Riopedre debe ser excarcelado

En defensa del exconsejero de Educación

Don José Luis Iglesias Riopedre, exconsejero de Educación del Gobierno socialista de Alvarez Areces, encausado en el "caso Marea", fue sentenciado a cinco años y dos meses de cárcel por un delito de prevaricación y falsedad documental (no por fraude, ni malversación). Riopedre tiene cumplidos 80 años; sufre serias dolencias de pulmón y corazón y continúa en la cárcel, a pesar del agravamiento de su estado. Los informes médicos están emitido por los Servicios de Cardiología y Endocrinología del HUCA, por el Subdirector Médico del Centro Penitenciario de Villabona y creo que también por un Catedrático de Medicina Legal y Forense. Su abogada ha solicitado por dos veces que le vea un médico forense. No se ha dado cumplimiento a esa solicitud.

Acogiéndose al Artículo 80.4 del Código Penal, se solicitó que no entrara en prisión. Posteriormente y por dos veces, en virtud del artículo 104.4 del Reglamento Penitenciario, se ha pedido su excarcelación,

Por dos veces, tanto la Junta de Tratamiento de la cárcel, como Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior emitieron informe favorable a su excarcelación por motivos de salud y razones humanitarias y de dignidad personal. Nuestro Derecho Penal así lo reconoce (vid. Artº 104.4 RD 190/1996, de 9 Febrero) y es lo que se viene haciendo, salvo que el recluso denote una especial peligrosidad. Es obvio que no es el caso de Iglesias Riopedre. De hecho, otros internos, con patologías menos graves, han sido excarcelados. Sin embargo, el Fiscal de la Audiencia de Asturias y la Jueza de Vigilancia Penitenciaria, le han denegado la excarcelación alegando razones de plazo (no haber cumplido la cuarta parte de la condena) y que, dada la hipersensibilidad ante los delitos por "corrupción" (no es el caso de Riopedre), su excarcelación "provocaría alarma social" y "sería desmoralizadora para el conjunto de la sociedad".

Ante el empeoramiento de la salud de Riopedre, la familia, en su desamparo, ha elevado una queja al Defensor del Pueblo.

Salvo el breve artículo de Sánchez Vicente, "Juzguen ustedes" en este periódico (5/7/2020), solo he advertido un paciente y prudente silencio, quizás a la espera de que la naturaleza obre milagros, se cumplan religiosamente los plazos de aplicación de la sentencia y todos quedemos estupendos. Pero sabemos, por el poeta William Blake, que "la Prudencia es una vieja, fea y rica solterona, cortejada por la impotencia".

"No te signifiques" -me advierten personas sensatas- "Déjalo estar. Decir algo, podría ser contraproducente"?Quizás. Pero reconozco que me ha soliviantado la explicación de la Fiscalía, para justificar la decisión de no autorizar la excarcelación, en atención al quedirán, el escándalo o la alarma social que podría provocar. A las claras: me ha escandalizado y alarmado la aparente obstinación del Fiscal de la Audiencia y la jueza de Vigilancia Penitenciaria en denegar la excarcelación de un recluso, enfermo grave y de edad más que avanzada. Me pregunto: ¿a quien o a qué causa beneficia o perjudica el encarcelamiento a ultranza de Riopedre? ¿Es acaso un peligro público? ¿Podría huir a Suiza o al Caribe con su fortuna? (Nota: sus muy escasos bienes están embargados; tiene una multa de 400.000 ? y la Audiencia se niega devolver la fianza que fue pagada, en su día, entre 235 personas). ¿Qué clases, géneros, categorías sociales se escandalizarían ante la aplicación de unas disposiciones legales que, reconociendo los derechos humanos del delincuente, no se ensaña con su sufrimiento, sino que trata de aliviarlo, manteniendo todas la garantías jurídicas y salvaguardas?

Algo va mal en nuestra democracia ¿se trata de que el miedo cambie de bando o de achicarlo? ¿ganará la partida el quedirán abstracto o la razón compasiva?

Sin mascarilla: esperaba de políticos en ejercicio, o militantes de partidos, algún pronunciamiento sobre este particular. No lo ha habido: ¿por temor reverencial?, ¿por desconocimiento, por comodidad, por tolerancia omnicomprensiva, o sea, por indiferencia y la coartada del "no vaya a ser que"?

No soy la persona más indicada para hacer este llamamiento, pero no es tiempo de prudencias solteronas. Me mueve un sentimiento instintivo de rebeldía ante tanto sufrimiento inútil; mi protesta es un grito: José Luis Iglesias Riopedre, por razones humanitarias, y por decencia democrática, debe ser excarcelado inmediatamente. Debe hacerse, puede hacerse, se hará?

Ruego al Fiscal, a la Jueza de Vigilancia o a quien corresponda, que den los pasos necesarios para proceder a la excarcelación del prisionero.

ÚLTIMA HORA: Riopedre fue de nuevo a Urgencias del HUCA. Consentir que continúe en prisión, a sabiendas de su estado y de las disposiciones legales que avalan su excarcelación, creo que sería un error absurdo y, casi me atrevería a decir, un caso de prevaricación.

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