Día Mundial contra el Cáncer de Mama (19 de octubre)
Carolina Suárez, abogada avilesina de 53 años, venció al cáncer: "Al escuchar esa palabra, que es como un monstruo, se me vino el mundo abajo"
"Salí un poco descolocada del hospital y, cuando iba por la calle, llamé por teléfono a mi marido. Fue lo primero que hice. Juan Manuel se vino un poquito abajo también, las cosas como son. No se lo esperaba, ni mucho menos. Empezó a decir: ¡No, no, esto no puede estar pasando!’. Y le dije: ‘Bueno, estate tranquilo’", relata

Carolina Suárez Suárez, esta mañana, en la sede de la Asociación Española Contra el Cáncer, en Oviedo. / Juan Plaza

El próximo domingo, 19 de octubre, se celebra el Día Mundial contra del Cáncer de Mama. El año pasado se diagnosticaron en Asturias 881 tumores nuevos, de ellos 172 en mujeres que tenían menos de 50 años. De ese total, 350 solicitaron ayuda a la Asociación Española Contra el Cáncer, que hoy ha sido escenario de un encuentro con pacientes para dar realce a la conmemoración del próximo domingo.
Carolina Suárez Suárez, 53 años, reside en Avilés y es abogada. Esta mañana ha contado su caso a LA NUEVA ESPAÑA, de un tirón (diez minutos escasos), con precisión milimétrica, admirable entereza, envidiable optimismo:
Un pequeño bulto “sin importancia”
“Me diagnosticaron un tumor, un carcinoma ductal infiltrante grado 3, triple negativo. De los más agresivos, sino el más agresivo que pueda haber cuando se habla de un cáncer de mama.
En el mes de julio de 2023 acudí a una revisión ginecológica rutinaria que me hago todos los años. La ginecóloga me hizo una ecografía, porque hacía tiempo que no me la hacía, y me detectó un pequeño bulto que, en principio, parecía que no tenía importancia. Para quedarnos más tranquilas ella y yo, me remitió a cirugía del Hospital San Agustín.
Es cierto que mi médico de familia enseguida me dio el volante y a la semana siguiente ya me vieron en el hospital. La cirujana me mandó realizar mamografía y ecografía nuevamente. Esto me lo hicieron a principios de septiembre y el 26 de septiembre me llamaron a consulta para darme el resultado y acudí sola, porque estaba súper tranquila, convencida de que no iba a ser nada, porque incluso la cirujana me había dicho que seguro que era una cosa sin importancia, en función de lo que le había dicho la ginecóloga”.
Sola ante la bomba
“Pues, como digo, acudí sola a recoger los resultados y mi sorpresa fue que, cuando me vieron, me dijeron: ‘No sabes nada, ¿verdad?’ Y dije: ‘Yo no. ¿Qué tengo que saber?’ Y me dijeron: ‘Pues que tienes un cáncer de mama’.
Entonces, claro, yo al estar sola y al escuchar la palabra cáncer, que es como un monstruo (ahora para mí ya no, pero en aquel momento sí), se me vino un poco el mundo abajo, rompí a llorar. Tengo que decir que la cirujana en aquel momento fue súper atenta conmigo, fueron cariñosísimas ella y la enfermera, les estoy muy agradecida. Pero, bueno, el resultado fue impactante”.
Contárselo a la familia “sin llorar”
“Ahí, de repente, dices: ¿Y ahora qué? ¿Y ahora qué va a pasar? ¿Qué va a pasar conmigo? ¿Qué va a pasar con mis hijas? ¿Mi marido cómo se lo va a tomar? Salí un poco descolocada del hospital y, cuando iba por la calle, llamé por teléfono a mi marido. Fue lo primero que hice. Juan Manuel se vino un poquito abajo también, las cosas como son. No se lo esperaba, ni mucho menos. Empezó a decir: ¡No, no, esto no puede estar pasando!’. Y le dije: ‘Bueno, estate tranquilo’”.
Yo adopté una posición y una actitud positiva desde el primer momento: ‘Como me venga yo abajo, no sé si los que me rodean aguantarán el tirón’. Luego me demostraron que sí. Se lo dije y él, automáticamente, salió de su trabajo, vino a buscarme al mío, porque yo me fui a trabajar ese día y, nada, pues bueno hablamos un poquito, lloramos un poquito los dos. ‘¿Y cómo se lo decimos a las niñas?’. Le dije: ‘Pues se lo decimos con todas las palabras’. Mi hija mayor, Carolina, tenía 19 años. Mi hija pequeña, Daniela, tenía 16. Le dije: ‘Creo que tienen que afrontarlo y esto lo tenemos que pasar juntos, no voy a ocultar nada ni a omitirles nada.
Y, efectivamente, cuando terminó mi jornada laboral de la mañana fuimos a comer, se lo contamos. Fue un poquito drama, las cosas como son. Yo me mantuve sin llorar, aguanté el tirón sin derramar una lágrima, me costó, pero lo conseguimos”.
