Estas dos últimas aspiran también a que el Consejero del ramo de turno –en estos momentos el socialista Marcelino Marcos Líndez– les tenga en cuenta a la hora de asesorarse y tomar decisiones. Estar en el Consejo Agrario, asumen las cinco organizaciones, no garantiza esto último. Si en algo coinciden es en su crítica a la gestión del departamento de Líndez y también, cómo no, en frenar al lobo, el único capaz de poner a todo el sector de acuerdo.

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