"El libro del Congreso", de R. John, pasa de las novedades a los saldos en estas rebajas. Con hechuras de clásico, cuenta la historia de Mougli Bescansa, un niño que es llevado al Congreso por una diputada que quiere visibilizar su maternidad y la conllevanza de la crianza. Mientras la diputada actacantana responde a una sucesión de canutazos en los que tiene que audibilizar la necesidad de una visibilización de la maternidad y la conllevanza de la crianza, el niño se mueve entre los pies de los periodistas y llega gateando al salón de los pasos perdidos, donde se pierde.
Mientras su madre visibiliza la causa de los niños perdidos, el pequeño Mougli es amamantado por los leones del Congreso y algo más por los tetra briks de leche de la cafetería del Congreso. Algunos días se deja caer por la guardería del Congreso haciéndose confundir con otros niños, pese a que él se proclama "león del Congreso", lo que extraña a otros bebés de parlamentarios y parlamentarias. Conforme van saliéndole los dientes, cambia de dieta y pasa a los pinchos de tortilla y de pechuga de pollo sobrantes que se venden a 10 céntimos de la cafetería del Congreso. En cada caída de diente el ratoncito Sagasta le deja unos reales debajo de su almohada, un cojín que usaba Manuel Fraga Iribarne cuando le dejaron pasar sus últimos años de okupa parlamentario.
Al llegar a la edad escolar aprende a leer solo en la biblioteca del Congreso, a asearse en los baños del Congreso, a nadar en la piscina del Senado y a limpiar los poros en la sauna de la Cámara baja. Durante años le da algunos consejos y cuidados un obeso ujier nocturno que se hace llamar Balú y que, como es del Real Madrid, llama Mou a Mougli. Balú le cuida de ser hallado por una diputada socialista contraria a las conllevanzas de la crianza que visibilizaría con él cómo los niños pueden crecer solos, incluso sin necesidad de servicio al que pagar, "con lo que cuesta ganarlo".
A los 12 años Mougli no tiene más inquietud que empoderarse como "león del Congreso", pero el ujier nocturno Balú le dice que, al final, "el hombre vuelve al hombre o a la mujer, que ahora todo se puede" y, efectivamente, Mougli se prepara, desde el Congreso, para rodear la calle y luego asaltarla.