Agustín Iglesias Caunedo, que fue alcalde de Oviedo y hoy es líder de la oposición municipal, del PP, va algo más por el Ayuntamiento desde su declaración ante la juez de Lugo por la trama del agua y también después de que Somos, la parte más gorda de las tres que forman el tripartito que gobierna la capital del Principado, propusiera revisarle el sueldo "porque no va a trabajar".
No es que sea hombre de extremos, pero, quieras o no, apetece más ir al Ayuntamiento de alcalde que de concejal de la oposición, situación que no conoció porque fue de niño (20 años) en la lista que llevó al primer mandato municipal a Gabino de Lorenzo Ferrera. Y eso, en un Ayuntamiento, se nota. No es como ser vicepresidente segundo de Cajastur, como él fue en 2012, que en sí mismo es un premio.
Desde aquellos 20 años hasta los 45 que cumplió el pasado día 10 ha tenido una carrera política. El cumpleaños no fue gran cosa esta vez. Aunque ese día contestó un twit de felicitación, también ese día le regalaron la apertura de la segunda comisión de investigación del Ayuntamiento de Oviedo -que Somos quiere retransmitir- sobre el desagradable asunto de Aquagest, que como planazo no es comparable al trigésimo octavo cumpleaños de 2009 celebrado en Nueva York entre amigos.
Lo dicho, que no es lo mismo estar en el gobierno que en la oposición, que en la oposición hace más frío que en Nueva York en febrero, donde todo está bien calefactado. Lugo es una ciudad histórica, romana, bimilenaria, muy Noble y Leal, pero para lucir llama más la atención la ciudad de las luces que la capital lucense.