La emotiva carta de un montañero de Asturias salvado tras caer 20 metros al río: "Gracias a vosotros sigo aquí"

Abel Martínez ha querido transmitir su agradecimiento a compañeros y amigos, rescatadores y personal sanitario tras salvarse del percance sufrido en una conocida ruta de Nava: "Gracias a todos, aunque no recuerde vuestros nombres"

La emotiva carta de un montañero de Asturias salvado tras caer 20 metros al río: "Gracias a vosotros sigo aquí"

La emotiva carta de un montañero de Asturias salvado tras caer 20 metros al río: "Gracias a vosotros sigo aquí" / Fernando Rodríguez / SEPA

Pablo Tuñón

Pablo Tuñón

Ocurrió el pasado 28 de junio. No fue una jornada fácil para los rescatadores del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), que encadenaron varias salidas seguidas en su helicóptero medicalizado. Un día de incidencias en la montaña asturiana. Una de ellas originada por el accidente montañero más grave del día: la caída de dos senderistas de 57 y 49 años por un cortado en las foces del Río Pendón, una popular ruta del concejo de Nava.

El rescate de los heridos se produjo tras recibir una llamada a las 12.44 horas, en la que se indicaba que dos personas se habían caído por un cortado de unos 20 metros y estaban heridas, al lado del río, sin que a la zona pudiese llegar vehículo alguno. El Grupo de Rescate de Bomberos de Asturias, a bordo del helicóptero medicalizado del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), trasladó a ambos al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo, tras poder localizarlos a las 13.18 horas.

La emotiva carta de uno de los rescatados

Uno de los dos heridos ha querido transmitir su agradecimiento a quienes le "salvaron" tras ese "aciago acontecimiento". Se llama Abel Martínez González y es de Oviedo. En una emotiva carta enviada a LA NUEVA ESPAÑA, cuenta: "Yo fui uno de los rescatados tras despeñarme por un precipicio de 20 metros y quiero darles las gracias más sinceras a todas las personas gracias a las que sigo aquí, empezando por mis compañeros del grupo de senderismo de la ONCE, especialmente a nuestro guía Tito y a mi compañera voluntaria Lucía, que fueron los primeros rostros que vi al recobrar el conocimiento, intentando sacarnos a los accidentados de las aguas del río".

A partir de ahí, enlaza agradecimientos a los rescatadores del SEPA, al personal del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) que lo atendió, así como a compañeros del grupo de senderismo de la ONCE y amigos que le han acompañado durante su recuperación. Esta es su cuarta íntegra:

Agradecimiento a todos los que me salvaron

Abel Martínez González

El pasado domingo 29 de junio su periódico publicaba en la sección de sucesos la noticia de los aciagos acontecimientos que el día anterior habían obligado al helicóptero de emergencias a intervenir en varios puntos de Asturias.

En uno de esos puntos, las foces del río Pendón, en Nava, yo fui uno de los rescatados tras despeñarme por un precipicio de 20 metros y quiero darles las gracias más sinceras a todas las personas gracias a las que sigo aquí, empezando por mis compañeros del grupo de senderismo de la ONCE, especialmente a nuestro guía Tito y a mi compañera voluntaria Lucía, que fueron los primeros rostros que vi al recobrar el conocimiento, intentando sacarnos a los accidentados de las aguas del río.

Inmediatamente aparecieron dos bomberos y una médica llegados en el helicóptero de salvamento. Los tres se presentaron, aunque lamentablemente no recuerdo sus nombres, pero ellos tal vez sí recuerden a ese al que tuvieron que sacar izándolo por un arnés desde el río hasta el aparato.

A mí llegada a urgencias del HUCA no puedo dejar de tener sentimientos de agradecimiento para todas las personas que me trataron: auxiliares, personal de enfermería, celadores, médica uróloga, traumatólogo... gracias a todos, aunque no recuerde vuestros nombres.

En la planta de urología también fueron todo sonrisas y buenas palabras. Aquí sí recuerdo a Mery, la auxiliar que se presentó con una enorme sonrisa; a Lucía, la enfermera siempre preocupada por que no sintiese ningún dolor, y a todo el resto de profesionales de los que, y les pido que me perdonen, tampoco recuerdo los nombres.

Para terminar, le mando un gran abrazo a mi efímero compañero de habitación Colunga, del que no pude saber el resultado de su intervención.

Y a mi amigo Nica solo puedo desearle una pronta recuperación.

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