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Tormenta en el naval gallego y calma en el asturiano: estos son los motivos por los que el arancel del acero tiene distintos afectos en dos comunidades vecinas

Las compras a ArcelorMittal protegen a Armón y Gondán de los gravámenes, mientras que en la comunidad vecina la mitad de la materia prima es importada

Trabajadores del metal en el astillero de Armón en Gijón. | MIKI LÓPEZ

Trabajadores del metal en el astillero de Armón en Gijón. | MIKI LÓPEZ

Pablo Castaño

Pablo Castaño

Oviedo

Los aranceles para proteger a la siderurgia europea han provocado una tormenta en el sector de la construcción naval gallego, mientras que en el asturiano se respira calma. La diferencia tiene una fácil explicación. Los astilleros de empresas gallegas importan buena parte del acero que utilizan para la fabricación de barcos, mientras que los de empresas del Principado se abastecen principalmente de acero europeo, el fabricado por ArcelorMittal en Asturias.

La Comisión Europea ha planteado reducir a la mitad la cuota de importaciones de acero que entran en la UE libres de aranceles y elevar del 25% hasta el 50% los gravámenes para el resto con el objetivo de proteger a la industria siderúrgica frente a las sobreproducción de países como China.

Tras oficializarse el anuncio, la reacción del naval gallego fue inmediata. "Es horroroso, una injusticia", subrayó en declaraciones a "Faro de Vigo", del mismo grupo que LA NUEVA ESPAÑA, el gerente de la Asociación Clúster del Naval Gallego (Aclunaga), Óscar Gómez. Tal como han reiterado repetidas veces desde esta patronal, "Europa tiene que gravar el producto final", no la materia prima que los astilleros y las empresas auxiliares emplean en la construcción de barcos, cerca del 40% adquirida a productores no europeos. A sus ojos, el arancel obedece a "la presión de los grandes lobbies del acero". Y advierte que repercutirá en la rentabilidad de las compañías del sector en Galicia, ya que no pueden subir los precios para no perder en competitividad frente a sus rivales low cost: "Están entrando productos terminados desde cualquier país sin ningún tipo de imposición mientras nosotros pagamos la seguridad , la calidad y un salario que nada tiene que ver con los que ofertan estos países".

Esta preocupación en el sector de la construcción en Galicia no se aprecia dentro de las compañías asturianas, menos expuestas a las importaciones de acero y, por lo tanto, a los nuevos aranceles que plantea la Comisión Europea.

"La mayoría del acero que consumimos procede de las fábricas asturianas de ArcelorMittal", señaló Álvaro Platero Alonso, vicepresidente de Astilleros Gondán, con sede en Castropol. "Nosotros utilizamos históricamente acero de Arcelor de la Comunidad Económica Europea", apuntó por su parte Laudelino Alperi, consejero delegado del grupo Armón, con sede en Navia.

Impacto indirecto

Esa compra de acero europeo les libra de los efectos directos del nuevo arancel. Otra cosa son los indirectos, como puede ser una subida de precios del acero en Europa al limitarse la competencia. Laudelino Alperi reconoció que "no cabe duda que las protecciones, por su naturaleza, tienden a incrementar los precios, por lo que esperamos que no se produzcan sobrecostes en la fabricación os productos intermedios". No obstante, añadió que "para el tipo de buques que nosotros construimos, que no son intensivos en acero, no debería influir en la competitividad".

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