EDP da el salto a los parques híbridos y autónomos con tecnología asturiana: drones y robots hacen todas las tareas

La gijonesa SVMAC desarrolló una desbrozadora autoguiada que ya se usa en Brasil

Por la izquierda, Francisco Galván, Ceferino Viescas, Nuno Pinto y Ana Paula Marques, todos de EDP, junto a la maquinaria autónoma, en el parque de renovables Cruz de Hierro, en Ávila. |

Por la izquierda, Francisco Galván, Ceferino Viescas, Nuno Pinto y Ana Paula Marques, todos de EDP, junto a la maquinaria autónoma, en el parque de renovables Cruz de Hierro, en Ávila. |

Pablo Castaño

Pablo Castaño

Santa María del Cubillo (Ávila)

En Santa María del Cubillo, a poco más de 20 kilómetros de Ávila, hay muchas más cabezas de ganado vacuno que personas. Este municipio de 322 habitantes situado entre el Sistema Central y la meseta abulense solo era conocido por la calidad de sus pastos –amarilleados estos días por el sol– hasta que la compañía EDP lo puso en el mapa de los avances en energías renovables al instalar allí el primer parque híbrido (solar y eólico) de España.

Formado por 22 aerogeneradores, a los que se añadieron 25.000 paneles solares bifaciales que permiten aprovechar la radiación solar por ambos lados, el parque produce 58 gigavatios hora de electricidad al año, suficiente para abastecer a 17.000 hogares. Son cifras que contrastan con la despoblación de la zona.

Tras el apagón de hace dos meses, el Gobierno ha tomado medidas para evitar que se repita y una de ellas es fomentar la hibridación de instalaciones de generación eléctrica. Es una de las formas más eficientes de incrementar la producción renovable sin ampliar la red eléctrica –puesto que en este caso los aerogeneradores y la instalación fotovoltaica comparten subestación y conexión– y, además, ayuda a incrementar la estabilidad de la red puesto que la combinación de tecnologías reduce las intermitencias.

El robot limpiador de paneles solares desarrollado por EDP.

El robot limpiador de paneles solares desarrollado por EDP.

La apuesta de EDP por la hibridación es muy anterior al apagón. La compañía, cuya sede para España está en Oviedo, ya cuenta con tres parques eólico-solares en el país que suman 103 megavatios de potencia instalada. El pionero, autorizado hace dos años, es el de Santa María del Cubillo, que se denomina Cruz de Hierro, como el pico más alto del cordal donde se ubica. Situado a más de 1.500 metros de altitud, al parque se llega por una serpenteante carretera frecuentada por ciclistas. Tras ser el primero híbrido de España, ahora ha alcanzado otra meta la ser el primero en el mundo autónomo en operación y mantenimiento. No necesita operarios en un emplazamiento hostil donde ayer el termómetro superaba los 32 grados y en invierno son habituales las nevadas. "Con nieve, circule con cadenas", advierte una señal en la carretera de acceso.

"Marcamos un hito para nuestra empresa y un avance para el futuro de la energía limpia y sostenible". La declaración de orgullo es de Ana Paula Marques, responsable global de generación renovable de EDP y antigua CEO de la compañía en España. En Cruz de Hierro quiso mostrar como la automatización puede mejorar la eficiencia y reducir la peligrosidad y la penalidad en el trabajo. "Robots y humanos pueden trabajar de forma armónica", aseguró Marques tras destacar que el personal de mantenimiento puede liberarse para actividades más cualificadas.

Explicó que la elección de Cruz de Hierro como proyecto piloto de parque autónomo se debió a su ubicación (no excesivamente lejana del centro de decisión de la compañía en Lisboa), su tamaño (no muy grande para probar diferentes tecnologías sin interrumpir generación eléctrica esencial) y las condiciones extremas de frío y calor para someter a los equipos al máximo estrés.

Arriba, Andrés Solares y Rubén Sánchez, de la empresa gijonesa SVMAC, y sobre estas líneas, el robot desbrozadora que desarrollaron.

Andrés Solares y Rubén Sánchez, de la empresa gijonesa SVMAC. / LNE

Los pasos de la operación

El sistema de mantenimiento autónomo, desarrollado durante los últimos cinco años, tiene tres pilares. En primer lugar una plataforma digital desarrollada por EDP que monitoriza los datos del emplazamiento (condiciones de viento, temperatura, lluvia, posición de los seguidores solares…) y envía las señales a los robots. En segundo lugar los propios robots, que son "los músculos del sistema" e incluyen drones de inspección, cortadores de vegetación y limpiadores de placas solares autónomos. Y en tercer lugar un sistema propio de comunicaciones que palía las deficiencias de la zona.

