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Los desencuentros entre PSOE e IU y la falta de diálogo interno lastran la imagen del Gobierno

La descoordinación motiva incluso la extrañeza en el PP, convocado para negociar el presupuesto a espaldas del socio del Ejecutivo

Ovidio Zapico y Adrián Barbón (de espaldas) en la cafetería de la Junta.

Ovidio Zapico y Adrián Barbón (de espaldas) en la cafetería de la Junta. / LUISMA MURIAS

Vicente Montes

Vicente Montes

Oviedo

La imagen de falta de coordinación interna puede acabar limando la relación entre el PSOE e Izquierda Unida en el Ejecutivo del Principado. Ya han sido varios los episodios que han evidenciado que falta diálogo entre las organizaciones, y en lo s que la improvisación y la ausencia de una estrategia pactada (incluso en las discrepancias) termina por arrojar una sensación de choque permanente: ha sucedido recientemente con la aprobación en el consejo de Gobierno de la entrada de las universidades previdas, y se ha repetido con la apertura de la negociación de los presupuestos, activada por el ala socialista del Ejecutivo al margen de IU. El próximo escenario de discrepancia está a las puertas: la consideración del centro comercial de Costco en Siero como proyecto de interés estratégico regional. ¿Tienen los socios acordado cómo digerirán esa disensión interna? No.

IU lleva meses señalando los elementos que tensarán la relación en el Ejecutivo. Los dejaron plasmados el pasado mes de julio en un informe polícito de la coordinadora de Asturias. Su contenido, que advertía del riesgo de quiebra, fue revelado en una entrevista en este periódico con la secretaria de Organización de la coalición María José Miranda, publicada el pasado agosto. Miranda ya advertía de que falta coordinación "entre las fuerzas políticas, en aspectos fundamentales" y señalaba la anomalía que, a juicio de IU, suponía que este año no se hubiese hecho seguimiento del pacto.

También en esa entrevista, Miranda señalaba los hitos de discrepancia que sobrevendrían en este curso político. Sin embargo, reconocen fuentes de ambos partidos, no se ha establecido una estrategia común para comunicar las discrepancias pactadas.

La falta de solución a ese problema no hace más que elevar el tono interno en la relación entre ambos partidos. El último ejemplo ha estado en la decisión del PSOE de abrir las negociaciones presupuestarias con el PP sin antes siquiera comunicar al socio de Gobierno si el proyecto de cuentas persigue los objetivos comunes. La coalición expresó su "estupefacción" al saber de que el Gobierno ya había convocado a los populares a una reunión, cuya existencia desconocía el socio del Ejecutivo.

"Papel mojado", para IU

"Esperamos que esa reunión con el PP quede en papel mojado, sin ninguna validez vinculante para el Gobierno", advirtieron fuentes de la coalición. El presidente del PP, Álvaro Queipo, también señaló su extrañeza por la situación: "En efecto, hemos recibido la llamada del consejero de Hacienda para mantener una primera reunión sobre los presupuestos, que suele ser la última; pero he visto que IU ha dicho que no sabía nada. Espero que alguien del gobierno me diga si la reunión sigue en pie o no, porque no entiendo que una parte del gobierno convoque para una cita y la otra parte no sepa nada", dijo Queipo.

Lo cierto es que ya son varios los asuntos de disensión, ninguno de ellos inesperado, que se agolpan en la agenda de coordinación del Ejecutivo: a la puerta abierta a las universidades privadas se suma la autorización de Costco (a la que IU presentará alegaciones formales), pero también cuestiones centrales relativas a la ley de Vivienda, la ley LGTBI, el futuro plan para la gestión de residuos en Cogersa o respecto a cómo se abordará el malestar creciente en algunos sectores de la administración autonómica, como el de los profesionales sanitarios.

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