A Miguel Tellado (Ferrol, 1974), vicesecretario de Organización del PP, se le nota la escuela gallega del partido. Fue número dos de Alberto Núñez Feijóo en Galicia (desde 2016) y el líder nacional del PP le ha convertido en el encargado de mantener prietas las filas del partido de cara a las citas electorales. Acudió este jueves a Asturias para mantener reuniones con la organización por primera vez desde la crisis que supuso la dimisión de Teresa Mallada y que conllevó la proclamación de Diego Canga como candidato. Parte de la agitación de aquellos meses convulsos vino de la defensa que Tellado hizo de las conversaciones que el secretario general asturiano, Álvaro Queipo, mantuvo con el exministro Álvarez-Cascos, al margen de Mallada. En una larga conversación con LA NUEVA ESPAÑA habla de los acontecimientos en el PP asturiano de los últimos meses y de las perspectivas electorales.
—Hablemos de Francisco Álvarez-Cascos, aunque seguramente no le apetezca.
—No tengo ningún problema en hablar de lo que usted quiera.
—Bien, pues aquella comida en verano de Álvaro Queipo, secretario del PP asturiano, con el exministro levantó mucho revuelo. Y usted dijo que esa reunión era para explorar la reunificación del centro-derecha. E, incluso, que había más Foro fuera de Foro Asturias.
—Creo que es evidente que el centro derecha en España, aproximadamente desde el año 2015, ha sufrido una profunda división. Esa división, en Asturias se ha hecho más palpable con el surgimiento de Foro. Y ahora en nuestro país se produce un proceso de concentración de voto en el Partido Popular. Es evidente que cuando el voto del centro-derecha se divide, quien gana es el PSOE y la izquierda. Tenemos claro que para ganar en las elecciones hay que volver a unir ese voto en torno al PP. No es que lo digamos nosotros, sino que todas las encuestas lo señalan. Tenemos que ser la casa común del centro-derecha, y también en Asturias. Debemos conseguir que todo aquel que votó alguna vez al PP vuelva a hacerlo. Ha de regresar si quiere derrotar al sanchismo.
—Se va por las ramas. Le preguntaré más directamente: ¿Hoy repetiría lo que dijo en verano sobre Álvarez-Cascos como referente del partido?
—Álvarez-Cascos dejó la política… ¿hace cuánto? ¿Ocho años? Y no milita en el PP desde hace más de una década. No tiene ningún sentido dar vueltas sobre eso.
“Cascos dejó la política y no milita en el PP hace más de una década; no tiene sentido dar vueltas sobre eso"
—¿Para lograr esa unión del centro derecha están dispuestos a hablar con Suma Principado, el partido impulsado por los afines de Cascos?
—Nosotros apelamos a que el voto se unifique en el PP, y tiene las puertas abiertas del partido quien quiera militar en nuestras siglas. Estamos inmersos en un proceso nacional que busca unificar el voto. Le insisto: hablamos de votantes, de los votantes que han optado por otras siglas. Estoy seguro de que cualquier votante de centro derecha, haya votado lo que haya votado, en ningún caso querría que vuelva a ganar el PSOE. Pedro Sánchez se siente fuerte dividiendo y apoyando al populismo y al independentismo. Si se quiere frenar a Sánchez solo hay una herramienta.
—Vamos, eso es una llamada al voto útil de manual.
—No, es una llamada al sentido común. Lo dice la experiencia. Si el centro-derecha se divide quienes se refuerzan son el PSOE y los partidos afines. No creo que ningún votante de otras formaciones de nuestro espectro político quiera que la consecuencia de su voto sea dar más margen al PSOE. Apelamos a ese sentido común.
—Hay que repasar desde bastante atrás. El Partido Popular asturiano ha atravesado un largo y complejo proceso de renovación. Dígame, ¿no pudo hacerse de otra forma?
—Creo que el PP de Asturias ha vivido un proceso de reincorporación de activos que en los últimos años se habían ido descolgando del proyecto. Ha vuelto mucha gente que estuvo al margen. Hoy estamos más fuertes y en plena batalla electoral para ser una alternativa a Barbón. No estábamos en eso hace meses. Hoy somos una opción real de cambio. Eso no ocurría entonces. La decisión de Teresa Mallada de dar un paso a un lado para favorecer un nuevo liderazgo en el partido es una decisión generosa para que el PP pueda crecer y ganar en Asturias. Lo importante no es quién preside un partido, sino quién puede ganar unas elecciones. El fin último del PP es ser útiles a la sociedad y para serlo tenemos que ganar y gobernar, y echar al presidente del paro en Asturias: Adrián Barbón.