"Cuando la plataforma ve que se dan las condiciones, se lanzan las misiones", explica Lisardo Molina, del equipo de innovación de EDP. Tras advertirlo, un cajón metálico se abre de forma automática y un dron comienza a volar sobre los paneles solares a una altura de 23 metros y a una velocidad de cuatro metros por segundo. El dron está equipado con cámaras de termografía e inspección visual. En cuatro minutos ya ha tomado y almacenado desde el aire las fotografías necesarias para el mantenimiento de unos 400 paneles solares. En otros 12 minutos toda la información se envía y se procesa con una sistema de inteligencia artificial que, en el minuto 13, ya es capaz de tomar decisiones sobre la necesidad o no de limpiar los paneles solares o cortar la vegetación, dos factores claves para mantener al máximo el rendimiento de las placas fotovoltaicas.

Si la orden es limpiar paneles, se pone en marcha de forma autónoma una máquina limpiadora dotada con un gran brazo articulado equipado con cepillos que ha sido desarrollada por EDP. Un sistema de navegación con GPS permite posicionar la máquina en el punto necesario y una red de sensores identifica los bordes del panel para proceder al limpiado automático. "Es un momento crítico. El cepillo pesa 400 kilos y puede romper el panel", advierte Lisardo Molina, que destaca que la máquina puede estar trabajando las 24 horas del día.

La gijonesa SVMAC desarrolló una desbrozadora autoguiada que ya se usa en Brasil

el robot desbrozadora que desarrollaron. / LNE

Si la orden es cortar la vegetación, se activan de forma autónoma las segadoras y desbrozadoras, guiadas por GPS y por algoritmos cuando trabajan debajo de las placas. En la exhibición de ayer había dos segadoras y desbrozadoras autónomas. Una desarrollada por una empresa checa para cortar vegetación de hasta 35-40 centímetros y otra más potente, de 75 caballos, para condiciones más exigentes y que ha sido desarrollada por la "startup" gijonesa SVMAC, en colaboración con EDP y el centro tecnológico asturiano CTIC, y con financiación de la agencia Sekuens del Principado. "Esta máquina ya está trabajando en el parque solar Pereira Bareto de EDP en Brasil, donde las condiciones son muy exigentes. Allí la caña de azúcar crece a una velocidad de cinco centímetros diarios y a partir de 35 centímetros ya da sombra. Además, es una zona donde hay muchas serpientes, lo que obligaba a los operarios a trabajar con espinilleras de protección", explica el mierense Ceferino Viescas, de Operaciones Centrales de EDP. "La máquina realiza el trabajo que hacían entre ocho y diez personas y sin riesgos", resume Lisardo Molina.

"Nosotros somos una pequeña empresa que había desarrollado una plataforma multipropósito para el desbroce forestal y fue EDP quien se fijó en nosotros y nos invitó y ayudó, junto con CTIC, a crear un vehículo autónomo para parques solares", afirman los gijoneses Rubén Sánchez y Andrés Solares, de la empresa SVMAC, con los mandos para teledirigir las maquina. "Las desbrozadora funcionan de forma autónoma, están a los controles porque hoy tenemos visitantes y por seguridad es necesario tener la posibilidad de desconectarlas", asegura Lisardo Molina. "Por motivos históricos, Asturias es muy importante para EDP y nos gusta trabajar en colaboración con empresas de allí, pero también de otros territorios donde tenemos presencia", destaca la directiva de EDP Ana Paula Marques, que señala que estas tecnologías de automatización ensayadas en Cruz de Hierro, que ahorran hasta el 80% de los costes operativos, son "escalables" a nivel global y forman parte de la estrategia de la compañía. "Invertir en automatización significa invertir en una energía renovable, más accesible, más competitiva y mejora preparada para el futuro", asegura.

La térmica de Aboño ya funciona, en pruebas, con gas natural

El grupo II de la central térmica de Aboño, el de mayor potencia instalada de Asturias, ya está funcionado en pruebas con gas natural. La alianza formada por EDP y Grupo Masaveu ha completado una inversión de más de 40 millones de euros para que la instalación deje de consumir carbón. La adaptación de la caldera, que en el futuro también podrá consumir hidrógeno verde, se completó durante el mes de junio y la instalación ha comenzado a funcionar con gas natural en fase pruebas, según señalaron fuentes de EDP. Esta previsto que el grupo II de Aboño vuelva a generar energía a lo largo de este mes. Las obras de reconversión fueron efectuadas por Duro Felguera.

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