Intervención y tratamiento
“A partir de ahí, seguí trabajando un mes más. Luego ya cogí la baja y el 29 de noviembre me intervinieron. Me quitaron el tumor de la mama izquierda. Por suerte, no me tuvieron que hacer una mastectomía. Luego, en el mes de enero de 2024, empecé con el tratamiento de quimioterapia y radioterapia.
La quimioterapia, también en el San Agustín, fue bastante dura, muchas sesiones, pero lo soporté bastante bien. También tengo que decir que me considero afortunada porque no tuve náuseas, no tuve vómitos. Sí que tenía sensación de revoltura. El día que me ponían la quimio y al día siguiente estaba muy muy cansada, prácticamente estaba durmiendo todo el tiempo y notaba que la comida no me sabía a nada. Le cogí un poco de asco incluso al agua, que tuve que saborizarla con zumo de naranja o de limón, porque, si no, no era capaz de beberla.
Poquito a poco fuimos soportando todas las sesiones y conseguimos finalizarlas.
Después vino la radioterapia, en el Hospital de Jove (Gijón), y ya fue bastante mejor. Y luego las revisiones y los controles rutinarios: las mamografías, las consultas con la oncóloga…".
La ayuda de la Asociación Española Contra el Cáncer
“Mis padres ya colaboraban con la Asociación Española contra el Cáncer porque en mi familia, desgraciadamente, ha habido muchos pacientes de cáncer por parte de mi madre y de mi padre: mis abuelos, tíos abuelos… Incluso mi padre sufrió cáncer de próstata y cáncer de vejiga, pero no fue muy grave, lo superó en breve tiempo…
Quizás por mi edad, lo mío cayó como un mazazo y empecé a colaborar también con la Asociación Española contra el Cáncer. Me vino de maravilla porque tienen muchísimos profesionales y muchísimos servicios a nuestra disposición. Soy de Avilés, como dije, y estoy encantada con Desirée García, la psicóloga de la Asociación allí, un encanto de mujer y de profesional. Me ayudó muchísimo. Los servicios para familiares los utilizó mi hija mayor, que también estuvo con Desirée encantada. Luego nos proporcionaron muchos talleres, tanto relacionados con muchos aspectos del cáncer como con mindfulness, con ejercicio físico-oncológico, que no todo el mundo lo conoce y es superinteresante, y yo se lo aconsejaría a todos los pacientes de cáncer”.
Ejercicio físico-oncológico
“Yo antes ya me cuidaba: iba al gimnasio desde hacía muchos años y siempre he intentado cuidar mi alimentación, nunca fumé, no bebo, bueno, me tomaba alguna cervecilla el fin de semana, algún vino, lógicamente, pero tampoco era una cosa loca… Dejé de beber, ya no pruebo ni una gota de alcohol hasta el día de hoy, salvo alguna copa de vino para celebrar algo esporádicamente…
El caso es que este programa de ejercicio físico-oncológico es superimportante. La alimentación es muy importante también: hay una nutricionista a nuestra disposición. Y el ejercicio físico. Antiguamente se decía: ‘No puedes mover el brazo, no hagas esfuerzos’. Hoy día es todo lo contrario: la investigación ha llevado a descubrir que el ejercicio ayuda mucho, y el ejercicio de fuerza también ayuda mucho. No sólo el salir a caminar, que es superaconsejable, o hacer ejercicio aeróbico, sino el ejercicio de fuerza es muy importante y ayuda mucho. Hice ese programa de ejercicio físico-oncológico y me vino muy bien. Estoy muy agradecida por todos los servicios que presta la asociación”.
Dos meses “sin acordarme del cáncer”
“A día de hoy, me encuentro muy bien. Hasta el punto de que llevaba como dos meses que ni me acordaba de que tenía cáncer. Me encuentro muy bien y digo: ‘Esto no va conmigo’. Pero, claro, me tocó la revisión oncológica en septiembre y parece que no, pero cuando vas caminando hacia el hospital se te remueve todo por dentro y empiezas a tener otra vez aquellos recuerdos de todas las sesiones, de todos los días que has pasado, de cómo reaccionó tu familia, de todo el apoyo que te han dado y, bueno, te emocionas, es inevitable.
En la consulta te dicen que sigue todo bien y continuó con mi actitud positiva, muy animada, y ahora a la espera de hacerme una nueva mamografía en diciembre. Y luego me correspondería una analítica y consulta con la oncóloga en el mes de marzo…”.
Nueva vida, nuevo trabajo
“Mi vida cambió radicalmente. Yo antes tenía una melena larga, morena, espectacular, y ahora tengo pelo corto muy canoso, porque me salió completamente gris, pero es mi nuevo aspecto, es mi nueva vida…
Sigo siendo abogada, pero ya no trabajo por cuenta ajena. Ahora soy autónoma desde el mes de julio. He emprendido y ha sido una nueva vida para todo. Fue terminar los tratamientos, estoy bien y tengo nuevos horizontes, un nuevo orden de prioridades… Y a seguir luchando hacia adelante. Y actitud positiva siempre…”.
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