"Lo importante no es quién preside un partido, sino quién puede ganar unas elecciones"
—¿Y ese proceso de dimisiones escalonadas de Mallada estaba en la hoja de ruta de la dirección nacional desde el principio?
—Creo que Mallada decidió facilitar esa renovación y tenemos que estar agradecidos a su generosidad.
—Dígame, ¿cuándo empezó la dirección nacional a sopesar la opción de Diego Canga como candidato autonómico?
—Canga fue una opción que estuvo dentro de la lista de nombres que se nos facilitó en el proceso. Pero todo dependía de su generosidad. Creo que el Partido Popular está en deuda con Diego Canga, porque con una trayectoria profesional en Bruselas de primer nivel ha decidido ponerse al servicio, no del PP, sino de Asturias, En eso tenemos que estar muy agradecidos. El candidato pone al servicio de Asturias treinta años de experiencia en Bruselas y creo que será un gran presidente del Principado. Es lo que Asturias necesita.
—¿Por qué?
—Porque hoy lo preside un activista del sanchismo. Y su gestión viene marcada por unas cifras de paro y de exclusión social tremendas. Hay más de 30.000 familias en Asturias que tienen a todos sus integrantes en el paro. Esa es una herencia pésima. Barbón dejará el gobierno de Asturias con 4.200 familias más en paro de las que había cuando llegó a la presidencia. ¿Qué es lo que ha hecho? ¿De qué ha servido? Barbón no ha sido el primer servidor de Asturias, sino el delegado de Sánchez en Asturias. Creo que se ha equivocado radicalmente. Le cuesta alzar la voz en defensa de los intereses de Asturias. Y su capacidad de gestión, a la vista de la ejecución del Presupuesto, deja mucho que desear. Nuestro antídoto es Canga, alguien que viene acostumbrado a gestionar fondos europeos, con una experiencia que ya querrían para sí todos los ministros que se sientan en el Consejo de Ministros de Pedro Sánchez. Viene aprendido, no viene a servirse, podría vivir mejor donde estaba. Eso sitúa a Canga en una posición de superioridad política, de gestión y moral sin precedentes. Prueba de ello es el nerviosismo de los socialistas estos últimos meses.
"Barbón no ha sido el primer servidor de Asturias, sino el delegado de Sánchez en Asturias."
—Entonces, si le he entendido bien, lo que Génova tenía claro era que no debía repetir Mallada, no que hubiese de antemano un recambio anterior.
—Teresa Mallada ya se había presentado a las elecciones y el resultado no había sido muy satisfactorio. En Asturias se necesitaba una apuesta sólida y muy solvente, porque el PP quiere gobernar en Asturias y acabar con 20 años de socialismo con un saldo negativo. No presentamos un candidato, presentamos un presidente.
—¿Y cree que un partido que ha atravesado un proceso tan dramático está engrasado para ganar unas elecciones?
—Creo que hemos aprendido de nuestros errores y todo el partido tiene el objetivo de ganar para gobernar. Y eso es muy importante para un partido acostumbrado a la derrota. Estamos en condiciones de disputar la Presidencia de Asturias. Nos presentamos para ganar y con el mejor candidato posible. Esto no se trata de que el PP gane al PSOE, sino de que gane Asturias y tenga el mejor gobierno posible, el mejor líder. Y, créame, se llama Diego Canga.
—¿Canga se ha comprometido con la dirección nacional a continuar en la oposición si no es presidente del Principado?
—Diego Canga será presidente, que nadie lo dude.
—¿Para cuándo un congreso del partido en Asturias? Por muchos avatares que se hayan encadenado, convendrá que es un largo tránsito sin que decidan los afiliados, con dos ajustes severos en la dirección del partido por mandato de Génova. Imagino que tampoco será inmediatamente después de las autonómicas… porque vendrán las generales. Así que, ¿para 2024?
—Es evidente que el calendario congresual se ha visto afectado no solo en Asturias, sino en el conjunto de España, por dos hechos: por una pandemia que alteró la actividad en todos los territorios y por un congreso nacional sobrevenido en abril. Desde que hemos llegado a la dirección nacional hemos tratado de celebrar todos los congresos posibles. Pero entendemos que lo más importante para un partido es resolver la cuestión de los candidatos. Es más urgente ofrecer a la ciudadanía el mejor candidato que renovar la dirección del partido: ese es el criterio. Espero que pasado el proceso electoral podamos celebrar ese congreso pendiente.
