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Ribadesella dedica un último (y orgulloso) adiós al empresario Emilio Serrano: "Era un enamorado del Sella"

El empresario, muy querido en el oriente asturiano y pionero en la promoción del producto asturiano, reunió a decenas de personas en una emotiva despedida

Sara Bernardo

Sara Bernardo

El empresario y escritor riosellano Emilio Serrano recibió ayer el último adiós en la iglesia parroquial de San Martín de Collera (Ribadesella), su localidad natal, rodeado de familiares, amigos y vecinos. "Nunca lo vi en una discusión, era una persona muy positiva", comentaba a las puertas del templo Carlos Piélagos. "Nosotros teníamos un pequeño bar-tienda en el pueblo y ahí vendíamos sus licores", añadía, mientras señalaba la casa familiar donde aún se encuentra la Destilería Emilio Serrano, en el pequeño pueblo de Collera, donde apenas viven una veintena de vecinos.

En la misa, oficiada por el párroco de Ribadesella, José Ramón Fernández Abad, se destacó la figura de Serrano una persona "admirada y querida" que trabajó "por su pueblo y su gente". Entre los asistentes, una representación del Principado, encabezada por el consejero de Hacienda, Guillermo Peláez, y la directora general de Agricultura, Begoña López. También acudió a la cita el alcalde de Ribadesella, Paulo García, acompañado el presidente regional del PP, Álvaro Queipo, y el diputado Luis Venta. Queipo destacó "la constancia, el esfuerzo, el arraigo, el trabajo y la altura de miras" de Emilio Serrano.

"Era muy buena persona, paseaba por el pueblo y se paraba a hablar con todo el mundo. Nunca hizo distinciones entre nadie", añadió Geli Somoano. A su lado, su vecina Conchi Vidal destacaba su gran bagaje cultural: "Tenía una conversación muy afable".

La iglesia se quedó pequeña. Poco antes de las 13.00 horas, los alrededores ya estaban llenos de gente. "Tiraba mucho por su tierra, conocía muchos datos", relataba Mario Empuria. "Su tierra", esa Ribadesella en la que vivió gran parte de su vida. "Era un enamorado del Sella", decía con nostalgia Alberto Estrada. "El verano pasado, la Asociación de Amigos de Dionisio de la Huerta lo nombró archograndeduque de Aguas del Sella. Fue un día muy feliz para él", asegura Estrada, quien confiesa que Serrano, además de tener "la cabeza intacta", contaba "muy buenos chistes".

Un gran empresario

Las anécdotas sobre el empresario se fueron encadenando junto a la iglesia. Fue pionero en llevar Asturias a la feria de turismo Fitur, como destacaba Armando Barrio, de Conservas Agromar, que compartió con él varios viajes. "Para mí fue como un padre en lo empresarial. Confiaba mucho en lo que hacía y siempre tiraba del producto local", aseguraba. "Aprendí mucho con él, era impresionante cómo controlaba el mercado", agradeció Barrio.

El adiós a Emilio Serrano fue también un homenaje a toda una vida dedicada a su tierra, a sus gentes y a la promoción de Asturias. Su legado –el amor por Ribadesella, el espíritu emprendedor y el trato cercano— ha quedado grabado en la memoria de quienes lo conocieron.

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