González vs Aznar: un cara a cara que paró el país

Campo Vidal evoca los entresijos del choque inédito entre los candidatos nacionales, hace hoy 30 años: "Hubo tensión máxima"

Felipe González, Manuel Campo Vidal y José María Aznar, listos para el debate.

Felipe González, Manuel Campo Vidal y José María Aznar, listos para el debate. / Tino Pertierra

Tino Pertierra

Tino Pertierra

El periodista Manuel Campo Vidal está de aniversario: se cumplen treinta años de un histórico debate que moderó y que le hizo pasar de ser "el de los telediarios al de los debates". Y es que aquel 24 de mayo de 1993, un plató de Antena 3 acogió el primer gran debate político en televisión: el presidente Felipe González frente al líder de la oposición José María Aznar, frente a frente. Campo Vidal evoca para este diario una jornada memorable y de alto voltaje catódico que paró el país: diez millones de espectadores clavados ante la tele.

Entramos en antena: "Fue histórico también para las campañas políticas en España pero, aparte de otro pactado una semana después en Tele 5, nos quedamos sin debates electorales durante 15 años. Demostramos que se podían hacer". Recuerda que "el PP se trajo, al parecer, a una persona de Estados Unidos que sabía mucho de debates. Y todo el mundo tenía un equipo para ensayar y prepararlo bien. Lo que pasa es que Felipe González subestimó al oponente, pensó que le bastaba con su dialéctica y su gran conocimiento del Estado, llevaba once años gobernando. Y se encontró con un señor que lo había preparado mucho, que tenía unas fichas muy concretas con las frases que debía decir, y colocaba los mensajes en la diana adecuada. Ganó porque entendió mucho más el formato que Felipe, que como es muy listo ya lo entendió para el de la semana siguiente y el resultado fue completamente distinto y lo ganó con amplitud".

"Este tío aguanta un debate, ¿eh?", comentó un González muy serio en los pasillos al término del mismo: "Salíamos andando, él estaba muy preocupado, en un momento determinado me mira y dice esa frase. Pero no es que aguantara, es que había ganado".

González estuvo a punto de morir el día anterior: "Hubo un incidente aéreo muy grave con un avión privado que lo traía desde Canarias después de dar dos mítines. Se despresurizó súbitamente la cabina, se abría la portezuela del avión. Menos mal que el piloto era muy experto, se tiró en picado al mar, de noche, estabilizó la nave a unos cien metros de altura (suelen volar a 900) y estuvieron veinte minutos planeando hasta el aeropuerto. Cuando llegó a los estudios lo vi muy cansado, tan es así que le pregunté a Rosa Conde, ministra portavoz, si había dormido. No dijo nada del incidente, o no lo sabía porque se mantuvo en un círculo muy cerrado".

Fue una pugna de estilos: "Felipe es de hablar largo con una gran capacidad discursiva. Aznar es más lacónico y concentra muy bien los titulares". Se negoció todo: el formato, la altura de los asientos y de la mesa, el tiempo, la temperatura... Campo Vidal no las tenía consigo cuando el debate peligró en el último minuto: "Supimos tiempo después que se había firmado un acta notarial sobre el debate. Vi la copia. Se pactó que, ganara quien ganara el primero, habría un segundo. Y dejan en al aire el ultimo minuto, dicen: ‘Se determinará de mutuo acuerdo’. Pero no hubo acuerdo. Con lo cual, estaban los dos maquillados, y yo en el pasillo negociando con Javier Arenas (PP) y Txiki Benegas (PSOE). Si os vais, les dije, pues que gane las elecciones Julio Anguita. Ahí es cuando Arenas, que aún se ríe, dice: ¡pues salgo yo por Aznar y Txiki por Felipe! Y les digo que entonces en mi lugar saldrá Carrascal, porque si vamos con reservas... Al final, yo tenía un papel en el bolsillo con una propuesta: Aznar empieza el debate y termina la primera parte, Aznar empieza la segunda parte y en el último minuto primero habla Aznar y luego Felipe. Benegas aceptó, y Arenas, agotado, me pide un favor: ‘Díselo tú a mi jefe’. Todos muy tensos. Fui a ver a Aznar, se lo conté. ‘¿Y si utiliza el último minuto contra mí?’ Le dije: ‘Le pediré que no lo haga’. Aznar insistió: ¿Y si a pesar de todo lo utiliza? ’Dije: ‘Pues me comprometo contigo a reabrir el debate y a no cerrarlo hasta que se haga en neutral’. ‘¿Esa es tu decisión?’, preguntó. ‘Sí’ ‘Pues allá tú con tu decisión’, dijo".

"Es una pena que no haya debates cara a cara ahora", lamenta, "estaría bien hacer un debate a cuatro, más colectivo, y luego entre los dos que tienen posibilidades verdaderas de gobernar, en este caso Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo". En el último cara que hubo entre Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, recuerda, "el primero dijo que el presidente del Gobierno debe ser una persona decente y usted no lo es. Pensé que Rajoy se levantaba y se iba. Se elevó el techo de las palabras, lo que no pasó en el Rubalcaba-Rajoy ni en el Zapatero-Rajoy".

No cambiaría nada de lo que se hizo aquella noche, "bastante hicimos controlando y superando los acontecimientos. Tienes que hacer un debate inédito, imagínate la tensión que aumenta en el equipo y cuando tienen que empezar, no empiezan. Y cuando crees que se ha acabado discuten sobre el último minuto... Créeme que es un método de adelgazar de primera. Máxima tensión y máxima responsabilidad. Salimos muy tarde de la cadena. Antes, por la tarde, había hecho un poco de siesta en casa y había ido a buscar a los niños al colegio. Eso me serenó mucho".

Vestían ambos de azul aunque González apostó por camisa blanca. Al entonces presidente le dijeron que no mirara a Aznar, "y Felipe me miraba a mí, yo estaba muy inquieto porque sabía que se estaba estrenando una realización sin cámaras en el estudio, estaban escondidas en el decorado. Si me miraba a mí, salía de perfil seguro porque no se podía mover la cámara, era una ventanita muy pequeña. Cuando entró Benegas le dijo que por favor mirase al candidato".

No había precedentes en España. Todo se hacía por primera vez. "No salieron del plató ni para ir al baño. Aquello duró 110 minutos y desde que entraron hasta que salieron allí no se movió nadie".

Campo Vidal llevó un traje gris oscuro "dos tallas más grandes, me echó una bronca mi mujer. Es que no me preocupé de eso. Se equivocó la mujer de estilismo. Si no fueron dos tallas más, una. Estoy allí con unos hombros que parecían de gimnasio. Es lo de menos".

¿Los debates televisivos hoy? "Está todo demasiado polarizado, los medios muy atrincherados. No me gusta ver tertulias porque antes de empezar a hablar un tipo ya sé a quién va a defender y a quién va a atacar. Todo el mundo está programado repitiendo con más o menos gracia o estilo el argumentario del partido al que representa".

Una anécdota final: "Cuando Aznar salió del plató, los que estaban esperando –Miguel Ángel Rodríguez, Arenas, Ana Mato...– empiezan a gritar ¡presidente!, y él les dice: ¡Os pensábais que iba a perder, ¿eh, cabrones?’ Se les heló la sangre".

Suscríbete para seguir leyendo