—¿Después de las elecciones autonómicas?
—Yo aspiro a que en el mes de junio el PP asturiano esté centrado en formar gobierno, no en celebrar un congreso del partido.
"La marca del PSOE está dañada, fundamentalmente por las mentiras de Pedro Sánchez. Llegó mintiendo al Gobierno y saldrá por todas las mentiras que acumula."
—En cierto modo, ustedes se plantean estas elecciones municipales y autonómicas como un examen previo a Alberto Núñez Feijóo de cara a las generales. ¿No es esa una apuesta arriesgada?
—No creo que se plantee en esos términos. El ciudadano sabe qué vota en cada caso: estas elecciones de mayo no son una primera vuelta de unas generales. Se trata de elegir presidentes en doce comunidades autónomas, y alcaldes o alcaldesas en los 8.000 ayuntamientos de España. Son procesos distintos. Lo que sí creemos es que el desgaste electoral del gobierno de Sánchez, plagado de decisiones desacertadas, va a tener consecuencias graves para candidatos socialistas. La marca del PSOE está dañada, fundamentalmente por las mentiras de Pedro Sánchez. Llegó mintiendo al Gobierno y saldrá por todas las mentiras que acumula. Pero le insisto: son procesos electorales distintos. Si no fuese así no se entenderían comportamientos electorales dispares en los territorios. Son citas distintas, pero, en cualquier caso, el daño en la marca del PSOE por la mala política de Sánchez lo sufrirán todos los candidatos socialistas.
—¿Cuáles son esas mentiras de Sánchez?
—Pues llegó gracias a una gran mentira: que no pactaría con Podemos. Y tardó 48 horas en hacerlo. Dijo que no se apoyaría en los independentistas para gobernar y lo hizo a la primera ocasión para lograr el respaldo a sus presupuestos. Dijo que traería a Puigdemont para ser juzgado y ha indultado a los políticos del procés. Dijo que lucharía contra la corrupción y lo que ha hecho es abaratar las penas de malversación. Ha modificado el código penal para eliminar el delito de sedición en un proceso a la carta para beneficiar a personas con nombres y apellidos, de partidos que le prestan apoyo para continuar en el poder. La pregunta es: ¿en qué no ha mentido? Lo grave es que Pedro Sánchez a quienes más ha engañado es los que le han votado. Hay una inmensa mayoría de socialistas que no le hubiesen votado de saber que haría lo contrario de lo que prometió. Nadie cuestiona la legitimidad del Gobierno, pero hay una legitimidad en el ejercicio de un político. Uno puede cometer contradicciones, pero si alguien siempre dice una cosa y hace la contraria, entonces es el jefe de un gran engaño político. Por eso llevamos meses pidiendo elecciones ya y que los ciudadanos puedan juzgar la hoja de ruta de un presidente que ha engañado a todos todo el tiempo.
—¿Quiere decir que aspira a que votantes del PSOE voten al PP?
—Le insisto: no es que el PP gane al PSOE; se trata de salvar a España de Sánchez. Hay muchísimos dirigentes socialistas que no están de acuerdo con la deriva de Sánchez, pero no lo pueden decir, porque entonces les pasaría lo que a Joaquín Leguina: que los echan. El PSOE que conocimos no existe, y si alguien lo sabe bien es el expresidente socialista Javier Fernández, que trató de luchar contra las cosas que ha traído el sanchismo. Pero socialistas como él han sido expulsados y si abren la boca, los echan. El PSOE de antaño ha mutado en el partido sanchista, en el que él manda y el resto obedecen, entregados al narcisismo de un líder que vive en una realidad paralela. Porque el triunfalismo del gobierno no se corresponde con la realidad, que es que somos el último país en recuperar el PIB que teníamos antes del covid; somos el país con la tasa de paro más alta y el que ha visto crecer su deuda pública de una forma exponencial, no correspondida con la realidad económica. El relato de Sánchez no casa con la España real, en la que las familias viven apresadas en cuatro realidades. Por un lado, el precio de la vivienda se ha disparado un 20%; la cesta de la compra, por la inflación galopante, se ha incrementado un 18%; llenar el depósito es un ejercicio complejo y Sánchez ha aprovechado las fiestas de Navidad para ocultar la supresión de la bonificación al combustible; y, por último, pagar la calefacción y la luz es un suplicio para la gran mayoría de familias, que ahora están temblando esperando la factura de enero. Eso me recuerda a Rodríguez Zapatero, que tardamos una década en recuperarnos de su gobierno.
