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Felipe VI, Rey de los bolos asturianos: “Se nota que sabe solo por cómo coge la bola”

El monarca sorprende al propio campeón de Asturias, Sergio Hevia, con una cuatreada grande en Valdesoto

Felipe VI, Rey de los bolos asturianos: “Se nota que sabe solo por cómo coge la bola”

VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: Juan Plaza

Lucas Blanco

Lucas Blanco

Valdesoto (Siero)

Felipe VI volvió a demostrar que lo suyo con los bolos asturianos no es casualidad, sino un don regio. Durante su visita a la Casona de Leceñes, con motivo de la entrega del premio "Pueblo ejemplar de Asturias" a Valdesoto, el monarca protagonizó una escena que quedará en la historia local.

Mientras los vecinos realizaban una exhibición de cuatreada, el Rey, acompañado por la Reina Letizia y sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, se detuvo curioso ante la bolera. En el tiro estaba Sergio Hevia, campeón de Asturias, que no esperaba compartir la línea de lanzamiento con el mismísimo jefe del Estado. “Ofreció la bola a las hijas, pero no hubo manera”, contaba divertido Hevia. “Así que el Rey se remangó, entregó el bastón de mando y dijo: ‘Voy yo’”.

Felipe quiso tirar desde la distancia máxima, unos 20 metros, pero el campeón le recomendó acercarse algo más “para no complicarse”. Craso error. El monarca, con la naturalidad de quien ya sabe cómo va esto, tiró “para la mano” (aunque el biche -el bolo más pequeño- estaba colocado para el pulgar) y la bola subió con estilo de especialista. Resultado: una jugada reina, la cuatreada, con un grande de 14 puntos. Cabe destacar que el promedio de un jugador de primer suele andar por los seis o siete bolos por bola.

“Si nos da tiempo a colocarle el biche bien, lo habría tirado y serían quince”, confesaron los ayer armadores (también grandes jugadores sierenses) Alejandro Rodríguez y Pedro Blanco, aún con la boca abierta. “Nos impresionó ver cómo cogía la bola. Se nota que sabe de esto”, reconocía Rodríguez, directivo de la Federación Asturiana de Bolos.

Un idilio que viene de lejos

Lo cierto es que no era la primera vez que Felipe de Borbón demostraba puntería en una bolera asturiana. Su idilio con los bolos se remonta a hace más de dos décadas, cuando aún era Príncipe.

Su primera tirada fue en Navelgas (Tineo), durante la entrega del "Pueblo ejemplar 2003". Entonces, el joven heredero, soltero y sonriente, se estrenó en bolo celta de la mano del gran Mino Ronderos. Primer lanzamiento, cero puntos; segundo, algunos bolos al suelo y aplausos del público. Pocos días después se anunciaría su compromiso con la periodista asturiana Letizia Ortiz. Asturias, tierra de bolos y noticias grandes.

En 2005, ya casado y con Leonor en camino, jugó al bolo palma en Porrúa (Llanes). En traje y corbata, poco apropiado para la faena, pero con aplauso final de los vecinos.

Tres años más tarde, en Torazo (Cabranes), se enfrentó a la reina de las modalidades, la cuatreada. Lanzó dos veces: la primera “agua”, la segunda, cuatro puntos. “Tiró pal pulgar”, contaba entonces Javier Pruneda, uno de sus maestros del día.

El recorrido culminó en Moal (Cangas del Narcea) en 2018, donde el ya Rey completó el ciclo con el bolo vaqueiro. Allí, con una bola de más de dos kilos, derribó la mayoría de los dieciséis bolos reglamentarios y dejó a los lugareños boquiabiertos. La bola usada por el monarca aún se guarda en el pueblo como un tesoro.

De Moal a Valdesoto, pasando por la historia

Siete años después, en Valdesoto, Felipe VI no sólo confirmó que no ha perdido toque, sino que lo ha mejorado. Lo suyo ya no es una anécdota: es una trayectoria deportiva en toda regla.

Dicen jugadores que ayer le vieron que, si alguna vez se anima a jugar la liga asturiana, más de uno lo querría de compañero de equipo. Y viendo cómo “sacó” ese grande de 14, razón no les falta.Y tanto. Asturias entera ya lo sabe: Felipe VI no sólo reina en Zarzuela, también en la bolera.

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