En su domicilio de Oviedo, víctima de una larga y cruel enfermedad que le aquejó dolorosamente en los últimos meses, falleció anteayer miércoles el profesor Manuel Crespo Hernández. A lo largo de su casi medio siglo como pediatra, sus temas de interés fueron cambiando desde lo más concreto a lo más general, de lo práctico a lo teórico, sin abandonar ni un solo momento su vocación docente. A su primer artículo, un caso clínico firmado en 1963 ("Enfermedad de Gaucher de forma juvenil"), le siguieron rápidamente otros. De su capacidad de trabajo dan cuenta las diez publicaciones acumuladas en su año de doctorado. Con el tiempo llegó hasta 333. Es también autor de libros y capítulos de libros con un total de 78 títulos, algunos verdaderamente magistrales por la pulcritud de su estilo y la claridad de su exposición.
Sus trabajos sobre temas profesionales y de formación médica, en los últimos años firmados con su hijo David, también pediatra, son repetidamente citados por estudiosos nacionales y extranjeros. Fue miembro del comité editorial de las principales revistas pediátricas y director del "Boletín de Pediatría". Dirigió 40 tesis doctorales y fue el principal responsable de la formación de tres catedráticos de Universidad, siete profesores titulares y cerca de dos centenares de especialistas en pediatría.
Dentro y fuera de nuestra región gozaba de un gran prestigio y de un respeto incontestable, fundamentados en su larga labor docente y en el decisivo impulso que junto a un gran plantel de profesores -los doctores Pérez Casas, López Arranz y Arribas Castrillo, entre otros- dio a la fundación y desarrollo de nuestra Facultad. Con ellos, sus "mejores amigos", reconocía haber compartido "muchas inquietudes universitarias, hospitalarias y personales".
En 1997 ingresó como académico de número de la Real Academia de Medicina del Principado. Precisamente en la Academia y en el Real Instituto de Estudios Asturianos, y también en algunos viajes, pude conocer mejor su faceta más humana y personal, aunque mi relación con él se inició como alumno de pediatría, asignatura en la que exponía una extensa parte del temario con gran seriedad y una brillantez inusual.
A su lado se han formado profesores excepcionales de los que las recientes generaciones de médicos hemos podido recibir amplias enseñanzas y un ejemplo generoso. Hoy permanecen en esos puestos Carlos Bousoño y Fernando Santos, este último ahora como sucesor directo y responsable, según pude oírle, de haber puesto con su vocación investigadora la pediatría asturiana en un ámbito nuevo y superior.
El profesor Crespo ha sido un hombre estudioso, inteligente y reflexivo, de mente completamente organizada, de gran memoria. Sin ninguna duda, uno de los grandes nombres de la pediatría española del último medio siglo.
El pediatra Manuel Crespo Hernández, quien fuera catedrático y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo, y jefe del departamento de Pediatría del HUCA, falleció el miércoles a la edad de 80 años. Hoy viernes será despedido con un funeral en la iglesia ovetense del Corazón de María, a las 17.00 horas.