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Buenas noticias para Duro, que da un "paso decisivo" para salvarse al obtener el respaldo de los acreedores

La compañía asturiana abandona el estado de preconcurso y debe ahora obtener la homologación judicial de su reorganización financiera

Eduardo Espinosa, presidente de Duro Felguera

Eduardo Espinosa, presidente de Duro Felguera / LNE

Yago González

Yago González

Oviedo

Duro Felguera ha conseguido por fin desbloquear el plan de reestructuración con el que quiere salvar la compañía, una vez obtenido "un respaldo muy amplio" de los acreedores (la banca, el Principado y otros) a la reorganización financiera de la empresa asturiana, según comunicó anoche a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El plazo para que los bancos Santander, Sabadell, Abanca y Unicaja y otros titulares de deuda emitieran su veredicto finalizó el pasado viernes, pero el procedimiento administrativo completo se consumó ayer con la ratificación de la firma especializada que realiza el peritaje judicial del proceso de Duro, la catalana Lexaudit. No ha trascendido si todas y cada una de las entidades aceptaron las condiciones del plan propuesto por la compañía: quitas de hasta el 100% para la banca, la Sociedad Regional de Promoción (S. R. P., mercantil del_Principado que prestó 6,8 millones al grupo a través de un préstamo participativo), proveedores considerados no esenciales y también a los créditos asociados a reclamaciones por litigios sobre contratos. Pero el respaldo parece haber superado nítidamente los mínimos legales necesarios (que los acreedores aceptantes sumen entre el 66% y el 75% de las deudas, según su categoría).

"Ya no estamos en preconcurso"

"Hoy damos un paso decisivo al presentar el plan de reestructuración al Juzgado para su homologación, con un respaldo muy amplio de los acreedores", aseguraron fuentes de la compañía que preside Eduardo Espinosa. Y añadieron: "Duro Felguera ya no está en preconcurso. Esa circunstancia, concebida para negociar con los acreedores, ha concluido. Con el plan aprobado y presentado para su homologación se abre la fase judicial de revisión con pleno respeto a los tiempos el Juzgado. Afrontamos esta etapa con perspectivas positivas y preparados para una ejecución ordenada del plan".

En su comunicación al mercado, Duro precisa que ya ha remitido su plan de reestructuración al Juzgado de lo Mercantil número 3 de Gijón para obtener su homologación. Esta será, en principio, la última estación de un largo y arduo proceso judicial que arrancó hace casi un año, cuando la empresa se acogió al preconcurso de acreedores . Desde entonces, el magistrado titular, Rafael Abril, fue concediendo sucesivas prórrogas del preconcurso, hasta que el pasado día 2 denegó el cuarto aplazamiento solicitado.

Una semana antes, el 25 de septiembre, la empresa había alcanzado un preacuerdo con los accionistas de control –los grupos mexicanos Prodi y Mota-Engil México– y con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), presente en el consejo de Duro tras haberla rescatado con 120 millones de euros, para elaborar una reestructuración financiera y corporativa de la centenaria compañía. Pero faltaba un elemento imprescindible: el refrendo de los bancos privados y otros acreedores. Ese escollo se salvó ayer, por lo que aumentan las posibilidades de salvación de una empresa que lleva una década –y en especial, el último año– al filo del abismo.

De hecho, en el plan de reestructuración, difundido la semana pasada, la dirección de Duro reconocía que la empresa está "al borde del colapso" y "en situación de insolvencia", con un patrimonio negativo de 289,1 millones y pérdidas acumuladas de 25,96 millones. La compañía achaca este estado al mal resultado de diversos proyectos y las reclamaciones exigidas por diversos clientes, que ascienden a 950 millones.

Hoja de ruta

Para revertir esta situación, la hoja de ruta de la compañía asturiana de ingeniería y bienes de equipo prevé reformas profundas de su estructura y su modelo de negocio. Entre ellas destaca la reducción de la plantilla a la mitad, hasta los 500 trabajadores; la fusión, venta y cierre de filiales; el abandono de determinadas líneas de negocio y la potenciación de otras; una reducción y ampliación de capital que supondrá la salida del accionariado de Mota-Engil México y la inyección de 10 millones por parte de Prodi; las comentadas quitas de hasta el 100% en la mayoría de préstamos y la relajación de las condiciones de devolución del rescate de 120 millones de la SEPI, cuyo pago total no se culminará hasta el año 2035.

Uno de los aspectos más controvertidos de los planes de Duro, al menos en el ámbito de Asturias, es lo referido a las quitas de deuda, ya que una de ellas se aplicará a los 6,8 millones de euros que hace cuatro años aportó el Gobierno del Principado a través de la SRP.

No obstante, ninguna de las operaciones descritas se llevarán a cabo hasta que el juzgado gijonés homologue la estrategia de Duro. De la decisión del magistrado dependen no sólo movimientos societarios y corporativos, sino también físicos, puesto que el plan también contempla la venta de la sede central de Duro, ubicada en el Parque Científico y Tecnológico de Gijón, al grupo catalán Mecalux por 13,6 millones de euros.

A continuación, las oficinas centrales de la empresa asturiana se trasladarán a Valnalón, en Langreo. La mudanza, en realidad, supondrá el retorno de Duro Felguera al recinto en el que fue fundada a mediados del siglo XIX.

"Nuestro objetivo es claro: una compañía ágil y competitiva para los próximos años", resumieron anoche fuentes de la dirección del grupo asturiano de ingeniería.

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