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De origen muy humilde, multimillonario y comunista: así es Wang Chuanfu, el magnate chino que tiene a Asturias en el radar

El empresario, fundador de BYD, se hizo rico gracias al negocio de las baterías y su compañía de coches eléctricos desafía el liderazgo de Tesla

El fundador de BYD, Wang Chuanfu. | EFE

El fundador de BYD, Wang Chuanfu. | EFE

Pablo Castaño

Pablo Castaño

Oviedo

Wang Chuanfu no tenía las mejores cartas para triunfar en el camino de la vida, pero hoy es el rey del mundo de los vehículos eléctricos. De niño pobre a multimillonario manteniendo en la cartera el carné del Partido Comunista. Representa como nadie las tres letras de su marca automovilística: "Build Your Dreams". BYD es su sueño, el nuevo sueño chino. Una compañía que, según afirmó anteayer el presidente del Principado, Adrián Barbón, tiene a Asturias en su radar de cara a construir su tercera fábrica de automóviles en Europa después de las de Hungría y Turquía.

Chuanfu es uno de los siete hijos de un matrimonio de agricultores de subsistencia. Nació hace 59 años en Wuwei, a orillas del río Yangtsé. Eran los tiempos duros de la China de Mao Zedong. Para él, lo fueron aún más. Cuando cursaba la escuela secundaria se quedó sin padres y fue criado, desde entonces, por dos hermanos mayores, que le convencieron para que no abandonara los estudios y le ayudaron para que pudiera estudiar en la Universidad. Confiaban en su talento.

Tras graduarse en Física y Química Metalúrgica, Chuanfu fue admitido en un posgrado en el Instituto de Investigación de Metales No Ferrosos de Pekín. Estudió sobre baterías y destacó como investigador bajo el patrocinio del Gobierno chino. En 1993, cuando el Instituto creó una empresa estatal de baterías en Shenzhen, le encomendaron la tarea de dirigirla.

A finales del pasado siglo, Shenzhen era conocido como el Silicon Valley chino. Era una de las "zonas económicas especiales" donde China abría sus puertas al capitalismo. Un lugar en ebullición en el que Chuanfu vio la oportunidad de industrializar la tecnología que había investigado. Eran los años del desarrollo de los teléfonos móviles y la electrónica de consumo. Todo llevaba baterías. En 1995 dejó la empresa pública y fundó, junto a su primo Lu Xiangyang, la compañía BYD, que arrancó con 20 empleados y pronto despegó como suministrador de baterías para teléfonos móviles a gigantes de la época como Nokia o Motorola.

El nuevo negocio

La entrada de Chuanfu en el negocio del automóvil no se produjo hasta 2003, cuando BYD decidió comprar Xi’an Qinchuan Automobile, un fabricante estatal de coches que estaba en apuros. BYD comenzó produciendo vehículos de combustión y en 2005 presentó su primer eléctrico: BYD F3.

La experiencia de Chuanfu como proveedor de componentes fue clave a la hora de establecer su estrategia como fabricante de coches. Apostó por la tecnología propia, pero sobre todo por la segmentación y control de toda la cadena de valor, desde las minas que producen litio para las baterías hasta los barcos que transportan los coches desde China a todo el mundo, buscando en todos los escalones los menores costes posibles.

La visión de Chuanfu atrajo la atención del inversor estadounidense Warren Buffett, que en 2008 respaldó la expansión de la compañía, que perseguía convertirse en el mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo.

Chuanfu tiene fama de serio y aspecto de investigador. La antítesis del excéntrico Elon Musk, el fundador de Tesla, que en 2011 lanzó una carcajada cuando le preguntaron por la competencia que le suponía BYD. "¿Has visto sus coches?", se mofó ante una entrevistadora de Bloomberg. Hoy, Chuanfu se ha convertido en una pesadilla para Musk en la carrera por la corona de líder mundial del vehículo eléctrico.

Las factorías

BYD vendió el pasado año 4,27 millones de vehículos, un 41% más que el año anterior. Tiene más de 885.000 empleados en fábricas de China, Hungría, Tailandia, Uzbekistán y Brasil. Abrirá nuevas plantas en Turquía y Camboya y esta semana la agencia Reuters publicó que España es la favorita para albergar su nueva factoría en Europa. En 2023, cuando BYD buscaba ubicación para la primera, una representación de la compañía visitó los terrenos de la ZALIA en Gijón. Ahora Asturias vuelve a estar "en el radar" de la compañía, según apuntó Adrián Barbón, que reclamó prudencia. Una industria del automóvil es el sueño de Asturias.

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