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Los sectores de la siderurgia y el automóvil aparcan sus diferencias sobre el arancel del acero para pedir protección a la UE

Las patronales reclaman medidas que retengan las inversiones en Europa

El mercante "Sueve" inicia su andadura con una carga de bobinas de Arcelor rumbo a Portugal

El mercante "Sueve" inicia su andadura con una carga de bobinas de Arcelor rumbo a Portugal / Luisma Murias

Pablo Castaño

Pablo Castaño

Oviedo

El arancel a las importaciones de acero planteado por la Comisión Europea (CE) recibió el aplauso del sector de la siderurgia europea, que mantiene 2,5 millones de empleos directos e indirectos, y puso en guardia a la potente industria del automóvil, que sustenta 13 millones. Los fabricantes de vehículos afirmaron que Bruselas iba "demasiado lejos" con las restricciones a las importaciones extracomunitarias de acero. Pese a la reacción inicial, ambos sectores han decidido aparcar las diferencias para lanzar un llamamiento conjunto ante la UE a favor de "una vía realista y pragmática para la transformación y la retención de las inversiones en Europa"

Eurofer (que agrupa a las principales compañías siderúrgicas con factorías en Europa, incluida ArcelorMittal) y ACEA (que reúne a la 16 principales fabricantes de vehículos) señalaron que los dos sectores están profundamente interconectados: una industria automotriz europea fuerte depende de un sector siderúrgico competitivo e innovador, y viceversa. Resaltaron que la automoción es el segundo mayor usuario de acero, mientras que una parte significativa de la I+D de la siderurgia se centra en aplicaciones automotrices. Sin embargo, añadieron que la siderurgia europea ahora sufre una utilización de capacidad alarmantemente baja, impulsada por el exceso de capacidad global, los altos costos de energía y carbono, y la demanda interna moderada, y que la situación se ve agravada por la recuperación más lenta de los mercados automovilísticos de la UE desde la pandemia y un parque de vehículos envejecido que lastra la nueva demanda. Ambos sectores señalaron que después de múltiples rondas de diálogos con la CE, ha llegado el momento de convertir la ambición en acción.

"Una fuerte producción nacional de acero es vital para la resiliencia de la cadena de suministro de la industria automotriz de la UE al proporcionar una fuente local confiable, reducir la dependencia de mercados internacionales potencialmente volátiles y garantizar la seguridad del suministro para la automoción", señaló Henrik Adam, presidente de Eurofer. "No se puede construir un automóvil europeo competitivo sin acero europeo competitivo", afirmó Ola Källenius, presidente de ACEA, que señaló que una regulación inteligente puede generar beneficios para ambos sectores, por ejemplo, al reconocer y recompensar a los fabricantes de automóviles que se abastecen voluntariamente de acero y materiales bajos en carbono como parte de su cumplimiento de las normas sobre carbono.

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