La ola de calor en Asturias no afectó a todos por igual: así se vivió en la costa y en el interior

La niebla estropea la jornada playera, mientras que en el interior, literalmente, se achicharraron: "Vamos a arder"

Adrián González, a punto de lanzarse al agua en la piscina del Centro Asturiano de Oviedo.

Adrián González, a punto de lanzarse al agua en la piscina del Centro Asturiano de Oviedo. / Mario Canteli

Oviedo

A eso de las cuatro de la tarde de este lunes, Sebastián García, un vecino de Oviedo, caminaba por el barrio de Ciudad Naranco cambiando de acera para refugiarse en las sombras y tratar de escapar de un sol de justicia de camino a casa. El termómetro marcaba a esa hora 34 grados y el calor era asfixiante, una situación que no varió mucho a lo largo de toda la jornada en la capital del Principado. "No recuerdo un día que apretase tanto en los últimos veranos. Vamos a arder todos", explicaba Sebastián García resoplando.

El sol y el calor aprietan, pero no para todos igual

Dos mujeres se resguardan del sol en el Campo San Francisco de Oviedo. / Mario Canteli

Pero el sol y el calor no fue para todos igual en Asturias, porque en la costa se quedaron a dos velas. Una persistente niebla estropeó la jornada de playa a los muchos asturianos, y también turistas, que se fueron para el litoral convencidos de que se pondrían morenos y se darían buenos baños en el mar. Justo lo que pasó el domingo.

El sol y el calor aprietan, pero no para todos igual

Andrea Castaño y Alejandro Álvarez, con su hija Nora, en el Centro Asturiano de Oviedo. / Mario Canteli

El verano de verdad estuvo en el interior de Asturias. La máxima se registró de nuevo en el Suroccidente, en Tineo, 38,4 grados.

En la capital asturiana no llegó a tanto, pero casi: 32,5. El sol apretó de lo lindo desde primera hora de la mañana y sólo pudieron librarse de sus garras aquellos que pudieron acercarse a alguna de las piscinas que hay en el concejo. La del Centro Asturiano, por poner sólo un ejemplo, estuvo a reventar durante todo el día. "En cuanto acabamos de trabajar cogimos las cosas y nos vinimos porque el calor era insoportable", señalaba Alejandro Álvarez, tirado en una toalla junto a su hija Nora y su mujer Andrea Castaño.

El sol y el calor aprietan, pero no para todos igual

Termómetro estropeado en Oviedo, que marca 132 grados cuando lo que había eran 32 / Mario Canteli

Adrián González, por su parte, lo tiene muy claro. "Contra el calor no hay nada mejor que estar en el agua", dijo justo antes de coger carrerilla para hacer "una bomba" en la piscina principal del Centro Asturiano. El pequeño Antonio Vázquez también estuvo ayer a remojo durante todo el día. "Estos días hay que aprovecharlos a tope", señalaba con una sonrisa de oreja a oreja.

Quienes no se rieron mucho ayer fueron quienes tuvieron que trabajar en la calle, como Luis Antonio Fernández, que es repartidor de bebidas y ni siquiera pudo posar para la fotografía que le pidió este diario. "Estoy sudando como si fuese una fuente. No puedo salir así en el periódico", justificó.

El sol y el calor aprietan, pero no para todos igual

Pplaya de San Lorenzo, en Gijón, cubierta de niebla. / Ángel González

Las terrazas de los bares, las que tienen sombrillas, sirvieron de refugio contra el calor sofocante, aunque hubo quienes prefirieron estar en el interior. "No se puede ni estar en una mesa de fuera. La cerveza no dura fría ni treinta segundos. Una cosa es estar a gusto, al solete, y otra achicharrarse", explicaba María Jesús Solares en el entorno del Ayuntamiento.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents