La FSA certifica el peso interno de Adriana Lastra de cara al 23J

Dos claves resultan esenciales para entender la incorporación de Adriana Lastra al organigrama autonómico de la FSA en un tercer puesto, pese a haber sido la número dos de Pedro Sánchez en el PSOE federal y el referente del socialismo asturiano. El primero tiene que ver con el limbo orgánico en el que hasta ahora se encontraba la riosellana. Tras dimitir como vicesecretaria general del PSOE federal para centrarse en su maternidad, su único peso interno era ser diputada nacional, algo demasiado simplificador para el carisma interno que Lastra ejerce en la FSA, reconocido tanto por el secretario general, Adrián Barbón, como por la vicesecretaria de Organización, Gimena Llamedo, quien mantendrá el control diario del partido. Pero si bien ese ascendiente estaba claro cuando Lastra mantenía cuotas de poder en Ferraz, tras su salida ya no tenía reflejo interno. Para los socialsitas asturianos, Adriana Lastra no es una mera diputada y candidata al Congreso.

El segundo aspecto tiene que ver con los tiempos que se avecinan. Las elecciones generales del 23 de julio están a la vuelta de la esquina y en un clima desfavorable para los socialistas. Así, visibilizarla orgánicamente supone un respaldo a su figura y a su candidatura en las generales. Y de paso, se la integra en la estructura de la FSA para que no haya dudas internas. Como la propia Adriana Lastra reconoció en la última entrevista en LA NUEVA ESPAÑA, su futuro político pasa por Asturias. Ahora, Barbón lo ha certificado, pendiente solo de ratificación por el comité autonómico.

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