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Bruselas lo considera ilegal, hay un argayo descomunal, obras en los túneles... pero el peaje del Huerna tiene el coste más alto de su historia

El tiempo de viaje a Madrid ha aumentado en los últimos meses por los problemas de la autopista AP-66

En 2009 costaba 10,60; hoy, cinco euros más

Ir y volver a la capital cuesta 60 euros solo en peajes

Bruselas lo considera ilegal, hay un argayo descomunal, obras en los túneles... pero el peaje del Huerna tiene el coste más alto de su historia

Bruselas lo considera ilegal, hay un argayo descomunal, obras en los túneles... pero el peaje del Huerna tiene el coste más alto de su historia / LNE

Xuan Fernández

Xuan Fernández

La Comisión Europea lo considera ilegal, hay un monumental argayo que dificulta la circulación y la mayoría de los túneles sufren cortes de tráfico por obras. Pese a todos estos condicionantes, el peaje del Huerna (AP-66), en el centro del debate político y social en las últimas semanas en Asturias, debido a la posición de Bruselas, tiene el mayor precio de toda su historia: 15,60 euros por paso para los turismos.

Nunca desde la apertura de esta infraestructura, en 1983, costó tanto pasar esa barrera de la autopista, la única de altas prestaciones que comunica Asturias con la Meseta. Ese precio, sumado al peaje de Adanero (15,15 euros), necesario también para llegar a Madrid si se va por la autopista desde Asturias, provoca que un conductor deba pagar más de 60 euros únicamente en peajes para ir y volver desde el Principado a la capital.

No sucede en ninguna comunidad de toda la península. El precio del peaje, ahí sí en consonancia con el resto de las autopistas de pago directo, no ha parado de subir. En 2009 costaba 10,6 euros, lo que supone una subida de cinco euros en 16 años. De media, ha subido 30 céntimos al año.

El “elevado” precio del peaje trae de cabeza a los usuarios en un momento muy sensible, a pocos días de una manifestación convocada en Oviedo (17 de octubre) y con la aspiración del Gobierno regional, oposición, empresariado, sindicatos y sociedad civil de poner fin al peaje, algo a lo que se niega el Ministerio de Transportes de Óscar Puente, responsable de la gestión de la autopista, cuya concesión ostenta la compañía privada Aucalsa.

La autopista del Huerna tiene en estos momentos, además de la lupa de la Comisión, dos problemáticas que causan trastornos a los usuarios. Por un lado, está el monumental argayo originado el 10 de noviembre. Desde entonces se mantiene afectada la circulación y la acumulación e impide el normal desarrollo de los vehículos en el tramo que sufrió el derrumbe, en el kilómetro 76, en el concejo de Lena, poco antes del túnel de El Negrón.

El argayón

Ese colosal argayo, si se cumplen todas las previsiones, habrá afectado el día a día de la autopista durante casi dos años. El desprendimiento se originó a principios de noviembre, pero no fue hasta finales de mayo cuando comenzaron los trabajos, con una estimación de 15 meses. Por tanto, esa zona debería estar operativa sin afectaciones en agosto del año 2026. De momento, en ese punto kilométrico, durante unos 200 metros hay que circular mediante un “bypass”: dos carriles de subida, dirección León, y solo uno de bajada, con una limitación a la circulación de 40 kilómetros por hora.

Pese a que la afectación se da en un tramo reducido, y luego se vuelve a la normalidad, con dos carriles por sentido, este verano ya se han registrado grandes atascos, lo que probablemente se repita en fechas de alta ocupación, como las Navidades. Pese al argayo y a las quejas, la concesionaria no ha movido el precio del peaje, fijado en 15,60.

No es el único problema que tiene la AP-66. Las obras en la mayoría de los túneles (Negrón, Entrerregueras, Pando, Vegaviesga, Oblanca, Cosera y Barrios), destinadas a ampliar la protección contra incendios, mejorar el suministro eléctrico o las comunicaciones, también están causando contratiempos.

Los trabajos comenzaron en verano y provocan que en varios túneles se corte el tráfico en uno de los sentidos, provocando que haya que utilizar solo dos carriles para la ida y para la vuelta, además de la consecuente reducción de velocidad.

Estas obras, que realiza el Ministerio de Transportes con fondos europeos (68 millones de euros), carecen además de fecha oficial de finalización, aunque se prevé que acaben en los próximos meses. Desde principios de julio y hasta el 18 de agosto se trabajó esencialmente en los tramos dirección Asturias, pasando a las calzadas opuestas a partir de ese día.

En los tramos afectados hay una limitación a 50 kilómetros por hora, aunque en la práctica, si hay gran afluencia de tráfico, los coches suelen ir a menor velocidad. Con facilidad se forman atascos en los pasos que tienen obras, sobre todo en la parte asturiana. Una vez en León, ya se puede circular con normalidad. Toda esta problemática conlleva que el viaje con Madrid, de media, haya aumentado unos veinte minutos.

Unos descuentos insuficientes

La autopista del Huerna tiene activos unos descuentos a usuarios habituales que apenas llegan de forma real a los viajeros, por sus condiciones para acceder a los mismos. Lo dicen los datos: en los primeros seis meses del año el Gobierno central solo gastó el 20 por ciento de lo presupuestado (1.283.703 millones de euros de 6.272.700). Estos descuentos, que fueron activados por el Ministerio y, mejorados recientemente, funcionan de manera progresiva. A partir de un tercer paso en el mismo mes se aplica una rebaja del 15 por ciento en el primero, un 30 % en el segundo y un 60% en el tercero y los sucesivos.

El impacto es muy reducido para los viajeros habituales. Con el sistema anterior (solo se aplicaba al tercer paso un 60 por ciento) uno de cada diez conductores se beneficiaban y las condiciones no han cambiado, solo lo rebajado. Para tener derecho al descuento se debe tener instalado el telepeaje y pasar por el peaje tres veces en el mismo mes, no en meses diferentes, lo que hace todavía más complicado poder tener derecho a un descuento. En el caso de los transportistas, el acceso es más sencillo, ya que está bonificado en un 60 por ciento desde el primer paso.

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