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El "Asturias, patria querida" se transforma en un mambo "arrastrao" tras el descubrimiento que hizo un profesor de FP melómano

Javier Antuña lanza este tema compuesto en 1958 que mezclaba la letra con música latina y distintos instrumentos

VÍDEO: Así suena el himno de Asturias versión mambo

LNE

Sara Bernardo

Sara Bernardo

Oviedo

En enero de 2025 un hallazgo inesperado llevó al profesor de Formación Profesional Javier Antuña a rescatar una pieza olvidada de la historia musical asturiana. Coleccionista de música desde hace más de 35 años, Antuña estaba navegando por internet cuando se topó con una partitura que le llamó la atención: "Asturias Mambo". El título escondía una combinación que nadie había imaginado antes: el "Asturias, patria querida" transformado en un mambo "arrastrao" compuesto en 1958.

"Era un ritmo muy de moda en aquellos años, pero nadie lo había grabado nunca", explica Antuña con entusiasmo. Para un apasionado de los sonidos del pasado aquel hallazgo era un pequeño tesoro. La partitura comenzaba con una introducción de ritmo latino suave que, de forma casi humorística, daba paso a la letra del himno asturiano.

Lejos de quedarse en la curiosidad, decidió hacer algo que nadie había hecho en más de seis décadas: grabar la pieza y darle vida sonora. No como un proyecto profesional ni comercial, sino como un homenaje cultural y musical. "Pensé que, si nadie lo había hecho, ¿por qué no intentarlo yo?", recuerda.

Su primer paso fue alquilar un estudio de grabación en El Entrego propiedad del director de la Banda de Música de Langreo. Gracias a ese contacto, el proyecto comenzó a tomar forma. El director lo puso en contacto con varios músicos de la zona, que no dudaron en sumarse a la aventura. "Fue todo muy artesanal", confiesa Antuña.

En total, participaron diez personas en la grabación: saxofonista, trompetista, trombonista, pianista, percusionistas y la voz principal, interpretada por Inmaculada Fuentes. "Lo de la voz fue complicado porque en la partitura parecía pensada para un hombre, tenía un tono muy bajo", cuenta Antuña. "Tuvimos que ajustar la tonalidad y trabajar mucho para mantener la fidelidad al original, pero finalmente lo logramos".

El resultado, según describe, es un tema sorprendente: un mambo con alma asturiana, cargado de ritmo, metales vibrantes y el inconfundible estribillo del himno regional. "Quisimos ser 100% fieles a la partitura original", insiste el profesor, que se tomó el proyecto como un ejercicio de arqueología musical. Ninguno de los arreglos fue alterado; cada compás y cada anotación fueron respetados tal como aparecían en el documento de 1958.

La grabación, realizada a comienzos de este año, ve la luz hoy mismo, martes 4 de noviembre, en todas las plataformas comerciales. "Las reacciones han sido muy bonitas. Algunos se sorprenden, otros se ríen, pero todos coinciden en que transmite alegría sin faltar al respeto al himno", comenta. Para Antuña, el proyecto tiene también un valor sentimental. "Yo crecí escuchando música en casa, recopilando vinilos y partituras antiguas. Encontrar algo así, que une mi tierra con mi pasión, fue un regalo", afirma. Además, cree que el "Asturias Mambo" demuestra que las tradiciones pueden dialogar con otros ritmos sin perder su esencia. "El himno sigue siendo el mismo, pero baila distinto. Es otra forma de sentirlo."

Hoy el tema suena como una cápsula del tiempo rescatada del pasado, un puente entre el folklore asturiano y los ritmos tropicales que marcaron toda una época. En palabras de Antuña, "es una muestra de cómo la música no tiene fronteras ni edades, y de que incluso los himnos pueden tener un lado divertido y bailable".

Así, 67 años después de que alguien escribiera en una partitura las palabras "Asturias Mambo", el sueño de aquel autor anónimo se hizo realidad en un pequeño estudio del valle del Nalón. Gracias a la curiosidad y el empeño de un profesor melómano, Asturias puede, por fin, bailarse a ritmo de mambo.

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