Tributo a Altamira, Canella y Bueno, los "universitarios revolucionarios"

Las familias de los integrantes del Grupo de Oviedo y del filósofo recogen las medallas de oro que la institución académica les otorgó a título póstumo

Por la izquierda, en la biblioteca del edificio histórico de la Universidad de Oviedo, Jorge Luis Marquínez, Miguel Ángel Bollo, Ángela Pumariega, Carlos Siñeriz, Javier Barón, Alfonso Palacio, María Calvo, Gustavo Bueno Sánchez, Juan Cofiño, Adrián Barbón, Ignacio Villaverde, Alfredo Canteli, Fernando Martínez, Jesús Chamorro, Loreto Ordóñez, Irene Caro, María Fernández Pérez, Luis Rodríguez Ovejero, Cristina Garmendia, Francisco Rodríguez, Alicia García Cabrera, Vanda Martins, Ignacio Ramos Altamira, Guillermo Ulacia y Manuel Ángel Álvarez.

Por la izquierda, en la biblioteca del edificio histórico de la Universidad de Oviedo, Jorge Luis Marquínez, Miguel Ángel Bollo, Ángela Pumariega, Carlos Siñeriz, Javier Barón, Alfonso Palacio, María Calvo, Gustavo Bueno Sánchez, Juan Cofiño, Adrián Barbón, Ignacio Villaverde, Alfredo Canteli, Fernando Martínez, Jesús Chamorro, Loreto Ordóñez, Irene Caro, María Fernández Pérez, Luis Rodríguez Ovejero, Cristina Garmendia, Francisco Rodríguez, Alicia García Cabrera, Vanda Martins, Ignacio Ramos Altamira, Guillermo Ulacia y Manuel Ángel Álvarez. / FERNANDO RODRÍGUEZ

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

Oviedo

La Universidad de Oviedo invocó ayer, a través de tres de sus miembros más memorables, "universitarios revolucionarios" en palabras del rector, sus valores más radicales. "La Universidad debe ser faro y guía, iluminando con el saber las sendas de progreso y el espíritu de una sociedad más justa", dijo Ignacio Villaverde, citando a Fermín Canella. Precisamente él, al frente de la institución académica en una de sus etapas de mayor esplendor, fue uno de los homenajeados. Canella y Rafael Altamira, ambos miembros del Grupo de Oviedo, y, más cercano en el tiempo, el filósofo Gustavo Bueno. Los tres fueron distinguidos a título póstumo, en un solemne acto celebrado en el Paraninfo de la Universidad, con las Medallas de Oro de la Universidad.

Fueron las familias de Canella, Altamira y Bueno quienes recogieron las distinciones. María del Carmen Canella, la nieta del rector, subió al estrado del brazo de su nieto Miguel Ángel Bollo. Agradecido a la Universidad de Oviedo, Miguel Ángel Bollo reconoció que con el acto de ayer "culmina un año muy importante para mi familia, el año Canella". Se presentó como periodista, oficio que también ejerció su tatarabuelo, y comentó que su recuerdo sigue muy presente en la familia, tanto que su retrato es lo primero que ven las visitas al entrar en la casa de su abuela, en Canarias. Habló, además, de la "devoción que (Canella) tenía por su Asturias, un lugar que nunca se le fue de la memoria y a la que consagró sus desvelos". Ignacio Villaverde anunció ayer, en el transcurso de la ceremonia, que a partir de ahora este acto llevará el nombre de Fermín Canella.

María del Carmen Canella recoge la medalla de oro a su abuelo del brazo de Miguel Ángel Bollo. Debajo, asistentes al acto, en el Paraninfo.  | FERNANDO RODRÍGUEZ

María del Carmen Canella recoge la medalla de oro a su abuelo del brazo de Miguel Ángel Bollo.F / Fernando Rodríguez

Ignacio Ramos Altamira, bisnieto de Rafael Altamira, llegó acompañado de varios parientes. Entre ellos, la nieta mayor del historiador y pedagogo alicantino, estrechamente vinculado a la Institución Libre de Enseñanza, y la única que queda en la familia que lo conoció. "Esta es una gran alegría por el amor que sabíamos que sentía mi bisabuelo por esta Universidad, en la cual pasó los mejores años de su vida profesional. Aquí se casó, aquí tuvo a sus tres hijos y aquí impulsó la Extensión Universitaria", manifestó su bisnieto. Aludió a la profunda admiración que Canella y Altamira sentían uno por el otro y recordó que Canella presentó hasta en cinco ocasiones a su abuelo al Nobel de Literatura y al de la Paz, y también mencionó su estrecha amistad con el rector Leopoldo Alas, que estuvo representado en el acto de ayer por sus bisnietos, Cristina y Leopoldo Tolivar, entre el público.

La tercera Medalla de Oro entrega ayer fue para el filósofo Gustavo Bueno y fue su hijo, Gustavo Bueno Sánchez, quien lo recogió. "Aunque Bueno llegó como catedrático a la Universidad de Oviedo en 1960, la primera vez que llegó fue como opositor, en 1948", rememoró y, continuo, "llegó en el 60, tuvo la oportunidad de irse, porque Oviedo no dejaba de ser una universidad de paso, y se quedó". "Su vínculo con la ciudad es absoluto", afirmó. No en vano fue nombrado hijo adoptivo de ella y la Fundación Gustavo Bueno, que vela por su legado, tiene su sede en Oviedo. Por eso, anunció, la Medalla de Oro de Gustavo Bueno será donada a su ayuntamiento.

Tributo a Altamira, Canella y Bueno, los "universitarios revolucionarios"

Asistentes al acto, en el Paraninfo. / Fernando Rodríguez

Insignias

La Universidad de Oviedo también entregó ayer sus insignias de oro a los ayuntamientos en los que se ubican sus campus universitarios. La de Oviedo y Avilés fueron recogidas por sus alcaldes, Alfredo Canteli y Manuel Ángel Álvarez, y la de Gijón por la teniente alcalde Ángela Pumariega. Otra fue para el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Principado, Jesús María Chamorro, por su carrera y por los 40 años del órgano judicial, y otras dos más para los dos asturianos en el Museo Nacional del Prado, Javier Barón, jefe de Colección de Pintura del Siglo XIX, y Alfonso Palacio, director adjunto de Conservación e Investigación.

También fueron distinguidos los miembros del Consejo Asesor de Políticas Universitarias: la ex ministra de Ciencia e Innovación Cristina Garmendia; la presidenta del Consejo social, Ángela Santianes; el expresidente de Femetal, Guillermo Ulacia; la directora general de Meta España y Portugal, Irene Cano; la presidenta de la Federación de Empresarios de Asturias, María Calvo; la directora de Casa Decor, Alicia García Cabrera; la expresidenta de la Comisión Nacional de los Mercado y la Competencia, María Fernández; el presidente de Satec, Luis Rodríguez Ovejero; la consejera delegada de Engie en España, Loreto Ordóñez, y el presidente de Reny Picot, Francisco Rodríguez. Las últimas insignias fueron para la Fundación Caja Rural de Asturias, la Fundación Edp y la Fundación Cajastur, representadas, respectivamente, por Fernando Martínez, Vanda Martins y Carlos Siñeriz.

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