"El PSOE que conocimos no existe, y si alguien lo sabe bien es el expresidente socialista Javier Fernández: socialistas como él han sido expulsados y si abren la boca, los echan."
—Volviendo a la pregunta… ¿esperan atraer a votantes del PSOE a la vez que pactan con Vox?
—Nosotros nos presentamos a las elecciones para ganar y gobernar por nuestros medios. Nuestra propuesta es de un gobierno único y de unidad del PP. Por eso pedimos construir una gran mayoría social. Y por eso también llamamos a concentrar el voto y no pactar con nadie. Aspiramos a esa gran mayoría de 10 u 11 millones de votos, los que permitieron los gobiernos de Aznar y Rajoy, que afrontaron situaciones complejas derivadas de gobiernos socialistas que crean paro y destruyen riqueza. Queremos una gran mayoría social que permita gobernar desde la estabilidad. Si hay estabilidad política la hay institucional, se genera confianza y se crea empleo. Buscamos ese círculo virtuoso.
—Pues no parece el escenario muy proclive a un férreo bipartidismo…
—Venimos de una etapa caracterizada por la fragmentación electoral del arco parlamentario promovida por los partidos de izquierdas, que decían que cuanto más fragmentado estaba el Congreso, más representativo era. Eso no es verdad; lo que genera es más inestabilidad. Necesitamos un gobierno sólido, solvente, centrado en las cosas de comer, en las familias, en las personas. Esa es nuestra apuesta. El PSOE busca la fragmentación, la confrontación política y social para así conseguir los apoyos que le permitan seguir gobernando. Por ejemplo, el PSOE ha sido el mayor agente electoral del independentismo. A Sánchez le interesa que a Bildu y Esquerra les vaya bien, porque depende de ellos su continuidad en el poder. Sánchez no quiere solo que al PSOE le vaya bien. Él sabe que Bildu y Esquerra solo pactarán con él, y que el PP nunca se apoyará en ellos. Por eso le interesa que les vaya bien a estos partidos y a los populistas. Porque vive del desgobierno de España. Su futuro político depende de eso. Y nosotros creemos que España merece un gobierno que construya un país para todos, no que se apoye en los extremos. Sánchez persigue el poder por el poder. Nosotros creemos que eso no tiene sentido: queremos gobernar para resolver problemas, no para destruir la convivencia cívica que hemos establecido en 40 años de democracia.
"Sánchez persigue el poder por el poder. Nosotros queremos gobernar para resolver problemas, no para destruir la convivencia cívica que hemos establecido en 40 años de democracia".
—Sea realista: todas las encuestas nacionales colocan a Barbón como uno de los líderes más sólidos. Y ustedes defienden que pueden ganarle las elecciones y en solitario.
—No sé lo que dicen las encuestas. Sé lo que dicen las estadísticas que afectan a esta comunidad. Asturias es donde menos riqueza se ha creado en 20 años y los institutos de investigación dicen que es la que menos va a crecer en 2023. No lo señalan las encuestas, lo dicen las estadísticas. Dicen que hay 4.200 hogares más con sus miembros en desempleo. Dicen que en 2022 el gobierno de Barbón fue uno de los que menos ejecutó su presupuesto, en torno a 50%. Las estadísticas y no las encuestas corroboran que a Asturias le va mal con un gobierno socialista. Nosotros nos presentamos para revertir esta tendencia. Hace cuatro meses, el PP asturiano no tenía ninguna posibilidad de ser la alternativa a Barbón; hoy las encuestas dicen que sí hay esas posibilidades y que hay opciones de cambio. Denos cuatro meses más y Canga será presidente de Asturias.
—¿Descartamos una posible coalición con Foro Asturias?
