El PP está dispuesto a negociar con el Gobierno la tramitación de leyes “necesarias y buenas para el futuro de Asturias”, incluso en julio, pero no a darle “un cheque en blanco”. Por ello exige explicaciones sobre “qué leyes y qué trámites necesita” y si está dispuesto a pactar. “Que nos diga por qué son necesarias esas leyes y si hay acuerdo, el PP apoyará todos esos trámites en julio, en agosto o en todos y cada uno de los días que le queda a esta legislatura”, señaló ayer el portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Popular, Pablo González.
Mano tendida del PP, pero críticas aceradas. “Tenemos una región con muchos problemas y un gobierno que no los está solucionando. En una situación así, Asturias no está para perder ni un momento”, señaló González, que llamaba al Ejecutivo y al resto de la oposición a evitar “los clásicos sainetes de los que enredan la opinión pública que despistan a los ciudadanos y que se esconden detrás de anuncios demagógicos”.
González mostró su sorpresa ante la “reacción nerviosa y desproporcionada del Gobierno” por el “no” de la Junta a funcionar en julio. Según González, la “fingida indignación gubernamental” por el “no” de la Junta obedece a un intento de “echarle la culpa a alguien de que casi todo esté parado”. Indicó que este es un asunto “de voluntad política, en el que el Gobierno tiene toda la capacidad de decidir lo que quiere”. Dejó claro que el apoyo del PP asturiano “no estará en los cheques en blanco para que nada cambie”, sino “para sacar adelante los acuerdos que necesita Asturias. Depende del Gobierno”, añadió.
Criticó a la portavoz gubernamental, Melania Álvarez, al considerar que su propuesta de habilitar la actividad parlamentaria en julio se realizó “sin hablarlo primero con los demás grupos parlamentarios, sin decir cuáles son esas leyes que necesitan ese mes para ser aprobadas, sin concretar ni una de las ofertas de apoyo que el PP le ha hecho, sin aclarar si incluirán nuestras aportaciones o enmiendas y sin atender las iniciativas legislativas que hemos realizado”.
Instó al Gobierno a tener una “actitud más clara y, sobre todo, sincera”, más aún cuando “ha ido posponiendo la casi totalidad de las iniciativas legislativas que tenía previstas al principio de la legislatura. Un gobierno al que se le han echado todos los plazos encima y que ha ido enfriando sus propias previsiones porque tenía el agua al cuello por no poder aprobar casi nada”.
