Estimada Ministra:

Espero que al recibo de la presente se encuentre bien en compañía de los suyos. Nosotros, los pensionistas, mal.

Después de meses escuchando y leyendo las cansinas, repetitivas y seriamente alarmantes noticias acerca de las pensiones recibo por enésima vez su retórica y aduladora carta anual, anunciando algo que de todos es bien sabido, la subida, casi simbólica, del cero coma veinticinco por ciento.

Bien se podría haber ahorrado dicho trámite, considerando que ocho millones seiscientos dos mil seiscientos un pensionistas multiplicado por el coste de aproximadamente setenta céntimos de euro, entre sello, sobre y folios, supondría al menos seis millones de euros para las tan necesitadas arcas de la Seguridad Social.

Como dispongo de mucho tiempo libre, algo que por fortuna ustedes no nos pueden quitar ni congelar, y como en mi ya lejana juventud cursé el Bachillerato de Ciencias, le voy a refrescar unos datos, por otra parte, sencillos de calcular.

Desde 2010 hasta el año actual la subida porcentual total fue del 3,25%. La inflación durante el mismo periodo suma el 10,8%. A título personal e individual dicho desfase me ha supuesto la pérdida de 11.948 euros, sin contar con la pérdida de poder adquisitivo.

Durante las campañas electorales siempre figura la firme promesa del mantenimiento del tan repetido poder adquisitivo, utilizando incluso la palabra garantizar. Pero esas más que dudosas intenciones, al igual que en casi todos los campos, desaparecen en la realidad. Nunca he militado en partido político alguno, desde las primeras elecciones he derivado mi voto por distintos derroteros en función de programas y de cumplimientos de los mismos, pero se acabó. A partir de ahora seguiré acudiendo a las urnas, pero para depositar mi voto en blanco. Se lo merecen y espero que muchos otros pensionistas hagan lo mismo.

Obviamente, todo lo expuesto me hace dudar sobre cuáles pueden ser esos mejores deseos hacia nuestro colectivo según refleja en su despedida, por lo que voy a hacerlo con mucha pena y con una frase que viene muy bien al caso y que se hizo viral durante la última nevada: señora ministra, "ya somos mayorinos".