—El Partido Popular se va a presentar en todos los territorios con sus siglas y en un proyecto inclusivo. Nosotros apelamos a tres votos. Por un lado, al voto de los que confían en nosotros, para mantener los apoyos electorales; por otro, a los que algún día nos votaron, para que vuelvan, y por último a votantes que nunca depositaron la confianza en el PP, para que entiendan que es el momento de hacerlo. No es por el PP, sino por Asturias. Pretendemos unificar el voto que quiere el cambio. Para eso hay una plataforma que se llama Partido Popular y un candidato que se llama Diego Canga. No pensamos en coaligarnos. Todo el que quiera echar a Barbón, tiene una única alternativa. Nuestra única coalición es con los votantes. Todo lo que no sea votar al PP es dejar el voto en un cubo de la basura del que se beneficiará Barbón. Solo el PP tiene opciones reales de reemplazar a Barbón, y todo lo demás son distracciones, que a la postre benefician al PSOE y a la izquierda. Apelamos al voto responsable, el del cambio; ese voto tiene esta casa, el Partido Popular.
"Hace cuatro meses, el PP asturiano no tenía ninguna posibilidad; hoy las encuestas dicen que sí. Denos cuatro meses más y Canga será presidente de Asturias".
—Bien, descarta coaliciones, pero ve bien integrar a nombres de Ciudadanos…
—Estamos incorporando en toda España personas que en otros procesos estuvieron en listas de otros partidos, pero que hoy entienden que hay que apoyar al único proyecto capaz de echar a Sánchez y a todos los sanchistas que gobiernan. Por lo tanto, esta es la casa común, con las puertas abiertas para quien quiera incorporarse. Pero se trata de incorporaciones de forma individual, no acuerdos de partidos.
—¿Entonces fue un error de cálculo lanzar las campanas al vuelo del fichaje de Begoña Villacís?
—Lo que pasó ahí debería explicarlo la propia Villacís. El PP tiene un proyecto identificable, se sabe cuál es nuestro objetivo. Y tenemos las puertas abiertas a quien suma, desde luego. Pero tiene que ser el PP de Madrid el que decida si Villacís suma o no. Creo que ha sido un debate estéril que ha resuelto la propia interesada al decir que ahora optará a las primarias de Ciudadanos.
—¿Qué plazo se fija para que estén cerradas las listas municipales?
—Este fin de semana celebraremos una reunión intermunicipal en Valencia, a la que está convocada toda la estructura local del partido. Esperamos que a lo largo de este mes de febrero esas candidaturas estén listas. Buscamos ultimar todas las que quedan; es un proceso que en el conjunto del país está avanzado, y puede haber alguna dificultad en algún sitio que esperamos cerrar en semanas. Pero es importante entender que el escenario del PP ha cambiado mucho. Si en abril, cuando llegamos a la dirección del partido, las expectativas de victorias eran muy bajas, en estos momentos son muy altas. Eso nos obliga a ser más exigentes a la hora de buscar el mejor candidato.
"Espero que la candidatura de Gijón se pueda resolver en las próximas semanas de una manera ordenada"
—Gijón es la plaza electoral más relevante en población y aún no la tienen resuelta.
—Es verdad que en Asturias los tiempos están un poco más apurados por los cambios que hemos vivido, pero espero que se pueda resolver en las próximas semanas de una manera ordenada. La dirección nacional avalará lo que el secretario general, Álvaro Queipo, y el candidato autonómico, Diego Canga, decidan y salga ratificado por el comité electoral autonómico.
—Por último, ¿qué han de tener a su juicio en mente los votantes asturianos en las próximas elecciones, el rumbo de Asturias o el de España?
—Asturias necesita un presidente que tenga a Asturias como prioridad, no hacer carrera a ver si Pedro Sánchez lo hace ministro. Se necesita un gestor dadas las tasas de paro de la comunidad. Hay que valorar la oportunidad que representa Diego Canga, quien por su conocimiento permitirá a Asturias acceder a fondos que abrirían nuevas oportunidades industriales, para el sector primario, para la economía y así lanzar una nueva reindustrialización. Eso es lo que hay que pensar. Se elige al presidente del Principado y eso es lo que hemos buscado con el candidato: el mejor gestor para abrir una etapa de cambio en Asturias. Creo que lo hemos encontrado. Hemos hallado un líder para transformar Asturias y dar oportunidades a esta comunidad, que tiene una de las tasas de paro juvenil más altas de España. Y esas son unas cifras dramáticas que demuestran que Asturias no ofrece oportunidades de futuro a sus jóvenes, que se tienen que ir para buscar un empleo. Pero los asturianos tienen derecho a no resignarse, a no asumir eso como algo inalterable. Por eso, estamos en un escenario distinto, y Diego Canga es la gran oportunidad que los votantes asturianos deben aprovechar.