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Las claves del plan de reestructuración con el que Duro quiere evitar la quiebra

La compañía, que admite estar "al borde del colapso", prevé recortar su plantilla a la mitad

El grupo mexicano Prodi aportará 10 millones de euros, y Mota-Engil México deja de ser accionista

Empresa Duro Felguera, en Gijón, Asturias (España).

Empresa Duro Felguera, en Gijón, Asturias (España). / Jorge Peteiro / Europa Press

Yago González

Yago González

Oviedo

Duro Felguera ya ha puesto sobre la mesa la hoja de ruta con la que aspira a sobrevivir. El consejo de administración de la compañía asturiana de ingeniería aprobó el pasado lunes el plan de reestructuración financiera con el que quiere evitar la quiebra, después de que los tribunales denegaran recientemente una cuarta prórroga de su preconcurso de acreedores. La estrategia de la empresa contiene varias medidas de calado, entre ellas la reducción de la plantilla a la mitad, hasta los 500 trabajadores; la reorganización de su estructura corporativa, incluyendo la venta y el cierre de filiales; una inyección de 10 millones de euros por parte del accionista mayoritario, el grupo mexicano Prodi; quitas de hasta el 100% en la mayoría de préstamos (incluido el de 6 millones de euros otorgado por el Principado) y la relajación de las condiciones de devolución del rescate de 120 millones que realizó hace cuatro años la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).

La compañía remitió este martes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el plan de reestructuración. Lo hizo poco después de que el supervisor financiero suspendiera a primera hora su cotización, que se reanudó con la recepción del documento. Duro concluyó la sesión bursátil con un notable repunte del 16,32%.

Con todo, el plan deberá ser sometido a votación por los cuatro bancos acreedores (Santander, Sabadell, Abanca y Unicaja) antes de este próximo viernes a las 12.00. Para su aprobación es necesario el voto favorable de al menos dos tercios de cada tipo de pasivo afectado. En caso de que la banca dé luz verde, Duro debe presentar la reorganización antes del próximo día 31 en el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Gijón para su homologación.

En el documento, la cúpula de Duro reconoce que la empresa se encuentra «al borde del colapso» y «en situación de insolvencia», con un patrimonio negativo de 289,1 millones y pérdidas acumuladas de 25,96 millones. La compañía achaca este estado al mal resultado de diversos proyectos (como las centrales energéticas de Argelia o Rumanía, entre otros), así como a las potenciales consecuencias de las «cuantiosas reclamaciones extrajudiciales y judiciales que le han formulado sus clientes en los distintos proyectos, que ascienden a más de 950 millones de euros». La situación es tan grave que, según la compañía, si cualquiera de esas reclamaciones se confirmara, Duro tendría que presentar «inmediatamente» el concurso de acreedores.

En el caso concreto del controvertido proyecto de Djelfa (Argelia), con una reclamación pendiente de 413 millones de euros, el plan de Duro se limita a indicar que «aún siguen abiertas las negociaciones» sobre una «solución amistosa». No obstante, también señala que el gigante estatal chino Energy China, con el que se exploró la cesión del contrato, decidió «unilateralmente» poner fin a las conversaciones.

"Operación acordeón"

El plan de reestructuración incluye lo que en la jerga financiera se conoce como «operación acordeón», esto es, una reducción y posterior ampliación de capital. Como primer paso, la compañía reducirá su capital social en más de 5,37 millones de euros mediante la reducción a la mitad del valor de sus acciones, esto es, de 0,05 a 0,025 euros por título. Esta depreciación, a su vez, lleva consigo una amortización de 2,94 millones de capital en manos de los socios de control, los grupos mexicanos Mota-Engil México y Prodi. En total, por tanto, el capital se recorta en más de 8 millones de euros.

Uno de los efectos de la amortización es que Mota-Engil México dejará de ser accionista de la compañía asturiana. El paso siguiente corresponde a Prodi, que inyectará capital por valor de 10 millones, convirtiéndose así en el accionista de control de Duro Felguera.

El balance neto de esta «operación acordeón» es que Duro tendrá un capital social de 12 millones de euros. En el capital se mantendrá los accionistas minoritarios, ya que es una condición indispensable para que Duro siga en Bolsa. Y, a su vez, es imprescindible que la empresa continúe en el Mercado Continuo, dado que su condición de sociedad cotizada viene recogida en el acuerdo con el que fue rescatada por la SEPI en 2021.

Los requisitos de dicho rescate también cambian con el plan. Así, el préstamo del organismo estatal dejará de ser participativo (esto es, con opción a transformarse en capital) para convertirse en crédito ordinario, lo que implica un menor coste financiero. Además, se establece un nuevo calendario de amortización para 2029 (20 millones de euros), 2032 (30 millones) y 2035 (70 millones).

La empresa asturiana también plantea quitas del 100% de la deuda «no sostenible» tanto de la SEPI como de los bancos privados y los proveedores. Sólo se mantendrán intactos los llamados créditos de proveedores estratégicos, considerados imprescindibles para la actividad de la compañía.

Plantilla y salarios

La reorganización contempla un drástico recorte de la mitad de la plantilla, pasando de los 1.005 trabajadores que figuraban a finales del pasado julio al entorno de los 500 hacia finales del presente año.

Esa reducción se producirá como consecuencia del expediente de regulación de empleo (ERE) a 180 trabajadores, 53 salidas en el extranjero, el cierre de delegaciones, la terminación de proyectos y el cierre y venta de filiales y líneas de negocio. Asimismo, el plan incluye la reducción de salarios de la «gran mayoría» de directivos y cargos intermedios.

En una carta adjunta al plan, el vicepresidente de Duro y CEO de Prodi, el mexicano Jaime Isita, se compromete a obtener 15 millones en avales para proyectos en México o, alternativamente, «aportar negocio a Duro en México para la línea de EPC por un volumen de negocio equivalente». También promete identificar proyectos y contratos en América Latina y otras regiones donde Prodi tiene «influencia significativa».

El Gobierno de Asturias se limitó a señalar que evaluará «de manera exhaustiva» el plan de Duro, en concreto lo relativo al préstamo de 6 millones que la compañía asturiana no prevé devolver.

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