Rotunda es la semejanza entre Gijón y Vigo. "No somos capital de nada, somos ciudades alegres, sanas, industriales", coinciden sus máximos representantes. Y rotunda es la defensa de ambos del acuerdo alcanzado por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) con el Gobierno de Pedro Sánchez para poder usar los remanentes municipales, previa cesión al Estado y posterior devolución. Pero en la rotundidad hallan precisamente sus diferencias -de formas, que no de fondo- Ana González y Abel Caballero.
La primera edil gijonesa, pedagógica, sosegada dentro de la fluidez, teorizadora, amiga de las enumeraciones, de enlazar sinónimos por si algo no quedó claro. El alcalde vigués es más de manejar los tiempos, bromista a un instante y vehemente al siguiente, rayano a la grandilocuencia, más amigo de enumerar cifras y grandes proyectos por si queda alguna duda sobre su gestión. Pero los dos regidores socialistas dejaron clara ayer su sintonía en el encuentro digital organizado por LA NUEVA ESPAÑA. No en vano él preside la FEMP de cuya junta de gobierno ella es vocal.
Ni siquiera la barrera de la distancia impuesta por el formato webinar -mesías de los debates y mesas redondas en tiempos de cuarentena- impidió el intercambio de flores digitales. "Ana, te veo en forma", se despidió Caballero. "Ya sabes que yo, seguidora tuya", replicó González. El gallego, viejo peregrino de la política, conoce la fórmula para ganar el jubileo de la mayoría absoluta. Y en la misma senda dijo apreciar a la asturiana, política de teoría y pizarra: "Veo a Ana que sigue una saga de este tipo. Tiene importantes cualidades de liderazgo, tiene carácter también. Marca esta senda".
En época de reconstrucción, Caballero y González han construido un puente entre Gijón y Vigo. Ella pone la letra. Sobre la tendencia a la peatonalización habla de "priorizar a las personas" porque "no podemos seguir viviendo como hasta ahora". Sobre los proyectos para obtener financiación europea se marca como objetivo "crear, transformar y hacer (enumera verbos para dejarlo claro) una ciudad humana y amable". Y en referencia a la reanimación del sector cultural aclara que "la cultura nos humaniza, aquellos que no creen en la democracia son los que prescinden de la cultura, siempre".
Él pone las cifras, los grandes proyectos, megaejemplos salpimentados con humor. Así, cuando sale el tema de la peatonalización afirma que "llevamos 13 años revolucionando la ciudad" y recuerda los ascensores que tienen que instalar para facilitar la movilidad en la empinada Vigo: "Tenía de concejala de Medio Ambiente a la única mujer viva que subió al Everest sin oxígeno. Y claro, ella subía sin problemas, pero los demás necesitamos ascensor". ¿Y si se habla de reactivación cultural? Más cifras. "Las fiestas de Vigo, que suelen durar 25 días, ahora van a durar 65", asegura. Le gusta presumir, pero sin parecer presumido.
Caballero, al que se le acentúa el acento cuando responde a sus propias preguntas, tiene contabilizado que la Xunta "solo" dio 75 euros a cada comercio de Vigo por las pérdidas durante el confinamiento. "Si se les estropeó una cerradura, ya no lo cubren", añade. De nuevo cifras y humor. González, que discurre por su argumentación como quien pasea por el Muro, tampoco se olvida del todo de los números: "Aquí vamos a dar más de 75 euros, entre 1.500 y 3.000 euros a cada uno".
Los dos alcaldes llaman a la unidad en el municipalismo, aunque al mismo tiempo no se olvidan del palo al rival. Especialmente, al que quiere boicotear su acuerdo de la FEMP para gastar los remanentes. "El alcalde de Zaragoza -del PP- está desesperado por destacar en ámbito político", señala la regidora gijonesa. Rotunda. Y sonríe, una vez más, su homólogo vigués. Sonríe también cuando se le esgrimen los argumentos de los contrarios. Tiene un as de la manga: saca el documento con las firmas de líderes de otros partidos que ahora amenazan con echar por tierra en el Congreso el entendimiento entre su directiva de la FEMP y el Gobierno de Sánchez. "Absolutamente todo esto, lo que pedían, está en nuestro acuerdo. Aquí están sus firmas", recalca rotundo. Como rotundo parece el vínculo entre Gijón y Vigo: "No somos capital de nada, pero somos ciudades de capital importancia".
