Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

"Asturias tiene todos los ingredientes para liderar la economía azul", afirma María Gálvez, embajadora del Pacto Climático Europeo

"No debe haber rivalidad entre turistas y residentes, sino un equilibrio que genere bienestar para todos", asegura la oceanógrafa

María Gálvez del Castillo. | LUISMA MURIAS

María Gálvez del Castillo. | LUISMA MURIAS

Sara Bernardo

Sara Bernardo

Oviedo

La Facultad de Biología de la Universidad de Oviedo acogió este martes una charla masterclass sobre economía azul y las oportunidades que genera en el ámbito social y económico. A la charla acudieron estudiantes de Biología para atender a las explicaciones de María Gálvez del Castillo, oceanógrafa y Embajadora del Pacto Climático Europeo.

¿Cómo describiría en pocas palabras qué es la economía azul?

La economía azul abarca todos los sectores económicos relacionados directamente con los mares, océanos y costas: desde los más tradicionales, como la pesca y la acuicultura, hasta los más innovadores, como las energías renovables, la industria naval o el turismo azul.

¿Y por qué Asturias puede ser puntera en este ámbito?

Porque Asturias tiene conocimiento, como estamos viendo en la Universidad de Oviedo, tiene talento, una historia industrial y un entorno privilegiado. Estamos entre montaña y mar; creo que Asturias debe aprovechar esta oportunidad que ofrece la economía azul.

Hablaba del turismo azul. Asturias, tras la pandemia, vivió un boom de turismo verde. ¿Puede el turismo azul evitar la sobresaturación y cuidar del medio ambiente?

Claro. El turismo azul, por definición, tiene que ser sostenible. Ahora se habla incluso de turismo regenerativo. Debemos considerar la capacidad de carga de los destinos y garantizar que los beneficios lleguen a las comunidades locales, especialmente las costeras. No debe haber rivalidad entre turistas y residentes, sino un equilibrio que genere bienestar para todos.

¿Y qué pasa con la ecotasa?

Aquí no hay, pero no debería haber problema si se implanta correctamente. En otros países se paga sin polémica, y esos fondos se destinan a mejorar servicios públicos de las zonas turísticas. Si la ecotasa se invierte en el bienestar de las comunidades costeras, es una herramienta positiva.

Entonces, ¿cómo debería ser ese turismo azul ideal?

Un turismo que mantenga la autenticidad de los destinos, que ponga en valor su patrimonio natural y cultural, sus tradiciones y su gastronomía. Que respete los lugares y genere riqueza local. Que consuma productos auténticos —pescado, sidra— y valore lo que hace único a cada sitio.

¿Qué significa ser embajadora del Pacto Climático Europeo?

Es un orgullo y una responsabilidad. Representar al Pacto Climático Europeo y a la Comisión Europea implica transmitir valores en los que realmente creo. Es un compromiso y un privilegio.

¿Por qué se apuesta ahora por el medio marino?

Mi pregunta sería más bien por qué no hemos aprovechado antes las oportunidades que nos brinda el medio marino. Durante mucho tiempo hemos estado de espaldas al mar. Si te fijas, muchas ciudades costeras incluso se construyeron de espaldas al mar, las industrias no miraban hacia él. Ahora las ciudades se están abriendo y estamos viendo sus potencialidades y beneficios, no solo económicos, sino también para la salud humana, la sostenibilidad y el bienestar general.

¿Cómo afecta el cambio climático al medio marino?

Nos afecta en todo: desde la introducción de nuevas especies debido al aumento de la temperatura del agua, hasta la erosión de las costas o el incremento de especies invasoras. Es como la metáfora de la rana en la olla: el agua se va calentando y no se da cuenta hasta que hierve. Nosotros estamos igual, no percibimos el cambio hasta que las consecuencias son muy visibles. Los impactos del cambio climático en el medio marino ya están ocurriendo.

¿Y las políticas europeas se están adaptando a la velocidad del cambio climático?

Los problemas van más rápido que las soluciones. Se está poniendo interés, pero falta impulso y rapidez. Necesitamos ejecutar más programas de adaptación y mitigación. Todavía debemos descarbonizar nuestras economías e impulsar a otros países para que hagan lo mismo.

¿Qué papel tiene Europa en todo esto?

Europa tiene ahora un papel esencial, casi de "faro moral" del mundo. Aunque nos quejemos de la burocracia y las regulaciones, eso también hace que inspiremos o empujemos a otros a mejorar el bien común. Regular es importante para avanzar.

¿Cómo ve los océanos dentro de 20 años?

Quiero ser optimista. Hay estudios que dicen que habrá más plástico que peces, pero prefiero creer que las nuevas generaciones, que son más conscientes y sensibilizadas, van a revertir esa tendencia. Muchos jóvenes sienten ansiedad climática, pero esa preocupación es también una señal de compromiso. Confío en que serán los biólogos, políticos y empresarios del mañana que tomarán mejores decisiones. Creo que el ser humano sabrá reaccionar.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents