El discurso del Gobierno autonómico sobre la posibilidad de sacar adelante un nuevo Presupuesto para 2023 ha dado un giro en apenas tres meses: del "escepticismo" del presidente Adrián Barbón a las puertas del verano, por las dificultades que entonces preveía de lograr acuerdos con la oposición ante un año con elecciones autonómicas, al llamamiento que hizo en el debate de orientación política y al optimismo manifestado por su vicepresidente, Juan Cofiño.
El Ejecutivo, además de acelerar la negociación, redoblará esfuerzos para la consecución de unas nuevas cuentas que inyecten más recursos, vía financiación autonómica y fondos europeos, pero, sobre todo, que faciliten y agilicen la gestión en un año que se presume crítico por las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania y el repunte de la inflación.
Aunque los gobiernos autonómicos prefieren siempre gestionar cada año con un nuevo Presupuesto en vez de verse sometidos a los límites y rigidez de una prórroga, el Gobierno asturiano partía en esta ocasión con la tranquilidad de que las cuentas aprobadas para este año había sido la más alta de la serie autonómica, 5.354 millones de euros. No era, por tanto, un mal punto de partida, en caso de que la prórroga fuera inevitable.
La negociación, antes. Pero el cambiante escenario de la coyuntura económica ha introducido en los últimos meses novedades que, de momento, ya han variado el libro de ruta de la negociación presupuestaria. Pese a a que el Estatuto de Autonomía de Asturias establece en su artículo 46 que el Gobierno "presentará el proyecto de presupuesto a la Junta antes del último trimestre del año", la costumbre de los distintos ejecutivos regionales durante décadas ha sido bien distinta. Los sucesivos consejeros de Hacienda han venido registrando las cuentas en la última semana de noviembre o en la primera diciembre para, apurando los plazos, aprobar el dictamen definitivo a finales de año. En esta ocasión al Gobierno de Barbón le han entrado las prisas y ha señalado el próximo lunes, día 26, como punto de partida de la negociación, haciéndose eco, de paso, de una queja repetida de la oposición por el citado incumplimiento de los plazos.
Un año "muy difícil": inflación y guerra de Ucrania. La invasión de Ucrania por Rusia se produjo en el mes de febrero, cuando la inflación ya llevaba varios meses de repunte y la escalada de los precios de la energía ya había empezado. La prolongación del conflicto y su impacto directo sobre los costes de la energía y la cesta de la compra han llevado a todos los gobiernos, y el asturiano no es una excepción, a asumir que se vienen meses "muy difíciles" para las familias, autónomos y pequeñas y medianas empresas. En este contexto, Barbón ya ha anunciado la intención de elevar el bono energético, mientras que el Grupo de Izquierda Unida ha planteado la necesidad de que el Principado habilite para el próximo año un fondo de contingencia que pueda dar cobertura tanto a las familias como a pymes y autónomos castigados por la crisis "si mantienen el empleo .
Récord en la partida de financiación autonómica. El Ministerio de Hacienda anunció en el Consejo de Política Fiscal y Financiera del pasado mes de julio que Asturias recibirá en 2023 una cifra récord en financiación autonómica, 3.216 millones, que suponen un 10 por ciento más que los ingresados en el presente ejercicio. El Principado podrá añadir a esta cantidad la liquidación positiva del ejercicio de 2021, que estima en más de 240 adicionales. La estimación es que el Principado ingresará 3.429 millones de euros, que suponen una importante inyección de recursos, que se podrá aprovechar de una manera más ágil con un nuevo Presupuesto que con una prórroga, ya que esta figura obligaría a aprobar una ley de crédito suplementario, cuya tramitación sería extremadamente compleja en un año electoral, ya que el periodo de sesiones acabará en el mes de marzo, debido a la disolución de la Cámara autonómica por las elecciones.
Pendientes de la subida salarial al funcionariado. En este contexto, el Principado está muy pendiente de la subida salarial para los funcionarios que marque el Gobierno central en los Presupuestos del Estado, ya que ese incremento se aplicará por el resto de las administraciones. El dato es clave para fijar el techo de gasto. En Asturias, esa partida superará por primera vez el listón de los 2.000 millones pero aún se desconoce la cifra concreta.
